La izquierda venezolana es la protagonista de otra faena política histórica. Tiene los ojos del mundo puestos sobre su desempeño en las elecciones del próximo 14 de abril, cuando se elegirá el presidente que suceda a Hugo Chávez (Q.E.P.D), el gran líder de la revuelta popular latinoamericana y antiimperialista que activo, con su inteligencia y […]
La izquierda venezolana es la protagonista de otra faena política histórica. Tiene los ojos del mundo puestos sobre su desempeño en las elecciones del próximo 14 de abril, cuando se elegirá el presidente que suceda a Hugo Chávez (Q.E.P.D), el gran líder de la revuelta popular latinoamericana y antiimperialista que activo, con su inteligencia y voluntad, una nueva época para las naciones del continente y su patria bolivariana. Nicolas Maduro lo sucederá, a no dudarlo. El proyecto de la derecha retrograda que representa Capriles no es viable, es la anti historia.
Se completan casi quince años en que la izquierda ha sido la fuerza política hegemónica y la directora del Estado nacional, gestionando grandes transformaciones, las cuales han derivado en el reconocimiento de los derechos sociales, democráticos, económicos, culturales y ambientales de millones de ciudadanos, sin distingos de raza, genero, nacionalidad, credo o convicciones ideológicas. Los resultados están a la vista y no los puede ocultar la retórica estridente de la derecha escuálida.
La izquierda gobernante del siglo XXI es la heredera de la izquierda histórica, no hay solución de continuidad entre las dos.
La histórica, no la vieja, como suelen designarla algunos para demeritarla en su acción visionaria, era la genuina expresión popular de su momento.
La conformaron los comunistas desde 1931 ( con dirigentes destacados como Juan Bautista Fuenmayor, Pío Tamayo, Rodolfo Quintero, Gustavo Machado, Eduardo Machado, Salvador de la Plaza, Jesús Farías, Pedro Ortega), el MIR ( con Domingo Alberto Rangel, Gumersindo Rodríguez y José Rafael Muñoz), el PRV ( de Douglas Bravo, Francisco Prada Barazarte, Argelia Josefina Melet de Bravo, Ramón Elías Morales Rossi, Eligio Sibada, Alí Rodríguez Araque, Dimas Petit, Vásquez, Laura Pérez, Diego Antonio Salazar Luongo, Kléber Ramírez y Atilio Hernández), las Faln (y sus frentes guerrilleros «José Leonardo Chirinos y «Simón Bolívar»), el MEP ( de Luis Beltrán Prieto Figueroa, Jobito Villalba y Jesús Ángel Paz Galarraga), el MAS ( de Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Eloy Torres, Carlos Arturo Pardo, Tirso Pinto, Freddy Muñoz y Argelia Laya), la Causa Radical ( con su histórico ideólogo Alfredo Maneiro, con Andrés Velásquez, Francisco Arias Cárdenas, Aristóbulo Istúriz) y personalidades como José Vicente Rangel y José Rafael Núñez Tenorio.
Es la izquierda tenaz, llena de sacrificios, espartana, lucida, audaz, resuelta, que abrió el camino, equipada con la teoría critica del marxismo, del leninismo, del trotskismo, el maoísmo y el pensamiento crítico occidental y nuestroamericano, que le permitió interpretar, a la luz del materialismo histórico y de la filosofía materialista, la naturaleza de la sociedad de clases, del capitalismo dependiente, del Estado oligárquico, de la dominación imperialista, del papel de los trabajadores en alianza con los campesinos, los intelectuales y los estudiantes y su lucha contra el neoliberalismo, por la democracia, la revolución y el socialismo.
Es la izquierda que brota de la revolución soviética de 1917, con la revolución republicana española de 1937, que se fortalece con las revoluciones china, cubana, vietnamita, sandinista, con la gesta del Che y la batalla heroica de Salvador Allende.
¿Qué sería de Venezuela hoy sin esa izquierda mítica de los años 30, de los 50, de los 60?
Fue la izquierda de la que se puede decir, como la de hoy, que se posicionó de manera firme en contra del capitalismo y que abogó por la construcción de una sociedad socialista en la que debe primar la igualdad (Bobbio), la libertad (otra vez Bobbio) y la solidaridad. Específicamente donde la propiedad privada de los medios de producción se suprima para que se de la propiedad colectiva u otra forma de propiedad, lo que implica el fin de la explotación y dominación de unos pocos sobre la mayoría.
La izquierda histórica fue ese conjunto de fuerzas que lucharon por construir una sociedad alternativa al modo capitalista explotador y su racionalidad de lucro, una sociedad de obreros y obreras, estructurada a través de un sentido humanista y dirigida a satisfacer las necesidades humanas primordiales; una sociedad libre de pobreza y de las miserias espirituales que produce el capitalismo; una sociedad que no se decreta desde arriba sino se construye desde abajo, con el pueblo como protagonista central, es decir, una sociedad socialista.
La izquierda histórica además de luchar por la igualdad de los venezolanos se caracterizó por su rechazo a un modelo aberrante de sociedad basada en la explotación y la lógica del lucro: el modelo capitalista. No era una izquierda retórica ni demagógica porque su práctica cotidiana era una lucha sostenida por las transformaciones y construcciones necesarias.
Fue una izquierda que optó por los pobres, que siempre se indignó ante la exclusión social, inconforme con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, que consideró una aberración la desigualdad social.
Sobre esa izquierda, mejor, desde su entraña misma, es que surge la nueva izquierda.
La del Caracazo antineoliberal de 1998, la de la rebelión militar de 1992, la del MBR/200, la del MVR, la del Polo Patriótico, la de Hugo Chávez, la de las 3 raíces, la del PSUV, la del PCV (sXXI), la de la Liga Socialista, el Movimiento Independiente Ganamos Todos, la Unidad Popular Venezolana, los Independientes por la Comunidad Nacional, la del Proyecto Nuestra América (PNA/M-13 Abril), Ana Karina Roter (AKR), Nueva Expresión antiimperialista, Conexión Social, la del CRA y el Libertario, la de los círculos bolivarianos, la de los consejos comunales y la de los TUPAMAROS.
La izquierda venezolana del siglo XXI tiene entre sus conquistas las siguientes:
La Constitución participativa de 1999.
Las leyes de pesca, tierras y petróleos del 2001.
La derrota del golpe fascista del 11 de abril del 2002 que pretendía instaurar una dictadura como la de Pinochet.
El rescate de la renta petrolera y de PDVSA.
Las Misiones sociales en salud, educación, tierras, empleo, desarrollo, ambiente, derechos de la mujer, derechos de los indígenas, derechos de los afros descendientes.
La solidaridad y apoyo a Cuba socialista y los gobiernos populares de Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Su apoyo incondicional a la paz en Colombia.
Los Consejos comunales, los comités del agua, de tierras y planificación popular.
El Estado comunal.
El Socialismo del siglo XXI.
La reducción de la pobreza, la desigualdad y la miseria.
La igualdad.
La democracia participativa actuante, más eficaz, con procesos electorales limpios y transparentes.
Un héroe revolucionario como HUGO CHÁVEZ FRÍAS .
Y el triunfo seguro de NICOLAS MADURO el próximo 14 de abril.
Ha sido fértil y revolucionario el camino recorrido por la izquierda venezolana. Haber desmantelado el neoliberalismo y dar los pasos hacia el socialismo, la colocan en un sitio privilegiado de la historia de la humanidad.
Su gran desafío es vencer, nuevamente, a la derecha retrograda en las elecciones del 14 de abril para que pueda proseguir su obra de transformación de Venezuela.
@PazXXI
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