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Los crímenes de Bolsonaro: hay que juzgar, castigar y reparar

Fuentes: Revista Movimento (Brasil) [Imagen: Bolsonaro en una rueda de prensa cuando era presidente de la República, en el año 2020. Créditos: Marcos Corrêa/Agência Brasil]

El genocidio contra el pueblo yanomami exige reparación y justicia con la responsabilización de Bolsonaro y sus aliados.


En la segunda temporada de la serie “Cazadores”, Hitler es juzgado luego de ser capturado en su escondite en Argentina. La serie de ficción escenifica un juicio hipotético del monstruo del siglo, al igual que 11 nazis fueron juzgados en la vida real en Nuremberg. Pinochet fue condenado en el proceso conducido por el juez español Baltasar Garzón, Alberto Fujimori está bajo arresto. Videla, Massera y Galtieri se sentaron en el banquillo. Bolsonaro debe tener su tiempo.

Imposible no asquearse con las imágenes de los yanomami. Fueron impactantes. Muertes, desnutrición, violencia contra un pueblo indígena. Aquí está el legado de cuatro años de gobierno de Bolsonaro, cómplice de los mineros ilegales, inscribiendo un capítulo más en el catálogo genocida.

Bolsonaro debe ser extraditado inmediatamente para ser juzgado.

Una persona responsable con nombre y apellido

La masacre de los yanomamis debe cesar de inmediato. Y los responsables deben pagar por sus crímenes.

Los mineros ilegales se benefician de un verdadero sistema de privilegios, que garantiza sus ganancias y violencia y conduce al exterminio de los yanomamis. Como afirmó Davi Kopenawa, líder de los yanomami en una entrevista, “más de 570 niños yanomami menores de cinco años han muerto como consecuencia de la contaminación por mercurio de la minería ilegal, desnutrición, diarrea, enfermedades respiratorias y malaria en los últimos cuatro años”.

Los engranajes que sustentan la minería son la base constitutiva del proyecto bolsonarista. Se trata de esquemas de poder local, donde se estima que 70.000 mineros ilegales trabajan clandestinamente, con turbias relaciones con las autoridades públicas, omisión de los ámbitos civil y militar. La expresión de la impunidad se conoce con el nombre de Pedro Prancheta, el empresario responsable de muchas de las minas. Abrir las puertas del infierno fue el programa del ministro Salles cuando “habló de hacer pasar el ganado”.

Bolsonaro, todavía como diputado, había presentado un proyecto, en 1993, en connivencia con madereros y mineros ilegales, para poner fin a la demarcación de la reserva yanomami. La furia de destrucción, odio y genocidio que marca la acción política bolsonarista viene de lejos.

Los nuevos hechos que llegaron a finales de esta semana no hacen más que corroborar la necesidad de seguir recrudeciendo el cerco a los responsables del genocidio, que une el exterminio de los pueblos originarios con intentos de golpe de Estado que cierren el régimen político. La detención del fascista Daniel Silveira y las altisonantes revelaciones del senador Marcos do Val a la revista Veja.

Es necesario movilizarse

No se puede confiar únicamente en las buenas intenciones de los actores políticos. Es fundamental movilizar a la sociedad para hacer retroceder el legado de Bolsonaro y garantizar que haya justicia.

El proceso de transición de la dictadura a la democracia en la década de 1980 tuvo la impunidad como base del pacto que sustentó la Nueva República. Repetir esta postura, con otros actores, en la actualidad, sería un desastre. No por casualidad, la consigna que se escucha con más intensidad en los actos es “No Amnistía”. Los juicios y castigos deben ir acompañados de una política de reparación para todos los afectados por el genocidio.

Necesitamos organizar la energía social que repudia las prácticas genocidas para obligar a Bolsonaro, su clan, su entorno (generales como Pazuello) a ser juzgados y castigados. No hay otra salida: organizar luchas y categorías, demandas y un plan de lucha para conquistar una mayoría social.

El calendario que está en marcha debe ser fortalecido. En los próximos días la juventud se concentrará en la Bienal de la UNE, sectores de la cultura organizan cuadras carnavalescas de contenido democrático y los movimientos preparan una marcha de luchas. El 8 de marzo, las mujeres saldrán a la calle, el 14 de marzo, cinco años sin Marielle para exigir justicia. Además de demandas populares, por vivienda, salario, entre otras.

PSOL en acción

El PSOL está orientado a hacer valer las demandas del pueblo, manteniendo una posición independiente. En ese sentido, jugó un papel importante la candidatura de Chico Alencar, separada del bloque que unió al PT y al PL para reelegir a Lira.

Nuestro lugar es organizar las demandas del pueblo, estar al frente de la lucha contra la extrema derecha y acompañar las acciones de los movimientos, para que puedan incidir en la correlación de fuerzas.

En un año que ya ha comenzado con intensos acontecimientos, nos inspira la actual rebeldía peruana, que enseña que sólo a través de la lucha social avanzaremos hacia el cumplimiento de las demandas y derechos básicos de nuestro pueblo.


Israel Dutra es sociólogo, secretario general del PSOL y miembro del Movimiento de Izquierda Socialista (MES).

Fuente: https://movimentorevista.com.br/2023/02/los-crimenes-de-bolsonaro-hay-que-juzgar-castigar-y-reparar/