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Los acontecimientos en el mundo arabe

Fuentes: ATTAC

Traducción Susana Merino

Los acontecimientos del mundo árabe nos interpelan y me uno a los propósitos de Mohamed Amani y Philippe Corcuff en su contribución a Mediapart, referente a las izquierdas: «La revolución democrática y popular en Túnez puede arrojar claridad sobre los cuestionamientos a los movimientos sociales en Francia»

El estallido de los movimientos revolucionarios en el mundo árabe siguen su curso pero no se puede ignorar que el efecto sorpresa. querido o no querido, es un factor esencial a todo movimiento revolucionario. Este ha sido evidentemente el caso de Túnez, en una situación que parecía inamovible la inmolación mediante el fuego, un gesto de desesperanza absoluta, una revolución privada de perspectivas reveló una situación revolucionaria que barrió el poder de Ben Alí. Fue el mismo efecto sorpresa, buscado esta vez, que el 1º de noviembre de 1954 marcó el desencadenamiento de la lucha por la liberación argelina. El estado colonial, las fuerzas de izquierda en la metrópolis, pero también la población argelina y hasta Messali Hadj, que desde hace 25 años sigue siendo el principal dirigente independentista, descubren estupefactos que un puñado de militantes han asumido la responsabilidad de emprender la lucha armada por una Argelia independiente.

Otro factor importante para todos los movimientos revolucionarios es la reacción internacional. Muy a menudo, ven conjugarse contra ellos todas las fuerzas reaccionarias, coloniales, imperialistas, pero a veces se abren espacios aleatorios la cobardía de Mubarak es un ejemplo. Esta cobardía es ciertamente inexplicable para los EE.UU. y para otras potencias, vista la importancia geoestratégica de Egipto sin disponer de cartas de recambio. Evidentemente estas están en el ejército largamente financiado por Washington y con estrechos vinculos con la OTAN en el marco del Diálogo Mediterráneo, (sucede lo mismo con Túnez, por el contrario Libia no es miembro del Diálogo Mediterráneo lo que explica una menor influencia en el seno de los ejércitos libios y de sus mercenarios).

Estos espacios aleatorios deben ser usados por las revoluciones. Podemos recordar que la revolución cubana en la etapa de la Sierra Maestra, se benefició con la aparición de artículos muy favorables en la prensa de los EE.UU. que alimentaron, entonces, las críticas de la izquierda ortodoxa del Movimiento 26 de Julio. La radicalización del desarrollo revolucionario de la revolución castrista desde la toma de La Habana pondría fin a esa «apertura» mediática. Recordemos también que antes de la victoria de la revolución china, un grupo de presión preconizó en Washington, con el objeto de que la China en el interés de Estados Unidos no se vinculara demasiado estrechamente con Rusia, el apoyo a Mao Zedong en contra de Chang Kai Sek, cuya derrota era previsible. El contexto de la guerra fría barrió esa corriente. Ni Castro ni Mao ze Tung menospreciaron esos espacios aleatorios. Con razón denunciamos que el gobierno francés no ha visto venir nada a pesar de su diplomacia, de sus servicios secretos, su trama de relaciones con los medios económicos, los trabajos de los investigadores, sus lazos históricos con el mundo árabe y más aún más sus estrechos vínculos con los sátrapas. Siendo así, tengamos la honestidad de reconocer que disponíamos de redes militantes, vinculadas a la población, con los reprimidos, para informarnos sobre las luchas encaradas y que no hemos escuchado el pulso de los pueblos. Lo que decían, repetían, gritaban no se inscribía en nuestros esquemas teóricos ni se pensaban en una estrategia de alianza.

Atrapados en la doble trampa de la alienación colonialista de la que no nos hemos liberado todavía y de la alienación neoliberal a la que aun le falta la radicalización de un Fanon para ser develada, somos espectadores de esos movimientos revolucionarios, sin verdadera solidaridad combativa (fuera de los compromisos personales a congratular) bogando sobre los efectos sorpresa que han suscitado y de los espacios aleatorios que les han sido acordados.

Mohamed Amani y Philippe Corcuff concluyen su contribución recordando que el desarrollo de la solidaridad entre los movimientos sociales franceses con el conjunto de las luchas sociales y democráticas en curso en el mundo es urgente. Eso me parece que para los altermundistas es una evidencia en que la necesidad se une a la urgencia.

(recibido por mail)