Si buena parte de los franceses y europeos se vieron obligados a reducir sus gastos, también ello pegó en lo que comen. No cabe duda de que las cifras de negocios internacionales de los gigantes del gran consumo (Unilever, Danone, Kraft Foods) pueden parecer decepcionantes. La consultora OC&Strategy calculó que en 2009 no registraron avances […]
Si buena parte de los franceses y europeos se vieron obligados a reducir sus gastos, también ello pegó en lo que comen. No cabe duda de que las cifras de negocios internacionales de los gigantes del gran consumo (Unilever, Danone, Kraft Foods) pueden parecer decepcionantes. La consultora OC&Strategy calculó que en 2009 no registraron avances prácticamente (+0,6 % en comparación con un 13,3% en 2008).
Esto significa que si se tiene en cuenta la inflación, los volúmenes vendidos están en retroceso. De todos modos, un dato que puede resultar más sorprendente es que los consumidores gastan de forma diferente y quieren recibir más a cambio de lo que pagan.
La crisis tuvo otro efecto: confirmó el auge de nuevas tendencias en el consumo de productos alimentarios. En Francia, por ejemplo, continúa la baja de compras de carne roja (-2% en 2009) en beneficio del pollo (+5% en 2009 luego de + 4% en 2008). Además, los productos dietéticos, que ya estaban en baja en estos últimos años, se encuentran en franca caída en Francia (- 8%) y en baja en toda Europa en general (- 2,7%).
Según los especialistas de Euromonitor International, los consumidores que habían tomado la costumbre de abandonar las conservas por los congelados y éstos últimos por los productos congelados frescos invierten ahora este orden.
En líneas generales, abandonan a los congelados, más caros por lo general, y se vuelcan a las conservas.
En tanto que los productos de semi lujo como el salmón ahumado muestran tendencia a desaparecer de los carritos.
En el campo de las bebidas, las cervezas, cognacs y vinos espumantes siguen perdiendo entre un 2 y un 5% de su parte en el mercado a pesar de que las ventas de vodka explotan.
El auge de determinadas bebidas alcohólicas -pero también de las pizzas a domicilio- se explica por una reducción de los gastos en bares y restaurantes . Tanto franceses como europeos siguen dándose sus gustos, pero en sus casas. En el área de las gaseosas (+1% en Francia y Europa), las grandes marcas (como Coca y Orangina) conservan y aumentan incluso su participación en el mercado a través de sus versiones light.
Las bebidas energizantes o deportivas siguen registrando un fuerte avance.
A pesar de la crisis, la salud sigue siendo un sector de consumo prioritario. En Francia, el queso de cabra , considerado menos graso, registró últimamente un avance de 5 puntos en su parte del mercado mientras que el queso de vaca perdió 15 puntos. Las ventas de Omega 3 (13.218 toneladas en 2009, o +10% en comparación con 2008) lo prueban.
El pan, un producto de primera necesidad, confirma la tendencia de la gente de privilegiar la economía local y la calidad.
Los productos conocidos como «tradición» y considerados benéficos para la salud, aumentan su participación en el mercado (+2,4%).
Dentro de esta lógica, el tradicional gusto por los chocolates se encuentra rezagado (como las barritas de cereal, que registraron un avance de un 4,4% en Europa en 2009 y de un 6,5% en Francia). De todos modos, los franceses siguen respetando la tradición de tres comidas diarias.
http://www.iarnoticias.com/2010/noticias/europa/0255_crisis_dieta_europeos_10jul2010.html