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China

Los desafíos del fabuloso crecimiento

Fuentes: IPS Noticias

Los economistas intentan descifrar el significado del nuevo estatus económico de China, advirtiendo que si bien su gran tamaño y la consolidación de su poderío económico despiertan el aplauso de los inversores, conllevan también una serie de responsabilidades. Luego del anuncio de la tremenda prosperidad alcanzada por China en los últimos 12 años, el mundo […]

Los economistas intentan descifrar el significado del nuevo estatus económico de China, advirtiendo que si bien su gran tamaño y la consolidación de su poderío económico despiertan el aplauso de los inversores, conllevan también una serie de responsabilidades.

Luego del anuncio de la tremenda prosperidad alcanzada por China en los últimos 12 años, el mundo entero está atento la forma en que este país administra y responde a una serie de asuntos serios, como la degradación ambiental, el uso ineficiente de la energía y la protección de la propiedad intelectual.

«Con una economía de mayor tamaño también vienen responsabilidades mayores», expresó Chen Xindong, economista en jefe de la compañía BNP Paribas Peregrine Securities.

«Tras la publicación de los nuevos datos económicos, la comunidad internacional tendrá mayores expectativas respecto a las obligaciones de China como un nuevo actor global».

La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), rectificó la evaluación del crecimiento de la actividad económica de 2004 y aportó nueva información referente a la evolución del crecimiento desde 1993 en adelante.

Utilizando los datos del censo económico de 2004, los especialistas no sólo descubrieron la existencia de un producto interno bruto (PIB) adicional de cerca de 258.000 millones de dólares, del cual no se tenía conocimiento, sino que revelaron un crecimiento mucho mayor durante los pasados 12 años.

Según los datos publicados en la página web de la ONE el 9 de este mes, el aumento del PIB en 2004 fue de 10,1 por ciento en vez de 9,5 estimado anteriormente.

Además, entre 1979 y 2004, la economía china creció a un promedio de 9,6 por ciento al año, o sea 0,2 por ciento más de lo que se había dicho originalmente.

La corrección del índice de crecimiento del PIB para 2004 significa que la economía de China es 17 por ciento más grande de lo que se pensaba.

Esto convierte a China en la sexta mayor economía del mundo, por encima de Italia y apenas detrás de Gran Bretaña y Francia.

China superará a Francia cuando a fin de mes se publiquen los datos del crecimiento económico de 2005, predijeron los expertos.

Los cambios en la información económica fueron el resultado de la realización de la primera encuesta económica nacional de toda la historia, de la que participaron más de 10 millones de recolectores de datos y expertos en estadística.

Otras realidades económicas reveladas por el estudio indican que el sector servicios jugó un papel mucho mayor del que se creía previamente, un dato que según los economistas es señal de madurez y de que la economía está dejando atrás la etapa de la producción industrial pesada de la que dependía la planificación centralizada.

La ONE admitió que los métodos antes utilizados para medir el crecimiento de la actividad económica fue un legado de la planificación estatal, la cual tendía a enfatizar demasiado el sector industrial y a no prestar la debida atención al valor de los servicios.

Como consecuencia, el crecimiento del PIB fue subestimado por más de una década, dijo la ONE.

«Las correcciones disuelven una de las principales preocupaciones acerca de la sustentabilidad del rápido crecimiento chino porque el seguimiento de la evolución de la economía muestra que éste no es excesivamente dependiente de las inversiones», dijo Tao Dong, analista de Credit Suisse First Boston Securities.

La participación del sector servicios en el PIB de 2004 aumentó de 31,9 por ciento a 40,7 por ciento, informó la ONE, sugiriendo con esto que la estructura de la economía china se está volviendo más balanceada, es decir, que el crecimiento depende cada vez más del consumo privado y de las inversiones fijas.

Empero, aun cuando las inversiones se están volviendo menos importantes en su conjunto, todavía representan 45 por ciento del PIB chino, lo cual sigue siendo alto.

Más aún, este rubro continuará creciendo debido a las dificultades que se presentan a la hora de disminuir o bloquear proyectos de inversiones en los que se embarcaron muchos gobiernos locales partidarios de un crecimiento económico alto a cualquier precio en vez de uno de calidad, preferido por el gobierno central.

Esto significa que Beijing deberá soportar nuevos desafíos causados por el crecimiento rápido de la inversión, como la degradación ambiental y un aumento brutal de los precios de la energía.

Los economistas coinciden en que la revisión del PIB tendrá poco impacto en las prioridades económicas del gobierno central para este año: la reducción de la brecha de ingresos entre ricos y pobres en aras de la armonía social y la mitigación del daño ambiental producido por años de crecimiento descontrolado.

«El PIB es un reflejo del poder económico de un país, pero no resuelve los problemas de distribución del ingreso», dijo el analista económico Fan Wenzhong, de la firma Lehman Brothers Securities Asia. «El gobierno sabe que debe impulsar el consumo respecto de las inversions, pero solo es possible elevando el nivel de vida de las masas», añadió.

La nueva política para mejorar el desarrollo de vastas zones rurales muy pobres puede hacer que Beijing resista las presiones de sus socios occidentals para que aprecie la moneda nacional, el yuan.

China revaluó el yuan en 2,1 por ciento en julio del año pasado, pero el mercado continúa apostando por una mayor revaluación, mientras Estados Unidos sigue afirmando que la moneda china está muy devaluada y da a los productos de esta nación asiática ventajas injustas en el intercambio internacional.

Una moneda más fuerte minaría los intentos de Beijing de hacer más equitativos los ingresos y mejorar el nivel de vida del campo. Apenas una pequeña apreciación del yuan dañaría a los pequeños agricultures, muy vulnerables a la competencia extranjera por las dimensiones de sus predios y su baja productividad.

En un intento de frenar las especulaciones sobre la política monetaria, un alto economista del gobierno sostuvo que no era probable que China moviera la moneda este año.

«Es improbable que el yuan se aprecie de manera significativa en 2006», dijo en los primeros días de enero el analista financiero Ba Shusong, del Centro de Investigación y Desarrollo del Consejo de Estado, según el servicio de información financiera Shanghai Securities News.