El intento de un centro de estudios (Think-tank) conservador de revivir ampliamente lo que la tan desacreditada milicia colombiana alega con respecto a las FARC es pura propaganda negra
El lanzamiento de un «dossier» sobre los archivos de las Farc de este martes, que supuestamente fueran incautados por el gobierno colombiano en el 2008, no es realmente un evento. El reporte del International Institute for Strategic Studies (IISS por sus siglas en inglés), parece ser un intento por parte de los halcones en los Estados Unidos y el Reino Unido para perpetuar, usando «propaganda negra», la fallida agenda política de la administración de George W Bush, al igual que previas administraciones de la era de la guerra fría, a la cual respectivamente pertenecieron. Todas sus conclusiones se basan en la falsa premisa de que los documentos que claman analizar son realmente confiables.
Observadores imparciales de los eventos alrededor de la supuesta captura de los archivos de computadora de las Farc, y su subsecuente revelación a los medios, han concluido hace mucho tiempo que esos archivos son altamente dudosos en el mejor de los casos. La milicia colombiana, que clama haber obtenido documentos de computadoras y de memorias portátiles luego de un ilegal bombardeo a las Farc dentro del Ecuador en Marzo del 2008, son los únicos que pueden saber con seguridad si los documentos son auténticos.
El IISS, junto a otros tantos a quienes les encantaría hacerle creer al mundo sobre la autenticidad de esos documentos, argumentan esencialmente su caso en la supuesta verificación de los archivos por parte de la Interpol. Pero lo que la Interpol realmente dice en su reporte del 2008 acerca de los documentos es que el tratamiento de los archivos por parte de la milicia colombiana «no se ajustaba a los principios reconocidos internacionalmente para el manejo ordinario de pruebas electrónicas que se aplican por ley». Interpol hizo notar que hubo un período de una semana entre la captura de los documentos de las computadoras y la fecha en que estos fueron entregados a la Interpol, en tal período las autoridades colombianas de hecho modificaron 9,440 archivos, y borraron 2,905, de acuerdo al reporte forense de la Interpol. Esto «puede complicar la validación de estas pruebas a sus efectos de introducirlas en un proceso judicial», señaló la Interpol en ese momento.
Siguiendo con su notable «descubrimiento» y «captura» inicial (se ha dicho que las computadoras sobrevivieron un bombardeo pesado y que no sufrieron un solo rasguño), la milicia colombiana hizo «revelaciones» que pronto resultaron ser falsas. Una foto que mostraba a un alto oficial del Ecuador en un encuentro con las Farc se reveló como falsa. Y más embarazoso aún, la afirmación por parte de la milicia colombiana de que los archivos mostraron que las Farc estaban planeando hacer una «bomba sucia» fue públicamente descartada por el gobierno de los Estados Unidos y por expertos en terrorismo.
Los documentos evidencia del apoyo de Venezuela a las Farc fue tan débil que José Miguel Inzulsa, Secretario General de la OEA señaló un mes más tarde al Subcomité de Asuntos Hemisféricos de los Estados Unidos que no había evidencia de tal apoyo o colusión.
Aún más condenatorio en el caso de la milicia colombiana, son las declaraciones que hiciera el año pasado el General Douglas Fraser, Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, en respuesta a preguntas del Senador McCain, con respecto a las alegaciones sobre las conexiones entre Venezuela y las Farc y sobre las «revelaciones» de las laptops: «no hemos visto ninguna conexión específica que yo pueda verificar de que haya habido alguna conexión directa entre el gobierno con el terrorismo», declaró Fraser, añadiendo, «soy muy escéptico». (Fraser se retracto de su testimonio el siguiente día, después de una reunión con Arturo Valenzuela, alto oficial del Departamento de Estado para Latinoamérica. En todo caso, Fraser como líder de la milicia de Estados Unidos para las actividades en Latinoamérica está en una mejor posición para saberlo.
Tal vez lo más revelador de todo son las actuales estrechas relaciones entre el gobierno de Venezuela y Colombia, ahora que Manuel Santos ha remplazado a Álvaro Uribe como Presidente de Colombia. Si Colombia tuviese de hecho evidencia alguna de que existe apoyo de Venezuela a las Farc ¿podría Santos estar listo tan pronto a un caluroso acercamiento con la administración de Chávez, que rápidamente provoca intercambio comercial y apoyo político? Santos, interesantemente, es el hombre quien, como Ministro de Defensa, supervisó el bombardeo al campamento de las Farc.
La agenda política de EE.UU, durante la mayor parte de la administración de Uribe (2002-2010) parece diseñada para provocar tensiones entre Colombia y Venezuela. Ahora con Santos al mando, y con Colombia «mirando al futuro», e incluso desechando un acuerdo propio de la era de Uribe que estipula un incremento de la presencia militar de EE.UU en Colombia, los promotores de esta agenda están nuevamente esperando provocar polémica, a través del IISS.
Se le está requiriendo al mundo confiar en la palabra de oficiales de inteligencia de la administración Bush y de sus asesores de defensa nacional- los cuales ayudan a supervisar las actividades del IISS – y sus contrapartes en el Reino Unido, entre los que se incluyen ex asesores de Blair (Tony) y Tatcher (Margaret). El experto escogido para presentar esta semana en Washington los expedientes encontrados es por ejemplo un oficial de inteligencia británica, quien ha conducido operaciones de inteligencia en Latinoamérica. Otros notables miembros del consejo asesor del IISS son Robert D Blackwill (ex segundo asesor de seguridad nacional de George W Bush), Eliot Cohen (principal asesor en temas estratégicos de la ex Secretaria de Estado de Condoleezza Rice), Sir David Manning (ex asesor de asuntos extranjeros de Tony Blair) y el Príncipe Faisal Bin Salman Bin Abdulaziz de Arabia del Sur. En otras palabras, muchas de las mismas personas que engañaron a la gente de Estados Unidos y el Reino Unido para poder invadir Iraq ahora quieren que creamos sus «revelaciones» con respecto a Venezuela, Ecuador y su supuesta relación con la Farc.
El IISS está lleno de personas que deberían saber un par de cosas con respecto a «propaganda negra»- no se diga de falsificación y alteración de información, cuya fuente está maquillada, con el objetivo de avanzar en sus objetivos políticos. El uso de este tipo de «propaganda negra» es tan antiguo como el mismo espionaje, y es usado periódicamente por la CIA y el M16 (servicios de inteligencia británicos). El ex agente de la CIA Philip Agee, en sus memorias «Inside de Company: El Diario de la CIA», publicado en los años setentas, revela varias operaciones de este tipo.
Si los compinches de Bush están ahora usando «propaganda negra» para desprestigiar al gobierno de Chávez con el objetivo de quebrantarlo, no sería la primera vez. La administración Bush apoyó al breve derrocamiento de Hugo Chávez en abril del 2002. El uso de información de video alterada y manipulada hacía parecer que los simpatizantes de Chávez habían disparado hacia protestantes desarmados- y esto jugó un rol muy importante en el golpe de estado. ¿Porqué alguna persona debería darle algún valor real a las afirmaciones de un ex alto oficial de la administración de Bush con respecto a Venezuela, Ecuador y las supuestas conexiones con las Farc?
Desafortunadamente, existen muchas voces poderosas que continúan viendo a Latinoamérica bajo un prisma aún de la guerra fría, como los actuales jefes de los comités de EE.UU. para asuntos extranjeros y del hemisferio occidental, así como varios escritores editoriales en los más importante medios de comunicación de los EE.UU, quienes estarán sumamente complacidos en tomar las palabras del IISS y los neoconservadores, justo como lo hicieron previo a la invasión de Iraq.
* Traducido para alborada.net del artículo publicado por el Periódico británico «The Guardian», en Londres, 10 de Mayo del 2011
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2011/may/10/farc-file…