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Los bancos europeos han perdido más dinero por las subprimes que los de EE.UU.

Fuentes: ATTAC España

Tras más de diez meses de crisis financiera, ninguna autoridad comunitaria ha hecho público un informe sobre el asunto. Y es que la Comisión europea carece de competencias sobre las Bolsas y al Banco Central Europeo solo le compete la emisión del euro y el tipo de interés. La solvencia bancaria es cosa de los […]

Tras más de diez meses de crisis financiera, ninguna autoridad comunitaria ha hecho público un informe sobre el asunto. Y es que la Comisión europea carece de competencias sobre las Bolsas y al Banco Central Europeo solo le compete la emisión del euro y el tipo de interés. La solvencia bancaria es cosa de los «independientes» y capitidisminuidos bancos centrales de cada Estado miembro.

Por eso, por mucho interés mediático que despierten, las declaraciones del Presidente del BCE solo sirven para agitar los mercados monetarios descontrolados, pero nada más que eso, que no es poco. Pero que no nos distraigan; si se dispara el euribor muy por encima del 5 %, a pesar de que siga en el 4 % el tipo oficial del interés, es porque continúa la incertidumbre en el mercado interbancario; y los bancos siguen sin fiarse unos de otros, no saben con certeza a cuanto ascienden los devaluados activos respaldados por hipotecas subprimes que guarda el otro.

Porque, contrariamente a lo que algunos preveían, la Unión Europea no ha resultado inmune a la crisis de las subprimes y las llamadas turbulencias han confirmado las deficiencias del actual sistema. En particular para los inversores que se ven desprotegidos, el marco europeo de las finanzas tiene demasiadas lagunas como subrayaba el ministro de finanzas del gobierno Prodi de centro izquierda, Tommaso Padoa-Schioppa, a finales de 2007 (Ft 10/12/2007)

Mientras el BCE ha adoptado medidas anticrisis (aunque socialmente injustas), «por el contrario, ha estado casi ausente la función supervisora de la banca. Incluso frente a señales de riesgo de contagio, no ha habido ni análisis comunes de la situación, ni intercambio de información confidencial, ninguna comunicación coordinada y ni han tenido lugar reuniones de emergencia de los supervisores de la UE»; que son los veintisiete puesto que la Unión carece de un organismo comunitario para los mercados financieros, con las vulnerabilidades que se derivan para los socios europeos y que se exponen en nuestro libro La Europa opaca de las finanzas y sus paraísos fiscales offshore. (http://www.laeuropaopacadelasfinanzas.com/)

Para colmo, añadía el citado ministro italiano que «incluso el BCE, contrariamente a la Reserva Federal, careció de la información sobre la salud de las contrapartes normalmente disponible para los bancos centrales nacionales». En otras palabras, cuando el BCE presta el dinero público a los bancos privados ignora su grado de solvencia, aunque eso no inquiete a los ministros del Eurogrupo que preside el primer ministro luxemburgués.

De ahí el interés despertado por el Instituto de Finanzas Internacionales, un centro de la banca internacional con sede en Washington, que ha publicado datos que nos permiten entender por qué se ha llegado a la complicada situación surgida en España, en el marco de las nuevas burbujas financieras del petróleo y los productos alimenticios:

Primero, los bancos europeos han tenido más pérdidas por los activos respaldados por las hipotecas subprimes que sus rivales los bancos estadounidenses.

Segundo, esas pérdidas han estado asociadas a las oscilaciones del mercado de los instrumentos financieros más que a los fallidos. Traducido: las pérdidas se deben a la especulación, no a los impagos de la contraparte.

Tercero, los créditos hipotecarios subprimes se fragmentaron muchísimo en los EEUU para venderlos y recuperar así liquidez para seguir prestando. Y como se repartieron en pequeños paquetes, el riesgo se ha digerido mejor y más rápidamente que en otras crisis financieras anteriores, asegura el Instituto de Washington.

Y el citado Instituto sostiene que ese riesgo se ha distribuido más entre Europa y Asia. Y en la eurozona, las pérdidas bancarias han estado relativamente más extendidas. Por eso, se ha producido el corte brusco de los créditos para la construcción y para las hipotecas en España.

Ahora, claro está, vemos cómo la economía real sufre las consecuencias económicas y sociales de la crisis financiera que se quiere hacer olvidar. En Irlanda, en el Reino Unido y más en España, las consiguientes restricciones del crédito han acabado con la burbuja inmobiliaria.
Donde el desmadre del crédito inmobiliario era mayor como en España, los efectos son más fuertes e inmediatos. Comenzaron con las pérdidas de los pequeños inversores, unos porque metieron sus ahorros en la Bolsa con elevadas cotizaciones y después se han encontrado con sus acciones valían menos, aunque las empresas sigan siendo rentables. Y otros porque se fueron al «ladrillo» y los precios de los pisos adquiridos como inversión especulativa se han devaluado.

Y ahora, llega el desempleo creciente, las hipotecas impagables y las dificultades particulares de los sectores más sensibles a la
coyuntura.

¿Cuándo lo financiero dejará de ser tabú para la izquierda y cuando se iniciará la desglobalización de los mercados financieros para que sean europeos?