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Los desafíos ante la eterna deuda

Fuentes: Argenpress

Con una economía en franco crecimiento tras el derrumbe de 2001 y un proceso de reestructuración de la deuda que avanza, Argentina despide el 2004 con el desafío a mediano plazo de liquidar todos sus compromisos financieros.Asiduo crítico de los organismos multilaterales, el presidente Néstor Kirchner develó a pocos días de concluir el año una […]

Con una economía en franco crecimiento tras el derrumbe de 2001 y un proceso de reestructuración de la deuda que avanza, Argentina despide el 2004 con el desafío a mediano plazo de liquidar todos sus compromisos financieros.

Asiduo crítico de los organismos multilaterales, el presidente Néstor Kirchner develó a pocos días de concluir el año una de sus aspiraciones más ambiciosas: cancelar toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener autonomía económica.

Sin embargo, la idea inicial de saldar de un solo pago todo el adeudo con el FMI, estimado en unos 15 mil millones de dólares, quedó sepultada por el mandatario, tras las críticas de algunos sectores.

Kirchner marcó entonces las pautas centrales de su plan, que apunta en realidad a finiquitar en forma paulatina las obligaciones contraídas con el organismo dirigido por el español Rodrigo Rato.

Aseguró que la estrategia de desendeudarse con las entidades financieras, en un plazo de cuatro años (hasta el 2008), es una política de Estado de su gobierno para alcanzar una mayor autonomía nacional.

Entre los ejes centrales de su accionar, además del mencionado, el mandatario colocó el mejoramiento de la calidad institucional con la transformación educativa y la inclusión social.

Hay que terminar con la Argentina del endeudamiento permanente, la de la economía intervenida en forma constante, donde las entidades financieras nos marcan los patrones a seguir con un total desconocimiento de la realidad doméstica, sostuvo el gobernante.

Una vez más, el dignatario lanzó sus dardos contra el Fondo, al señalar que este país es una de las expresiones más claras y duras de lo que significó aplicar a rajatabla, en la década de los años 90, las recetas impuestas desde afuera.

Insistió en que el constante endeudamiento permite a las instituciones de crédito internacionales intervenir en la economía, en detrimento de los intereses nacionales.

De esta manera, el presidente reveló el plan para desembarazarse del molesto monitoreo trimestral del Fondo sobre la economía argentina, propio de cuando regía el acuerdo con el organismo.

Ese pacto fue interrumpido a mediados de año, luego de las postergaciones del canje de la deuda en default (cesación de pagos) en la que entró esta nación a fines de 2001.

Desde esa suspensión también se trabaron los reembolsos del organismo ante cada pago de Argentina, la que no obstante cumplió religiosamente con todos los vencimientos.

Ese estatus de acreedor privilegiado no lo han tenido, en cambio, los países que adquirieron bonos argentinos, los cuales entraron en default (cesación) hace tres años, cuando Buenos Aires debió declarar una moratoria de su deuda externa.

No obstante, los mercados financieros celebraron en noviembre el lanzamiento de la oferta final de Argentina para renegociar su abultada carga en suspensión de pagos, que espera lograr más del 70 por ciento de aceptación de los acreedores privados.

El Gobierno de Kirchner presentó ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) los detalles definitivos del canje de títulos en default que, incluido intereses, es de 81 mil 800 millones de dólares.

Con esta transacción sólo se renegociará una parte del débito externo del país.

El resto, por otros 80 mil millones de dólares, tanto el que fue convertido en pesos como el contraído con los organismos de crédito internacionales, se está pagando sin atrasos y no forma parte del actual trueque.

En diciembre, el jefe de Estado formalizó el proceso de reestructuración mediante dos decretos que dieron sustento legal a la oferta de canje

Con ese paso, Buenos Aires cumplió uno de los requisitos necesarios para que la SEC apruebe el prospecto enviado por el país meses atrás.

Sin el visto bueno de la SEC no se puede iniciar el proceso de truque de los bonos en EEUU, plaza donde están los principales fondos de inversión que tienen títulos argentinos.

La otra obligación es la elección de un banco para que actúe como agente de cambio y fiduciario de la operación. En este caso el contrato recayó en el Banco de Nueva York.

Los decretos despejaron una ola de versiones periodísticas sobre un nuevo aplazamiento del lanzamiento del canje, previsto en principio para el 29 de noviembre y postergado luego para el 17 de enero de 2005.

Tras una crisis inédita que derrumbó el Producto Interno Bruto (PIB) casi un 30 por ciento entre 1998 y 2002, Argentina volverá a cerrar el año con un crecimiento superior al ocho por ciento.

Analistas sostienen que las exportaciones y el consumo se mantuvieron como los motores de la economía, aunque desde el Ministerio de Economía destacaron que la inversión también recuperó los niveles de la pasada década, con casi el 20 por ciento del PIB.

Sin lugar a dudas, las complejas negociaciones con los organismos financieros internacionales demandaron durante los últimos 12 meses los principales esfuerzos de la administración Kirchner.

En lo interno, la consolidación del repunte de la actividad económica reflotó el debate sobre cómo se repartirán los frutos del crecimiento, una asignatura que quedará pendiente para el 2005.