El año 2009 estuvo plagado de malas noticias económicas para la inmensa mayoría de los países del mundo, que se han visto afectados por las crisis financieras, inmobiliarias, económicas y de cambio climático provocadas por Estados Unidos y las naciones industrializadas capitalistas. Sin fondo crisis en Estados Unidos El año que concluye se caracterizó por […]
El año 2009 estuvo plagado de malas noticias económicas para la inmensa mayoría de los países del mundo, que se han visto afectados por las crisis financieras, inmobiliarias, económicas y de cambio climático provocadas por Estados Unidos y las naciones industrializadas capitalistas.
Sin fondo crisis en Estados Unidos
El año que concluye se caracterizó por la profundización de la crisis capitalista con efectos dañinos para las economías de países desarrollados y en desarrollo.
Por más que la Reserva Federal y hasta el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, insistan en haceer declaraciones halagüeñas sobre la recuperación económica del gigante estadounidense y el final de la crisis, las cifras contradicen sus afirmaciones.
En Estados Unidos la tasa de desempleo casi afecta al 16 % de la población si se combina con el subempleo; los pobres, según un nuevo informe de la Academia Nacional de Ciencias, se cifran en 47,7 millones; los que carecen de seguro médico son 50 millones y unos 7,5 millones de núcleos familiares están en juicios hipotecarios.
Mientras la Reserva Federal trata de defender los programas de estímulo económico que benefician a bancos, grandes compañías y a la clase social adinerada, por otra parte aparecen datos que ensombrecen al país más rico del mundo.
Para continuar sumando calamidades, en el año fiscal que terminó el déficit federal llegó a 1,80 billones de dólares, cuatro veces las pérdidas que se registraron en el mismo período de 2008 cuando ascendieron a 454.800 millones dólares.
Estos negativos números han sido impulsados por el enorme gasto militar para sostener las ocupaciones en Iraq y Afganistán, el multimillonario rescate financiero federal otorgado a bancos y compañías en bancarrota, las quiebras hipotecarias y el aumento del desempleo que provocan la disminución en la recaudación de impuestos.
En declive la hegemonía del dólar
La hegemonía del dólar, como dueño y señor de las transacciones comerciales internacionales, está quedando atrás y dentro de poco dejará de ser la principal moneda de reserva mundial.
En esa carrera por separarse del billete verde sin que se devalúe abruptamente antes de deshacerse de él, han estado involucrados varios países, entre los cuales aparecen Siria, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela, Suecia, Rusia, China, Irán, Brasil, Argentina, Corea del Sur, Malasia, Bielorrusia, India e Indonesia, que han ido buscando mayores reservas en euro, yuan, yen o han comenzado a realizar transacciones en sus propias monedas sin tener que cambiar en dólares.
Asimismo, los nueve países de la ASEAN podrán, en un futuro, realizar convenios con yuanes en vez del dólar según un programa piloto puesto en marcha por Pekín.
Ante este escenario, los países integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) tomaron la decisión de implementar el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre) para el intercambio comercial entre sus naciones que entrará en vigor a principios de 2010. El SUCRE también pondrá su granito de arena en la disminución del dólar en las transacciones.
Cambio climático
El rotundo fracaso de la Conferencia sobre cambio climático celebada en Copenhague donde las principales naciones desarrolladas del mundo, encabezadas por Estados Unidos, se pusieron de acuerdo para ofrecer sólo pequeños paliativos sin pensar en los graves problemas que ya afectan a muchas naciones del planeta, resultó un duro golpe en la búsqueda de soluciones para la salvación futura de la humanidad.
Los hielos se están derritiendo rápidamente en las regiones templadas y las temperaturas aumentan constantemente en todo el planeta. Los países del Tercer Mundo serán los principales afectados ya que, pese a que solo emiten el 6% de los gases de efecto invernadero causantes del fenómeno, millones de personas de estos territorios tendrán problemas para acceder al agua en el año 2020 y continuarán sufriendo desastres naturales como los embates cada vez más fuertes de ciclones y tormentas. Un informe elaborado por el Banco Mundial (BM) explica que en América Latina y el Caribe, la falta de agua potable y el aumento de las temperaturas supondrán además la extensión de determinadas enfermedades de tipo tropical, como la malaria o el dengue y otras patologías infecciosas.
China se impulsa a la cima
En contraposición a la crisis económica que atraviesa las naciones capitalistas desarrolladas, China se ha convertido en uno de los propulsores principales del intercambio comercial del orbe. Se prevé que su Producto Interno Bruto (PIB) crezca 8,5 % este año, con lo cual atraerá mayores inversiones y elevará su consumo doméstico.
Con la crisis que atraviesa Japón, segunda economía mundial, puede suceder que China, tercer lugar tras desplazar al cuarto puesto a Alemania, alcance o se sitúe muy cerca de la nación nipona en un corto período.
Esperanzas en las economías emergentes
En las llamadas economías emergentes cifran las esperanzas muchas naciones para tratar de estabilizar los graves problemas que ha provocado la crisis. Gobiernos del mundo ponen sus miradas en las estables y pujantes economías de China, India, Rusia y Brasil, que no han entrado en recesión como ocurrió con Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia o España, para que puedan ayudarles a paliar la situación actual. Pero la realidad es que estos cuatro países son mayormente productores y exportadores de bienes y servicios, y no consumidores insaciables como Estados Unidos. Las soluciones pasan por reformas en la economía y las financias globales y el impulso a la multipolaridad mundial, aunque estas cuatro naciones han ayudado a disminuir sus indeseables efectos.
Se extienden los pobres y los hambrientos
La crisis económica dejará este año otros 90 millones de personas en la pobreza extrema, según informaron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Diversas causas han influido en los últimos tiempos para desatar una crisis mundial de alimentos que afecta aún más a los 1.000 millones de hambrientos y a otros 2.000 millones de personas que sobreviven en el orbe con sólo dos dólares diarios de ingresos y deben gastar el 80% de sus insuficientes entradas en adquirir esos productos. Cada 24 horas mueren por hambre y desnutrición 18.000 niños.
En un planeta donde se producen alimentos suficientes para sus 6.000 millones de habitantes, resulta contradictorio que los precios del maíz, arroz, trigo, leche, aceites comestibles, frutas y verduras, se hayan duplicado en los últimos 20 meses. Un estudio de la FAO determinó que en el mundo se produce suficiente alimento como para suministrar más de 2.800 calorías por día a todos sus habitantes, que representan el mínimo necesario para una buena salud general.
Se desvanecen las Metas del Milenio
Si en 2000 parecía difícil que los gobiernos cumplieran con las metas del Milenio aprobadas ese año por la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), ahora las dificultades financieras y económicas han aumentado en grado sumo lo cual frena el alcance de esos objetivos a nivel global. Lejos de cumplirse los acuerdos sancionados por los entonces 189 miembros de la Asamblea General de la ONU, las dificultades se han incrementado. Muy atrás han quedado los anhelos de disminuir para 2015 el hambre, la mortalidad infantil y materna, luchar contra el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis, llevar agua potable y servicio de alcantarillado a millones de personas que no la tienen, así como mejorar la vivienda. Innegablemente las naciones desarrolladas tienen culpa en ese incumplimiento pues del 0,7 % del PIB que deben entregar a las naciones pobres sólo han cedido el 0,07 %.
ALBA y PETROCARIBE
Muchos ya denominan a esta agrupación integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Honduras, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Antigua y Barbudas como el ALBA salvadora en momentos de grave crisis económica y financiera.
Destacados han sido sus avances obtenidos en los cinco años de fundación. El intercambio comercial entre sus países se incrementó en más de 15.000 millones de dólares y sus miembros han podido solventar los altos precios del crudo, que los hubiera hundido en un enorme déficit comercial, gracias a la política venezolana de brindar crudo a precios y créditos preferenciales a las naciones integrantes de PETROCARIBE.
Numerosas empresas mixtas y convenios de colaboración se han establecido entre sus miembros que abarcan diferentes esferas económicas, sociales y culturales donde laboran millones de ciudadanos y que han permitido reducir el índice de desempleo existente en casi todas esas naciones.
Empresas distribuidoras y comercializadoras de productos farmacéuticos; de manejo y preservación integral de aguas; exploración, explotación y refinamiento de crudo; producción de alimentos; centros de vigilancia epidemiológica; programas de alfabetización general; de producción de libros y la Universidad del ALBA, han sido impulsados con los llamados proyectos Grannacionales.
Parálisis en la OMC
La paralización de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) se ha debido fundamentalmente a que las naciones del Sur ya no se les puede convencer o presionar como se hacia en años anteriores para que entreguen sus economías y hasta la soberanía a los más poderosos. Eso ha quedado demostrado en los diversos encuentros para tratar de llegar a acuerdos sobre la llamada Ronda de Doha donde las naciones industrializadas han tratado de imponer sus intereses que han sido derrotados por las posiciones soberanas esgrimidas por el Sur. El rechazo de Estados Unidos y sus seguidores europeos y asiáticos a reconocer el derecho de los países en desarrollo a aplicar un mecanismo de salvaguardias especiales para proteger sus productos ante los aumentos imprevistos de importaciones agrícolas, han estancado las negociaciones. A esto se sumaron los enormes subsidios que otorgan las naciones ricas a sus agricultores, los cuales afectan las posibilidades de competencia en los mercados del Tercer Mundo.
Dos funestas guerras afectan la economía
Iraq y Afganistán continuaron en 2009 costando enormes erogaciones monetarias a Estados Unidos y a sus aliados, así como pérdidas humanas a los pueblos invadidos y a las tropas de ocupación. Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía ha asegurado que el costo de las guerras podría superar los 2,5 billones de dólares cuando se contabilice el gasto por pensiones de invalidez y asistencia médica a soldados heridos, mientras que, en contraposición, la guerra de Vietnam costó 652.000 millones de dólares ajustados a la inflación. En Iraq esta muy lejos de alcanzarse la estabilidad, y en Afganistán la situación ha empeorado para los invasores ante los persistentes ataques rebeldes, lo cual augura más muertes y gastos en momentos en que la crisis capitalista afecta a numerosas naciones del orbe. El presidente estadounidense, Barack Obama, autorizó el envío de otros 30.000 soldados de EEUU a Afganistán y pidió a sus aliados que aporten más tropas. Como indican muchos analistas, la nefasta experiencia soviética en Afganistán, al parecer no fue estudiada por los generales del Pentágono ni por su actual mandatario.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.