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Los ahogos del petróleo y el ALBA salvavidas

Fuentes: Rebelión

En solo cuatro años el petróleo ha aumentado tres veces y media su valor en el mercado internacional, lo que ha puesto en un verdadero atolladero a las naciones pobres del Tercer Mundo que no cuentan con el capital necesario para adquirirlo. En los últimos días el barril de petróleo ha alcanzado la abultada cifra […]

En solo cuatro años el petróleo ha aumentado tres veces y media su valor en el mercado internacional, lo que ha puesto en un verdadero atolladero a las naciones pobres del Tercer Mundo que no cuentan con el capital necesario para adquirirlo.

En los últimos días el barril de petróleo ha alcanzado la abultada cifra de 90 dólares.

Los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez, vaticinaron hace varios meses que el crudo podría alcanzar los 100 dólares el barril y a esas predicciones ahora se sumó el ministro qatarí de Energía, Abdalá Ben Hamad Al Attiyah.

Muchas han sido las situaciones que a lo largo de los últimos tiempos han determinado la explosión en los precios del llamado oro negro entre las que sobresalen el incremento del consumo en relación con las reservas mundiales.

Datos de la institución British Petroleum del Reino Unido aseguran que en el orbe existen reservas de crudo que alcanzarán solo para 40 años si continúa la demanda actual, aunque el descubrimiento de nuevos yacimientos puede alargar su existencia.

Cálculos de expertos indican que la demanda continuará expandiéndose en cerca del 2 % anual, lo cual llevará la cifra de 88 millones de barriles diarios en 2006 a 120 millones en 2020.

A la cabeza del enorme consumo de combustible se sitúa Estados Unidos con 22 millones de barriles diarios, o sea el 28 % de la producción mundial.

Factores determinantes en el precio han sido las guerras lanzadas por Washington en el Medio Oriente para adueñarse del crudo iraquí, las constantes amenazas de ataque contra Irán para tratar de controlar toda la región rica en hidrocarburos y la pérdida en el valor del dólar (1.40 por euro).

La Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) cuyos miembros utilizan el billete verde como moneda de referencia en la cotización del crudo, ha estado pensando en sustituirlo por una canasta de varias monedas.

A lo largo de estos años, cualquier elemento ha sido esgrimido para propulsar los precios del crudo. En la larga lista se destacan además de los ya enumerados, la guerra en Nigeria, los huracanes en el Golfo de México, la captura de una lancha británica por guardacostas iraníes, el aumento del costo de la extracción, las huelgas en Noruega o cualquier cosa que sirva para insuflar miedo.

Ahora la Energy Information Agency (EIA) de Estados Unidos informó la pasada semana que las reservas norteamericanas de petróleo han caído a su nivel más bajo desde enero.

En septiembre pasado la OPEP durante la reunión ministerial en Viena, acordó elevar el suministro de crudo en 500 000 barriles por día para llevar su producción a 31 millones de barriles diarios. La cifra, que equivale a más de un tercio de la extracción mundial, también ha sido cuestionada al alegar los países desarrollados que no sería suficiente para contrarrestar el gasto que se producirá en el próximo invierno.

La OPEP fue fundada en 1960 y actualmente cuenta con 12 miembros: Angola, Argelia, Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Irak, Irán, Libia, Indonesia, Nigeria, Venezuela, Kuwait y Qatar. Ecuador se integrará nuevamente en noviembre.

Ahora bien, detrás de todo este rejuego están los intermediarios que compran enormes cantidades de crudo y los revenden a precios mucho más alto, y por el otro lado las grandes compañías petroleras.

Empresas transnacionales como ExxonMobil, Chevron Texaco, Royal Dutch Shell y British Petroluem, además de la Halliburton, la Bechtel, Gulf y la Total, influyen determinante en los precios por medio del control de la refinación la cual ofrece más ganancias que la extracción.

Esas corporaciones energéticas son dueñas de más de la mitad de las refinerías existentes en el globo terráqueo. De esa forma controlan el proceso de producción, transporte, refinación, distribución y venta del oro negro y por tanto determinan los precios del crudo y de sus derivados.

Expertos en el tema indican que en la década de 1980, un aumento del 5 % en el costo de extracción del petróleo ocasionaba un alza del precio de gasolina entre 3 a 8 %.

Actualmente, el incremento del costo de producción en 5-8 % se transforma en la subida del precio de gasolina en 25 %. Las grandes corporaciones que cuentan con capital y recursos financieros insospechados, dejaron de construir refinerías y de las 10 más grandes existentes en el mundo, dos están en Norteamérica: una en Baytown, Texas y otra en Baton Rouge, Louisiana, ambas propiedad de la Exxon Mobil.

Un dato adicional. Solo en el primer trimestre de 2006, las tres mayores petroleras estadounidenses obtuvieron un beneficio neto de 15 800 millones de dólares, encabezada por la Exxon Mobil con 8 523 millones y la Chevron con 3 900 millones.

Mientras la riqueza se concentra en un pequeño grupo de corporaciones de naciones ricas, los países importadores, mayormente del Tercer Mundo, deben recurrir a las leoninas condiciones que les imponen para acceder a sus créditos los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)

El BM y el FMI por los empréstitos otorgados aplican impuestos que se ubican entre un 10 y 12 % con lo que sus deudas con los organismos internacionales crecen constantemente y los obliga a acatar sus decisiones.

Sus deudas externas se convierten en impagables.

En esta coyuntura y sobre todo para las naciones latinoamericanas han sido fundamentales los convenios firmados con Venezuela a través de PETROCARIBE y PETROSUR que les han permitido obtener el preciado combustible a precios asequibles para sus economías.

Mediante la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) muchas naciones de la región se han salvado de un endeudamiento extremo y de la consecuente crisis. Además, en varias naciones del área se han comenzado a construir refinerías que recibirán petróleo venezolano.

La creación en noviembre venidero del Banco del Sur, será una eficaz forma de enfrentar las acciones ominosas del BM y del FMI controlados por Estados Unidos y la Unión Europea en contra de los pobres de este mundo.