Uno de los méritos de este artículo (ver PDF al final) es analizar el impacto del pensamiento y las políticas neoliberales sobre la atención primaria desde la propia experiencia de la autora como médica de familia en un Centro de Salud desde hace 26 años. Gracias a ello consigue alejarse de dos riesgos simétricos -repetir […]
Uno de los méritos de este artículo (ver PDF al final) es analizar el impacto del pensamiento y las políticas neoliberales sobre la atención primaria desde la propia experiencia de la autora como médica de familia en un Centro de Salud desde hace 26 años. Gracias a ello consigue alejarse de dos riesgos simétricos -repetir generalidades sobre el neoliberalismo en los servicios públicos o enumerar una lista de efectos concretos sin hilo conductor- y ofrecer una visión mucho más rica de los desafíos de la atención primaria tanto para las y los profesionales -a los que iba dirigida inicialmente esta ponencia- como a sus potenciales usuarios y usuarias.
La parte dedicada a la historia de la atención primaria en el Estado español se puede profundizar en el artículo de Javier Segura del Pozo que formaba parte de la misma ponencia en el segundo congreso del colectivo de jóvenes profesionales La Cabezera. Pero merece la pena recordar que desde sus inicios la atención primaria en nuestro país se vio sometida a la presión de dos orientaciones antagónicas, una de tipo salubrista a raíz de la conferencia de Alma Ata (1978) y otra de tipo neoliberal (a partir de 1980), con la particularidad que la primera ha ido menguando y la segunda creciendo. Como resultado de esta dinámica la atención primaria ha sido reestructurada sobre el molde neoliberal a lo largo de los últimos 20 años (en paralelo con otros servicios público), con un resultado de relativa invisibilidad y escasas resistencias del personal profesional y la gente usuaria.
Iluminar muchos de los aspectos que permanecen invisibles es uno de los méritos de este artículo, pero es imposible resumirlos en esta presentación. Solo vamos a dar un par de ejemplos.
La dinámica gerencialista, propia del neoliberalismo, somete a las y los profesionales a una situación de sobrecarga que empuja a relegar valores importantes como son la escucha y la comprensión de la situación personal a fin de crear un vínculo humano, así como la atención al modo de vida y los factores sociales.
A su vez el neoliberalismo actúa sobre la población, que pasa a ser entendida como una masa de clientes cuyo consumismo sanitario puede ser incentivado según los intereses del mercado. Sobre todo a través de la estrategia del miedo que lleva a las personas a solicitar más fármacos, más estudios y pruebas sin evidencia de efectividad, alimentos o actividades supuestamente curativas,… Es decir, a una medicalización de la salud.
Pero la medicalización de la salud no se puede combatir actuando solo (o descoordinadamente) sobre la población o sobre los profesionales sanitarios, sino que es necesario un vínculo de confianza entre profesionales formados y pacientes informados, que es el que se está debilitando en la atención primaria. Por eso la dinámica actual está llevando a un nuevo hospitalocentrismo, dado que en los hospitales están las tecnologías más complejas y que más beneficios dejan al mercado sanitario.
Precisamente porque todos somos personas usuarias, actuales o potenciales, de la sanidad estamos interesados en conocer los efectos concretos del neoliberalismo sobre la misma. Es la condición para poder actuar de forma efectiva.]
La atención primaria desde dentro
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Fuente: https://www.vientosur.info/spip.php?article14124