Recomiendo:
0

Entrevista a Luís Bonilla Molina, colaborador cercano del presidente Chávez

«Los desafíos de la revolución bolivariana a un año sin Chávez»

Fuentes: Punto de Vista Internacional

Un año ya ha transitado sin el comandante Hugo Chávez a la cabeza del proceso bolivariano en Venezuela. Un año complejo para la revolución bolivariana, que hoy se encuentra en un punto de inflexión: profundizar la revolución o retroceder al neoliberalismo. Luís Bonilla Molina ha sido protagonista de este proceso, como militante revolucionario bolivariano y […]

Un año ya ha transitado sin el comandante Hugo Chávez a la cabeza del proceso bolivariano en Venezuela. Un año complejo para la revolución bolivariana, que hoy se encuentra en un punto de inflexión: profundizar la revolución o retroceder al neoliberalismo. Luís Bonilla Molina ha sido protagonista de este proceso, como militante revolucionario bolivariano y ocupando importantes responsabilidades en el gobierno, siendo colaborador cercano del presidente Chávez. Fue Viceministro de educación y actualmente es Presidente del Centro Internacional Miranda y de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada; el primero de ellos tiene por objeto promover la solidaridad internacional con la revolución y difundir el sistema político de democracia participativa y protagónica y el segundo el estudio de los procesos de cambio en los sistemas educativos del mundo.

Introducción  

-Podrías hacer una breve caracterización general de los 16 años de la revolución bolivariana…  

-Hablar de 16 años de revolución bolivariana es incorrecto, tenemos que hablar de 16 años de gobierno bolivariano. La revolución bolivariana la entendemos como un proceso que tiene orígenes incluso en el mismo proceso independentista abierto por Bolívar y que en la etapa moderna -por decirlo de alguna manera-, se expresa con la alianza cívico militar que se gesta en la década de los 50 en un primer momento con una relación Partido Comunista – militares; luego con el Partido de la Revolución Venezolana en la década del 60 y posteriormente con otros sectores de izquierda y militares que como un continum se mantienen en las décadas de los 70, 80 y 90 y que empalma con la lucha del movimiento obrero, del movimiento estudiantil y del movimiento popular.

Nosotros preferimos trabajar una perspectiva más de proceso que de gobierno, teniendo la revolución bolivariana un punto de quiebre, de inflexión, de relanzamiento -por decirlo de alguna manera- a partir de 1987 con la rebelión estudiantil que durante casi 6 meses paralizó buena parte de las universidades del país. Los universitarios desde las calles no solo reclamaron una educación gratuita, popular y de calidad, sino una educación que pudiera responder a las necesidades del pueblo. Este es el primer proceso de articulación de masas de los estudiantes con las comunidades y los barrios que logró durante 6 meses comenzar a prefigurar un nuevo modo de relación entre el mundo político con el mundo social, que luego tendría un nuevo hito con lo que sería más conocido como el caracazo o la revolución de los barrios el 27 y 28 de febrero de 1989. La revolución popular de febrero de 1989 obligó a los militares bolivariano a acelerar todos los planes de insurrección contra el orden establecido e insurgir en 1992 con dos rebeliones: la del 4 de febrero de 1992 con Hugo Chávez a la cabeza y un grupos de militares del ejército y la del 27 de noviembre de 1992 liderada por el general Francisco Visconti y Wilmar Castro Soteldo, con la aviación y un grueso sector de bolivarianos de las fuerzas armadas.

Estas dos rebeliones permitieron una articulación más concreta del mundo de la lucha social con el mundo militar y prepararon , desde la Agenda Alternativa Bolivariana, la posibilidad de una plataforma de gobierno con la candidatura de Hugo Chávez en 1996 e iniciar en 1999 los 16 años de gobierno que tú mencionas. Por tanto, los 16 años no podemos verlos desvinculados de todo un proceso de lucha del movimiento bolivariano que surge desde la nueva etapa iniciada en la década del 50 con la articulación del mundo civil y militar desde la izquierda.

Los últimos 16 años -podría decirse-, se pueden periodizar en tres etapas: La primera es el inicio de la ruptura del pacto de gobernabilidad establecido por la cuarta república. Pacto que se fisura con la rebelión del año 1989. Se profundiza con las rebeliones militares del año 1992, pero que no termina de crear una nueva relación de poder y se genera una profunda inestabilidad que se mantiene hasta el 2004: incluso ya con Chávez en el gobierno, con la insurrección de la derecha en el 2002 contra el gobierno chavista. Es sólo hasta 2004 cuando se crea una nueva forma de gobernabilidad a partir de los resultados electorales del 2004 con el referéndum revocatorio y la decisión firme del pueblo venezolano de ratificar a Hugo Chávez Frías al frente del gobierno bolivariano, lo que implicó que la burguesía tuviera que replegarse y aceptar (después de las derrotas militares del 2002 y electoral del 2004) las nuevas condiciones que le imponía el proceso bolivariano. Es decir hay una etapa de 1989 al 2004 que es de construcción de gobernabilidad revolucionaria; otra etapa del 2004 al 2012, que es la etapa del socialismo. Recordemos que es sólo hasta diciembre del 2004 cuando Chávez señaló que la revolución bolivariana era de corte socialista, declaración que ratificaría en el 2005 en el foro social mundial de Porto Alegre puntualizando que «el rumbo socialista era para un socialismo democrático, libertario y humanista, que denominó socialismo del siglo XXI». Entonces en el 2004-2005 se inicia un nuevo periodo de la revolución bolivariana donde ya no basta solo el discurso y la acción antiimperialista y nacionalista, sino que la vincula al imaginario y a las tareas concretas del socialismo a escala planetaria. Luego con la muerte del comandante Hugo Chávez en marzo del 2013 se abre una nueva etapa que es la de «los bolivarianos», es decir, quienes asumen la conducción del proceso bolivariano, cuyo desafío no es solo mantener la revolución Bolivariana, sino seguir la profundización del rumbo socialista de la misma.

En estos 16 años la revolución Bolivariana puede ser caracterizada como el proceso político que rescató las banderas del antiimperialismo, del socialismo y de la independencia nacional en un continente y un mundo que pretendía ser hegemonizado por la idea del fin de la historia y la muerte de las narrativas libertarias. Es además la mejor muestra que es posible colocar el Estado al servicio de las mayorías ciudadanas, especialmente de los más pobres y explotados.

Actualidad  

-Luego de la muerte del comandante Chávez, ¿cuáles han sido las principales problemáticas que se han suscitado en el proceso revolucionario?  

-El vacío que nos deja el comandante Chávez es imposible llenarlo de manera rápida ni inmediata. Con mucha humildad así lo ha señalado en reiteradas oportunidades el Presidente Nicolás Maduro.

Chávez de manera muy consciente en los últimos tres años de su vida insistió mucho al pueblo venezolano la idea que «todos somos Chávez«, es decir, recalcó de manera muy insistente que la sostenibilidad de un proceso como el Bolivariano que se había iniciado en 1999 ya no podía depositarse en un solo hombre, en un solo liderazgo, sino que requería de la profunda participación de todo el pueblo venezolano. «Todos somos Chávez», «tu eres Chávez», fue la consigna de la campaña presidencial de 2012 y que marcó un renovado compromiso del pueblo bolivariano con la continuación y profundización del legado de Chávez, que ahora le corresponde dirigir al compañero Nicolás Maduro, acompañado de cuadros como Jorge Arriaza, Diosdado Cabello. Elias Jaua, Rafael Ramírez, Jorge Rodríguez por citar sólo algunos nombres que están al frente de la gestión de gobierno. Como Chávez, hoy más que nunca tenemos la certeza de que el destino de la revolución dependerá que todos cumplamos con esas máxima que Chávez nos enseñó.»Todos somos Chávez», la revolución nos pertenece a todos y su devenir será el resultado de lo que cada uno y todos en conjunto hagamos .

-Luego del liderazgo imprescindible del presidentes Chávez, ¿hoy solo existe el liderazgo del presidente Maduro o existen varios liderazgos actuales en el proceso bolivariano?

-La revolución bolivariana ha parido líderes en cada barrio, en cada comunidad, en cada universidad, en cada comuna o fábrica. Es asombroso como no hay un solo liderazgo en ninguna parte y ese es uno de los grandes aportes de la revolución bolivariana, romper con el monopolio de la representatividad, empoderando la democracia participativa y protagónica que significa la construcción de nuevos liderazgos, de liderazgos colectivos por doquier que hacen suyo en la cotidianidad política el modelo de democracia participativa y protagónica. Y dentro de esos liderazgos, tenemos que resaltar a quien hoy les corresponde funciones de gobierno, que son compañeros que vienen de la militancia comunitaria, de la militancia de izquierda revolucionaria de muchos años, del campo militar Bolivariano, entre otros. Al camarada Nicolás le ha correspondido asumir la conducción del proceso Bolivariano en este periodo, eso si muy consciente como él lo ha dicho, que solo es posible cumplir la tarea si todos asumimos el compromiso de seguir remando en la orientación socialista del proceso.

Los desafíos de la revolución.  

-En esa misma orientación socialista que usted me habla, ¿cuáles son las principales conquistas políticas, económicas y sociales de la revolución bolivariana que se deben defender con mayor rigor?  

-Las muchas las conquistas políticas en este proceso, hablaremos de algunas de ellas. En un primer plano la participación popular y la idea incluyente de justicia social. En Venezuela, muy especialmente el el periodo neoliberal, la política había dejado de ser una herramienta de transformación social y se había hecho un lugar común la ruptura entre política y bienestar social. Chávez, los militares Bolivarianos y la izquierda anticapitalista reenamoraron al pueblo para que participara en política y hoy es asombroso con en cada lugar donde se reúnen 5 o 10 venezolanos, esto se convierte en un consejo deliberativo, en una asamblea. Una asamblea que quiere tomar decisiones sobre cuestiones fundamentales que afectan no solo su cotidianidad como ciudadanos, sino también los temas de la gran gestión pública. Ese es uno de los grandes aportes de Chávez, los Bolivarianos y los socialistas venezolanos en el terreno político. Lograr que todos los ciudadanos sintieran que podían hacer de la gestión de gobierno su gestión. Romper con la representatividad. En el plano de la justicia demostrar que si es posible redistribuir la riqueza nacional para que todos los venezolanos vivieran de manera digna. La canción de la campaña de 2012 expresa algo que en ninguna otra parte del mundo sería un slogan de campaña, pero que en Venezuela, en el marco de la revolución Bolivariana expresa la idea de justicia social incluyente; la canción dice «está de moda hacer el bien» y el bien es justicia redistributiva a favor de los mas pobres. En lo económico, la renta del estado, la renta producto de las petroleras se redireccionó para los más pobres. Cuando Chávez asume el poder se había dicho que la renta petrolera solo alcanzaba para si misma, es decir, para mantener la propia producción y no había posibilidades de la utilización de un recurso tan importante para la economía venezolana a favor de los más necesitados, los pobres, los desheredados del estado de bienestar, los más humildes y los desposeídos. Chávez demostró que si se puede poner los recursos del estado al servicio de los que más necesitan.

En el terreno social, se logra configurar un nuevo tejido. Un tejido de comunidades que se organizan a través de instancias de poder popular, de comunas, de redes comunales, de nuevas líneas de producción más vinculadas a la cotidianidad de cada uno de los territorios que establecen un entramado que sirve de plataforma para la construcción real del socialismo.

-Y cuales son las medidas que se deben profundizar y aplicar en el corto plazo para garantizar el rumbo revolucionario…  

-Chávez siempre lo dijo. El siempre se molestaba cuando a todo le poníamos socialismo. Chávez decía que solo estábamos iniciando el camino y que había que seguir pensado para ir recorriendo de manera colectiva la tarea de la construcción socialista, la concreción del socialismo democrático del siglo XXI. Ese es el desafío. Sobre todo porque nuestra revolución enarboló el socialismo desde una perspectiva democrática, incluso en el terreno de la democracia burguesa, ha diferencia de las experiencias conocidas de socialismo real monopartidista, lo cual implicó e implica una permanente batalla democrática en todos los terrenos incluido el electoral . Hemos participado en casi una veintena de elecciones en 16 años, ganando todas salvo una; nuestro proyecto político del socialismo Bolivariano lo hemos consultado con los ciudadanos, con la gente, para garantizar con el sentido común de la gente, que vamos por el camino correcto. Pero además, ello ha implicado confrontarnos democráticamente con quienes no sólo no comparten nuestra propuesta nacionalista, antimperialista y socialista, sino que quieren entregar el país al gran capital, confundidos muchos de ellos por la propaganda neoliberal. Y los hemos respetado a pesar de haberlos derrotado electoralmente y que ellos han conspirado una y otra vez contra la estabilidad política de la revolución.

Hoy en el plano económico, político. Cultural, educativo y organizacional tenemos el compromiso y desafío de preguntarnos como lo hacía Chávez, ante cada decisión que tomemos: ¿que hay de socialista en esa medida? Ese es el desafió de la coyuntura y los próximos años.

Educación popular  

-Profundicemos en su especialidad, la educación. ¿Cuáles son los principales aportes de la política educacional del proceso revolucionario?  

-La revolución Bolivariana es una revolución fundamentalmente educativa. Ello implica tener conciencia que sólo un pueblo con educación y acceso a la cultura universal, nacional y local puede tener un proyecto de independencia nacional. Nosotros logramos revertir la tendencia de privatizar la educación que venía imponiendo el neoliberalismo en la década de los noventa del siglo pasado. Cuando recibimos el gobierno, entre 1987 y 1998 se había destruido la idea de integralidad y orientación estratégica del sistema educativo venezolano, intentando reducirlo a un servicio sujeto a las leyes del mercado. Se había desmantelado la calidad de la educación a niveles alarmantes para crear la sensación ante la sociedad que era inminentemente necesaria su privatización para poder garantizar la educación. Un dato: en la educación universitaria nosotros contábamos en 1998 con sólo 750.000 alumnos en las universidades; la educación universitaria estaba presente en solo 153 de los 335 municipios del país. En la actualidad la matrícula universitaria alcanza los 2.700.000 alumnos, además estamos presentes no sólo en los 335 municipios del país con una universidad, extensión universitaria o aldea universitaria, sino que estamos alcanzando la meta de estar en cada una de las más de mil parroquias que tiene el país. Los jóvenes ya no tienen que emigrar para estudiar en una universidad pues la educación universitaria está presente en cada territorio del país.

Entonces, la revolución logró revertir la tendencia a la privatización de la educación, ampliamos significativamente la matricula a tal punto que podemos afirmar que en la actualidad uno de cada tres venezolanos, independientemente de su edad, estudia en algún nivel del sistema educativo. Por otra parte demostramos que era posible avanzar en la inclusión educativa más allá de las formalidades institucionales, creando misiones educativas. ¿Que son las misiones educativas? formas educativas flexibles, no rígidas de abordaje y desarrollo de los

aprendizajes basados en los modelos de educación popular y de pedagogía crítica, que no requieren de la construcción previa de una infraestructura totalmente acabada, sino que utiliza la infraestructura existente en las propias comunidades, o la educativa subutilizada ,y a partir de esas instalaciones multifuncionales, debidamente acondicionadas, se desarrollan modelos de enseñanzas y aprendizajes basados en la propia cotidianidad de los ciudadano, es decir aprendizajes significativos para la vida. Nosotros tenemos y hemos tenido misiones como la misión robinsón que enseñó y sigue enseñando a millones de venezolanos a leer y a escribir, pasando de ser un país con una tasa del 15% de analfabetos a ser decretado por la UNESCO territorio libre de analfabetismos. Esta misión sigue el proceso de los que ya se alfabetizaron hasta obtener o terminar la primaria en su conjunto. Otra misión es la Ribas, para aquellos que fueron alfabetizados y pasaron por la misión Robinsón y aquellos incluso que estaban con solo sexto grado, otorgándoles no solo el título de bachiller sino la posibilidad de adquirir la capacitación técnica mínima que les permita emprender un trabajo productivo. Y finalmente la misión Sucre, que persigue principalmente garantizar la educación universitaria a todas aquellos que quieran hacerlo. Hoy nosotros podemos decir con mucho orgullo que el fenómeno existente y recurrente ante de la llegada de Chavez de los llamados «bachilleres sin cupo» ha desaparecido; los bachilleres sin cupo era un movimiento de quienes querían entrar a las universidades y se les negaba un cupo para profesionalizarse, dejando a miles de jóvenes fuera de las aulas universitarias cada semestre y estos jóvenes se organizaban para resistir. Hoy en muchas ciudades del país tenemos todo los niveles del sistema educativo, desde el maternal hasta el postdoctorado lo cual comienza a impactar el desarrollo nacional. Si a eso le sumamos, misiones tan hermosas como la misión Negra Hipólita, que garantiza desde la perspectiva educativa la incorporación de aquellos niños, jóvenes y adultos que no solo han abandonado en el sistema educativo, sino que también por sus carencias culturales han ido recorriendo el camino de la delincuencia, de la violencia estructural, se les presenta una alternativa desde la educación para su reinserción social Podríamos hablar de una importancia medular de la educación en el proceso educativo bolivariano…

En el presente estamos avanzando el diseño de un sistema nacional de acompañamiento, seguimiento y evaluación de la calidad de la educación para profundizar la transformación educativa y vinculando la educación al sistema productivo nacional. Estamos iniciando una consulta nacional para que todos los ciudadanos opinen sobre que educación de calidad se necesita y requiere ara los próximos doce años, profundizando con ello el modelo de democracia participativa y protagónica.

Además existen debates educativos permanentes que escapan a los límites de esta entrevista. Solo mencionare uno de ellos, el referido a la educación popular. Para nosotros la educación popular es parte inherente de nuestra revolución educativa. Pero algunos compañeros han pretendido abusar del carácter polisémico de la educación popular, vinculándola a un paradigma que erróneamente han atribuido a Paulo Freire según el cual «nadie enseña a nadie, ni nadie aprende otro» lo cuál es una vulgarización de la educación popular. A esos compañeros les decimos lo que el propio Freire respondió cuando alguien le pregunto si era cierta esa premisa y el, palabras mas palabras menos señaló que era una mal interpretación de su pensamiento, pues en el proceso de la educación se requiere de un maestro que sepa enseñar y de un alumno que este dispuesto a aprender, que lo que el ha dicho es que hay que romper con el poder del saber, aceptando que en la interacción de enseñanza aprendizaje ambos aprenden, ambos se liberan. Ese debate es muy importante en la actual coyuntura para potenciar el estudio, la disciplina del estudio en la revolución. Hoy parafraseando a Lenin podríamos decir que la revolución Bolivariana es Poder Popular mas educación mas investigación comprometida con la sociedad

Poder Popular  

-En relación al poder popular. ¿Hoy existe un protagonismo real de las mayorías en el proceso revolucionario, más allá de ir a votar cada cierto tiempo?  

-A pesar de los importantes márgenes de participación electoral, únicos en el mundo, yo creo que lo que menos va la gente es a votar. Se ha desatado en todas las comunidades un fenómeno muy positivo de empoderamiento de lo político y de lo público. Los venezolanos están participando en todo el tema de la gestión que antes solo atendía a las alcaldías y consejos municipales. Pero no es un tema solo de gestión, pues si bien están haciendo aceras, brocales, canchas deportivas, escuelas construidas desde la propia comunidad. Maximizando los recursos para que pueda tener el mayor impacto, también están comenzando a tomar las decisiones de lo que le corresponde a cada comunidad, sin negar los problemas que se puedan presentar en algunos lugares de burocratismo o de intentos de injerencia del poder constituido, la construcción de poder popular es muy importante. La gente esta participando en aquello que la comunidad considera que es prioritario hacer. Pero además estableciendo interrelaciones con otras comunidades, de lo que consideramos que ya es el surgimiento de formas embrionarias de poder popular. El poder popular no es solo la administración de recursos, es la posibilidad de relacionarse políticamente los iguales para establecer la conducción de la política de Estado. En Venezuela podríamos decir que esta floreciendo el poder popular. Por supuesto, eso significa derrotar una cultura de la representatividad y los riesgos del burocratismo, del tareismo, a los cuales hay que derrotarlos en cada una de los escenarios concretos comunitarios. Y ese es el debate que están librando las comunidades en todo el territorio, enseñando a los que siguen anclados en la vieja noción de dominación Alcaldías-ciudadanos, que los pobres, las personas de las comunidades organizadas pueden garantizar que la gestión pública sea lo suficientemente eficaz.

-¿Cuales son esos embriones de poder popular?  

-Las comunas, los sindicatos clasistas, los consejos estudiantiles, entre otros. Nosotros tenemos inventariados más de 22 organizaciones comunales en todo el país. Esos son los embriones del poder popular. Hombres y mujeres que se organizan en su propia comunidad para decidir que se hace o que hace el estado en esa comunidad. Lo repito, no de manera aislada, generando una cadena de relaciones con el resto de consejos comunales. Ese tejido cuando se desarrolle y depure será realmente un poder popular con capacidad de orientar el rumbo de la sociedad. Las fabricas de control de los trabajadores son experiencias con desarrollos desiguales pero que muestran un camino de consolidación del poder popular en ese terreno.

La derecha venezolana  

-En los últimos días hemos visto un ambiente muy polarizado en Venezuela, con mucha violencia en sus calles. ¿Como caracterizaría a la derecha venezolana con sus respectivas diferencias en esta coyuntura?  

-La derecha venezolana es retrogada, reaccionaria y clasista, responde a los intereses del gran capital trasnacional y la burguesía importadora venezolana. Esta derecha no ha entendido lo que ha estado pasando en los últimos años en Venezuela. No han entendido que se dio un giro en el protagonismo popular, la hegemonía cultural y el papel del gobierno respecto a los más pobres. No ha entendido que mediáticamente con ese discurso recalcitrante, las comunidades no les van a permitir acceder al poder pues ello implicaría un retroceso en conquistas sociales fundamentales alcanzadas al calor de la revolución Bolivariana. La derecha racista y fascista no entiende que para poder plantearse una alternancia tendría que ser a partir de la lógica del poder popular y eso claro está choca con sus intenciones de volver a colocar a un pequeño puñado a usufructuar los dineros nacionales y para que entregue los recursos naturales al capital trasnacional. Esa derecha no ha logrado dar un «pie con bolas». A pesar que ha intentan una y otra vez retomar el poder. Su odio y desprecio por los pobres no le permite ver la realidad y en consecuencia se equivocan en la política . Por otro lado, construyen laboratorios de opinión para intentar satanizar al socialismo, y lo único que han logrado con ello es que amplias franjas de la población se hayan dedicado a estudiar, conocer y poner en practica la idea socialista, por supuesto del socialismo democrático del siglo XXI.

-Existen diferencias entre los distintos sectores de la derecha, entre López y Capriles por ejemplo…  

-En lo estratégico son una misma cosa. En lo estratégico ellos quieren tomar el poder para aplicar el paquete neoliberal. Pareciera que en la coyuntura se han puesto de acuerdo para representar papeles distintos pero que conducen ambos, al camino del fascismo. Por ello vemos a un Capriles más intentando acumular y preservas fuerzas electorales que se le esfuman a cada minuto, mientras López se concentró en una agenda conspirativa, activada mediante la movilización de sectores de la clase media y la burguesía. Ambos creen que con la movilización de calles al margen de la constitución y con una conducta conspirativa contra el estado venezolano pueden obligar a la dirigencia del proceso bolivariano a renunciar o algún tipo de alzamiento militar. Sueños delirantes pues hoy más que nunca los militares Bolivarianos están al lado de su pueblo. Son diferencias en la táctica, en el enfoque. Ambas son totalmente desatinadas, pero en lo estratégico están unidos. Lo que quieren ellos es revertir el proceso de conquista del pueblo bolivariano y volver a la sociedad venezolana al camino del neoliberalismo.

-Por tanto ambas están vinculadas al imperialismo norteamericano…  

-Ambas responden al gran capital. Yo creo que es más preferible hablar del gran capital financiero que está mucho más allá de los Estados Unidos. Yo prefiero ver el centro del poder económico en el G8, lo que implica una re caracterización del imperialismo hoy, lo que es otro debate que escapa a esta entrevista. Pero ambos sectores están vinculados al gran capital transnacional y sus intereses están relacionados con él con una fuerte vinculación con del departamento de Estado y el Pentágono gringo.

-Estás políticas desestabilizadoras por parta de la reacción venezolanas tiene muchos puntos de encuentro con el proceso de la Unidad Popular en Chile entre 1970 y 1973. ¿Existe una analogía con ese proceso político?  

-Existe un guión, que los grandes centros de poder mundial, con Estados Unidos a la cabeza lo utilizan para los pueblos que deciden liberarse de las cadenas de dependencia foránea. Ese guión viene acompañado de movilizaciones de sectores conservadores los cuales son idealizados por los grandes medios, a la par que sectores empresariales y productivos intentan crear ambientes de desabastecimiento para producir o un alzamiento popular o militar. Ese guion no funciona en Venezuela porque esta revolución construyo desde la década de los cincuenta del siglo pasado la mas importante alianza cívico militar desde la independencia nacional. Segundo porque los sectores populares tienen conciencia de que los fenómenos que vemos son atizados por la conspiración trasnacional. Lo que si estamos obligados es a responder con la movilización y empoderamiento de la gente para derrotar las conspiración y solucionando los problemas de gestión desde una perspectiva de los desposeídos, con los humildes y con el trabajo por encima del capital.

Hay como un guión preestablecido, pero la diferencia sustantiva es que no ocurrió en la primera etapa de Chile es que hay un sector de la oposición política que desde siempre ha tenido profunda vinculación con sectores fascistas que hoy están aplicando la violencia real y directa contra el pueblo bolivariano como táctica política, hechos que los colocan al margen de la ley.

El legado de Chávez  

-Usted trabajó muy cercano al presidente Chávez. A un año de su muerte, cual es su principal legado para las nuevas generaciones de revolucionarias y revolucionarios…

-Chávez siempre fue uno de nosotros. El nunca dejo de ser alguien del pueblo. La gente común y corriente le gustaba decir que Chávez era el infiltrado del pueblo en el gobierno. El presidente Chávez a diferencia de lo que hacían los políticos históricamente, lo que prometió terminó cumpliéndolo. Prometió que iba a convocar -y que nadie le creía- a una constituyente para cambiar el poder político en Venezuela a favor de los pobres y lo primero que hizo una vez que juramentó fue convocar a un referéndum para la convocatoria del proceso constituyente. Si alguien fue coherente con lo que decía y hacía fue Hugo Chávez. Independiente que incluso en esa coherencia, entre lo que decía y hacía, uno pudiera tener diferencias con él. Para el pueblo era muy importante la coherencia de Chávez. Ese es su primer gran legado.

El segundo, el entendió como no lo han entendido gran parte de los lideres revolucionarios en las últimas décadas, de la importancia del pensamiento crítico en una revolución. El no sólo permitió la libertad de crítica sino que la animó. Incluso algunos quienes en algún momento hicimos críticas públicas a algunos aspectos de su gestión fuimos respetados, jamás perseguidos ni nos vimos amenazados de manera alguna por ello. Chávez siempre tuvo la suficiente tolerancia para permitir que el pensamiento crítico fuera parte viva de la revolución bolivariana. Y en su último documento que se llamó «golpe de timón», que lo elaboró en octubre de 2012, en su consejo de ministros, lamó a estimular la crítica revolucionaria, a que la crítica tenía que ser para transformar, a que el pueblo y la militancia se tenía que arriesgar a criticar. La crítica es algo sustantivo de la revolución bolivariana y siempre animó a las comunidades para que activamente criticaran cuando algo no funcionaba en la gestión de gobierno. Eso que parece tan simple marca una profunda diferencia con cualquier rasgo autoritario con las experiencias del socialismo que conocimos, pero incluso presenta un desafío para los que heredamos la tarea de continuar la revolución y garantizar la vigencia del pensamiento crítico en el marco de la revolución.

Y el tercer gran legado, fue la profunda vocación de integración latinoamericana y continental. Chávez entendía que la emancipación del pueblo venezolano no es una tarea aislada. Es una tarea que de manera conjunta debemos hacer los latinoamericanos para construir un proyecto latinoamericano de soberanía e independencia. Siempre tomo distancia de la idea de la revolución en un solo país.

El cuarto legado es el de la alegría revolucionaria. Chávez como nadie entendió que la alegría, el chiste y la interpretación jocosa de la realidad constituyen una expresión de resistencia popular del pueblo venezolano ante años de dominación y explotación. Por ello ante la amargura y el odio de la derecha fascista que hoy vuelve a conspirar en Venezuela, el pueblo le responde con alegría rebelde, creatividad de resistencia y resolución amorosa con el destino soberano de nuestra patria.

Finalmente destacar que Chávez nos enseño que siempre que la conspiración arrecia y la derecha quiere destruir a la revolución la mejor defensa es apelar a la gente, la movilización popular y facultar de poderes decisorios a los explotados de siempre. Enseñanza por demás útil en estos tiempos. La participación de todos y todas es la garantía de la unidad en torno a la defensa de los logros de la revolución, la profundización socialista y la consolidación del gobierno Bolivariano. Los revolucionarios venezolanos estamos muy conscientes que el destino de nuestro proceso está profundamente vinculado a las posibilidades de avances de las luchas anticapitalistas a escala planetaria y en consecuencia trabajamos para su consolidación y profundización.

Marco Álvarez es militante de Libres del Sur – Chile

puntodevistainternacional.org