Tengo unos buenos y pacientes amigos que siempre leen y comentan mis artículos, con lo cual me permiten reconocer hasta donde soy capaz de transmitir lo que deseo. Esta vez me dijeron que el último artículo, «El nacimiento de la misión Mercal», pese a que algunas partes las habían tenido que leer dos y tres […]
Tengo unos buenos y pacientes amigos que siempre leen y comentan mis artículos, con lo cual me permiten reconocer hasta donde soy capaz de transmitir lo que deseo. Esta vez me dijeron que el último artículo, «El nacimiento de la misión Mercal», pese a que algunas partes las habían tenido que leer dos y tres veces para captar realmente su significado, les había resultado sumamente esclarecedor.
Me pidieron que ampliara más ese enfoque estructural de la revolución porque les permitía comprender mejor el contexto en que surgieron las misiones bolivarianas. Voy a intentar complacerlos, pero una vez más quiero resaltar lo dificultoso que resulta organizar y compartir como vivíamos toda aquella rica, desbordante y caótica experiencia, imposible de prever y controlar.
Por otra parte los artículos cuentan con limitado espacio por mi parte y tiempo por la del lector, no permitiendo extenderse repetitivamente en detalles. Por lo cual el recurso disponible es darles un desarrollo y continuidad coherente.
Si los leen en http://www.rebelion.org/, los amigos de Rebelión por lo general cuando hago referencia a un artículo anterior, se toman el trabajo de poner un vínculo que los lleva a él. Joseph en http://www.viejoblues.com/Bitacora/, ha tenido la amabilidad de hacerme disponible un blog donde pueden acceder a todos mis artículos. O pueden dirigirse a http://www.lajiribilla.co.cu/ y http://www.forumdesalternatives.org/, que también tienen a bien publicar mis artículos.
En todo caso hay abundante información disponible organizada cronológicamente, en los sitios oficiales y en una amplia variedad de libros respecto a la revolución bolivariana. Lo realmente resaltable de estos artículos es que son la visión emergente de la participación viva en tal proceso, o en todo caso de personas que sienten verdadera afinidad y simpatía por él, enriqueciéndolo con sus aportes.
Creo que es buen lugar y momento para destacar que ya es hora de superar las autoindulgencias y complacencias de los que quieren hacer desproporcionado hincapié en la acción o en la teoría.
Acción sin dirección solo genera reacciones aleatorias, caos y recurrencias de los mismos errores. Teoría sin acción resulta ensimismamiento impotente para transformar la realidad. Por tanto un verdadero revolucionario ha de ser la resultante de la continua realimentación estructural entre acción y teoría, sintetizadas en el fuego de la experiencia cotidiana y corroborada por la transformación de la realidad.
Esta historia comenzó con una propuesta que en esencia era la democratización política participativa, social y económica. Tal proyecto mereció la preferencia del 60% de los electores. Entonces fue necesario plasmar sus líneas estratégicas en la constitución bolivariana aprobada en referendo por 82% de los participantes.
Se fundó la asamblea constituyente en la cual se ganó la mayoría de representantes. Se comenzaron a elaborar y aprobar las leyes necesarias para viabilizar la ejecución del proyecto colectivo. Se crearon las instituciones y ministerios para aplicar las leyes aprobadas
Este es un sueño, una utopía, una idea, una teoría concretada en hechos, o como decimos, hecha realidad. Hasta aquí todo bien, todo fácil. Solo que falta la contracara. Lo primero que cabe resaltar es el engorroso proceso de cambio y refundación, necesario a poder iniciar una democratización de las instituciones. Lo cual pone en evidencia que dichas instituciones tenían otra función, un propósito diferente.
Por cada uno de esos pasos hubo que soportar y sufrir el bombardeo incesante de los medios aterrorizando a la gente, el continuo intento de boicot en la asamblea legislativa. En medio de todo ello vinieron el golpe virtual y el boicot petrolero disfrazado de huelga general.
Pretensión de doblegar al pueblo por hambre. Asesinatos, incendios, atentados contra los servicios públicos. Contratación de paramilitares colombianos para asesinar indiscriminadamente representantes del gobierno y pueblo.
Mil millonarias pérdidas en dólares que apenas saliendo a flote del subterráneo en que se habían recibido las finanzas del país, paralizaron por dos años toda posible ejecución del proyecto. Luego el referendo revocatorio presidencial a mitad de mandato, falsificando las firmas necesarias y usurpando los privilegios de la constitución que no aceptaban.
Finalmente cuando ya perdieron toda posibilidad de hacerse con el poder, el departamento de estado de EEUU, cuyo embajador junto con el de España habían sido los únicos en ratificar el gobierno golpista que duró menos de 48 horas, comenzó a intentar abiertamente aislar a Venezuela en la ONU y la OEA.
Fue entonces cuando se les cayeron las máscaras a todos los participantes del baile de disfraces internacional, quedando al desnudo una estrecha y amplia trama de intereses. Que implicaba cuando menos cien años en el tiempo y una pretensión de expansión y dominio planetario en el espacio.
Estas son las implicaciones prácticas de intentar llevar a cabo las ideas o el plan inicial. Cada paso intentado afloraba tramas cada vez más estructurales de intereses resistentes. Y por supuesto exigía la capacidad y creatividad de superarlas o abortar, dejar por el camino tal proyecto.
No hay respuestas hechas, porque no solo tu creatividad participa del juego, sino también la del contrario, quien tiene mucho más recursos y aliados que tu para bloquear tus jugadas. Además de contar con gran experiencia en el manejo de las instituciones y publicidad, no tener reparos ni limitaciones morales y un sistema de intereses común que a la hora de actuar garantiza su unidad de criterios.
Es importante comprender este proceso, porque cualquier intento significativo de cambio tendrá que pasar inevitablemente por el, ya que las poderosas tecnologías de producción, transporte y comunicaciones de que hoy disponemos nos llevan a una civilización global o planetaria, que necesariamente habrá de contar con una organización e instituciones.
La alternativa no parece ser si queremos o no aceptar la fuerza arrolladora que los hechos imponen, sino las posibles direcciones que podemos darle a tal proceso. Por otra parte si no intentamos darle una nueva dirección a tales hechos, no habrá modo de que hagamos aflorar, podamos reconocer y superar la inercia, resistencia o sistemas de intereses que nuestras intenciones actualicen.
El modelo que gracias a todo este proceso pudimos reconocer, y cuya dirección es necesario corregir para llevar a cabo nuestro proyecto, es simplemente un modelo supraestatal o transnacional centralizado. Digo «simplemente», porque hoy en día me doy cuenta que desde que dejamos de caminar en cuatro patas y levantamos la mirada al cielo por primera vez, hemos estado buscando siempre identidad y dirección. Un norte, una estrella polar, unos ojos cálidos que mirar para no sentirnos perdidos.
Siempre hemos tenido un modelo piramidal jerárquico con un líder máximo, dioses, semidioses, héroes, patriarcas, reyes, padres de la patria, presidentes. En posible reemplazo en caso de saturación, hoy tenemos ídolos o «estrellas» artísticas y deportivas que nos distraen y entretienen. TV y revistas que se encargan de mantenernos al tanto de sus excitantes vidas. Son los sensuales cortesanos de antaño.
Es el mismo modelo centralizado repetido hasta el cansancio ya sea supraestatal, estatal o familiar. Es una reiteración del modelo cósmico del medioevo, en que la Tierra era el centro estático del universo que giraba en torno a ella. Es el mismo modelo sicológico del ego que se siente y cree el ombligo del mundo, que también gira en torno a él y a su servicio o capricho. Simple antropomorfismo.
No creo que hoy en día nadie se atreva a decir que esta es una ley natural, porque por mucho que busques no vas a encontrar geometría euclidiana en las formas naturales. Por lo cual no queda más que concluir que es una forma mental proyectada sobre el paisaje natural, igual que paralelos, meridianos y puntos cardinales. En pocas palabras es organización humana, intencional.
Si esto nos queda claro, entonces reconoceremos que aquello de «trata a los demás como deseas ser tratado» o «la igualdad, justicia, libertad y hermandad» de la revolución francesa, aluden y exigen un modelo mental de organización horizontal en lugar de vertical o piramidal. Un modelo orgánico, de funciones estructurales, interdependientes y simultáneas, en delicado e inestable equilibrio en que cualquier cambio afecta a la totalidad.
Como la función de la respiración por ejemplo, en que el reino vegetal metaboliza el anhídrido de carbono que nosotros expiramos cual desecho, liberando el oxígeno para nuestra siguiente inspiración. Una íntima respiración boca a boca en que dos reinos crecen juntos, alimentándose mutuamente de lo que el otro desecha.
Y es en este contexto que puede comprenderse la función de los consejos comunales, cuya ley se aprueba en estos días luego de extensas e intensas discusiones entre asamblea y comités populares.
No hay modo de recuperar el poder enajenado, proyectado idolátricamente sobre dioses, reyes, estrellas e instituciones de todo tipo, sino ejerciendo el poder de decisión sobre las funciones sociales que nos competen. Eligiendo en nuestras localidades organizadas participativamente, la dirección y destino que queremos darle a nuestras vidas.
Ya existen, funcionan y están en formación todo tipo de comités. De tierras, agua, electricidad, vivienda, alimentación, arte, cultura, salud, educación, selección de las personas para ser beneficiadas con las misiones Negra Hipólita y Madres del Barrio, (de las cuales hable en el artículo anterior), etc. Además el nuevo modelo de educación impulsa desde el principio mismo, a la aplicación práctica del conocimiento adquirido en la planificación y ejecución de proyectos en tu propia comunidad.
Esos comités son capacitados y asesorados por profesionales de los ministerios responsables de cada misión, para planificar los proyectos de sus localidades. Ellos reciben y administran los recursos necesarios para ejecutarlos. Se realiza un arduo trabajo para interconectar en red todas estas capacidades y experiencias enriquecedoras, mediante Internet, televisoras y radios alternativas comunales. Que a su vez se conectan digitalmente con la asamblea constituyente y pueden participar en tiempo actual en la elaboración y discusión de leyes.
Entre todos ellos se eligen representantes que llevan sus decisiones al nivel superior de participación. Y lo más interesante de todo. ¡Son totalmente independientes política y económicamente! Ya hay quien teme que se conviertan en un segundo poder que dificulte la gobernabilidad. Mientras que los comités temen que se aprueben demasiado rápido las leyes habilitantes del ejercicio comunal, lo cual pudiera imponerles limitaciones indeseables.
Ambos sufren el temor a los fantasmas del pasado, y es comprensible que así sea luego de décadas y centurias de opresión, dentro de un modelo que evolucionando mecánicamente tiende a centralizar y concentrar poder y/o capital. Pero en un modelo dinámico, ágil, horizontal, la constitución y las leyes no son más que expresión de la voluntad popular y pueden cambiarse cuantas veces sea necesario.
A fin de cuentas somos aprendices en este ejercicio de participar, decidir, gobernar cada cual en nuestra función y área de responsabilidad. Por tanto son inevitables los errores y lagunas legislativas así como la posibilidad de corregirlas y ampliarlas a medida que la experiencia las enriquece o deroga.
La idea que mejor ilustra este ejercicio de devolución y apropiación del poder enajenado, la encontré en el proceso cubano. Ellos llaman «autosuicidio gubernamental» al proceso mediante el cual el que ejerce el poder, lo va transfiriendo voluntariamente a sus destinatarios hasta convertirse en uno más de ellos.
El mismo principio estratégico lo realiza allende fronteras el proyecto del ALBA, (alternativa bolivariana para las Américas). Comprendiendo la inevitable globalización, apunta a cambiar la tendencia mecánica exclusivamente centralizada y económica que lleva tal proceso.
En su lugar propone el intercambio de capacidades y producciones de cada pueblo, apuntando al respeto, complementación y equilibrio de las asimetrías, en lugar de la competencia depredadora y ampliación de tales brechas de desarrollo, resultantes justamente del modelo imperante. Tal iniciativa si bien tiende a ser inicialmente entre estados, (en lugar de entre corporaciones privadas), se amplia a gobernaciones, alcaldías, cooperativas y organizaciones sociales.
El intercambio entre Cuba y Venezuela ilustra tal posibilidad. Aunque es sumamente amplio basta con el ejemplo de que la mayoría de la misiones bolivarianas, han sido posibles por la fraterna asistencia de los profesionales cubanos. Mientras que Venezuela ayuda con sus recursos energéticos. Hoy ambos pueblos salen como uno solo a proporcionar la misma solidaria ayuda a otros pueblos.
En esencia estamos hablando entonces de una dinamización de las instituciones sociales, que ganan flexibilidad adecuándose a las necesidades del humano accionar. De un justo y ya merecido reconocimiento del actor, poniendo a su servicio las hasta ahora alienadas obras de su mente y sus manos.
Del necesario ejercicio y aprendizaje social cotidiano de decisión de todos y cada uno, en las correspondientes áreas de capacidad y responsabilidad, para irnos apropiando del poder. Sustituyendo con una red social viviente las rígidas y asfixiantes instituciones, que mecánicamente tienden a autoafirmarse, continuar, centralizar poder, generando burocracia y corrupción.