Representantes de Organizaciones No Gubernamentales de Africa, EEUU y las Antillas holandesas acusaron a la petrolera anglo-holandesa Shell de mentir sobre sus políticas de respeto al medio ambiente y delinquir cuando opera en los países en vías de desarrollo.Durante la presentación a la prensa en el Parlamento Europeo del informe «Lecciones a aprender. El otro […]
Representantes de Organizaciones No Gubernamentales de Africa, EEUU y las Antillas holandesas acusaron a la petrolera anglo-holandesa Shell de mentir sobre sus políticas de respeto al medio ambiente y delinquir cuando opera en los países en vías de desarrollo.
Durante la presentación a la prensa en el Parlamento Europeo del informe «Lecciones a aprender. El otro informe Shell 2004», representantes de ONG de Nigeria, Sudáfrica, Estados Unidos y las Antillas holandesas pidieron a la Unión Europea (UE) que interceda en este asunto y obligue a Shell a respetar sus compromisos.
Según los representantes de estos grupos, la multinacional aplica un «doble discurso» ya que, aunque públicamente se vende como una empresa respetuosa con el medio ambiente y los derechos humanos, después vulnera esas obligaciones en los países con sistemas jurídicos débiles que facilitan esas infracciones.
«El asesinato del poeta y activista de derechos humanos Ken Saro-Wiwa desató en 1995 la indignación internacional sobre la situación del Delta de Níger», indica el documento, que recuerda que Saro Wiwa dirigía una organización que pedía a Shell que asumiera sus responsabilidades en la devastación ambiental provocada por su filial en Nigeria.
Aunque en 1996 Shell lanzó una campaña pública para reparar su negativa imagen, «diez años más tarde demuestra que no ha aprendido la lección» y sigue causando contaminación y daños a la salud en ese país, con la emisión de gases contaminantes 24 horas al día, denuncia el documento.
Los eurodiputados Richard Howitt (del Grupo Socialista europeo) y Claude Turmes (Verde) coincidieron en que las prácticas denunciadas ponen de relieve que la responsabilidad social corporativa, destinada por ejemplo a asegurar que las empresas respetan el medio ambiente, «no debe ser voluntaria», sino obligatoria.
«Deberíamos exigir» el cumplimiento de los estándares europeos a las empresas comunitarias también cuando operen en otros países, consideró Howitt.
Por su parte, Turmes señaló que en la Comisión Europea no existe una posición única en este ámbito y que, mientras comisarios como el de Empresas e Industria, Gunter Verheugen, son partidarios de las normas voluntarias, otros como el de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, se inclinan más hacia la obligatoriedad.