«Marcos quiere ser el alcalde de unas provincias de Chiapas. Lo que pasa es que como no puede tomar el poder del Estado, quiere consolidar el poder que tienen los zapatistas en las regiones de Chiapas y quedarse como una referencia política generalizada por las fuerzas fuera de la influencia del gobierno» James Petras, el […]
«Marcos quiere ser el alcalde de unas provincias de Chiapas. Lo que pasa es que como no puede tomar el poder del Estado, quiere consolidar el poder que tienen los zapatistas en las regiones de Chiapas y quedarse como una referencia política generalizada por las fuerzas fuera de la influencia del gobierno»
Antipi y Frank, sus padres, fueron emigrantes griegos en EE.UU.. Antipi era una maestra, muy estudiosa, muy nacionalista, sin complejos frente a los anglosajones, de ella le heredó el orgullo de ser parte de la tradición democrática griega. El profesor Petras confiesa sin chauvinismo que, cuando sus ancestros griegos fundaban una cultura, los anglosajones todavía se pintaban el rostro de azul y vivían en árboles.
Cuando no viaja, ni está en conferencias o enseñando, James Petras disfruta de la pesca, las caminatas por los bosques y playas, además, practica la gimnasia y el ciclismo. En literatura prefiere los autores rusos, franceses, y menciona a los del siglo XIX como Honorato de Balzac, Emile Zola y del siglo XX: Víctor Serge y José María Arguedas. Además, asegura que disfruta de las novelas policiales.
– Usted escribió alguna vez que los foros son inconsecuentes, porque las decisiones del imperialismo europeo o norteamericano se resuelven en los campos de batalla como Irak, Colombia o Palestina ¿Hasta que punto le parecen trascendentales los foros sociales?
– «En primera instancia los foros sociales eran positivos, reunir, discutir, encontrarse, formar redes, aprobar alguna declaración, pero han pasado a ser casi rituales, como un encuentro social, donde la gente se junta, invita a algunos personajes, realizan una marcha y todos «van a la casa». Creo que ya perdieron este filo de rebelión, de crítica. Analizando de manera retrospectiva, no ha tenido ningún efecto. Por ejemplo un levantamiento en Bolivia tumba a un gobierno neoliberal, un gobierno derechista en Ecuador cae con presión de los indígenas ¿Y, qué hace el Foro? ¿Efectivamente, que leyes han cambiado? ¿Qué gobierno han tumbado?
¿Acaso han detenido los ajustes estructurales? No veo nada concretamente, más allá de intercambiar ideas, direcciones, correos electrónicos. Creo que debemos de reflexionar sobre las diferentes expresiones, porque ahora hay foros en todas partes. Algunos se repiten. Estuve en Porto Alegre, y, los hoteleros son los más grandes promotores del evento, porque con la llegada de cerca de 100 mil personas abarrotarán los hoteles y restaurantes, siendo su mejor periodo de turismo. Entonces con esta actitud viene el fracaso de Lula, que termina convirtiéndose en el peor enemigo del pueblo brasileño en los últimos 30 años».
– Lucio Gutierrez y Lula con sus conductas de complicidad con el neoliberalismo ¿Son un traspiés para los movimientos populares que emergen en América Latina?
– «Esa es una pregunta que necesita tiempo para contestar, pero obviamente hay un mal cálculo, entre lo que podemos llamar movimientos populares o por lo menos los intelectuales, quienes han suspendido la capacidad analítica. Gutiérrez nunca ha tenido historia de lucha de clases, sólo por accidente de la historia se encuentra metido en el levantamiento indígena. Tiene un discurso contradictorio, y lo pescan para presentarlo como un líder, tanto los maoístas como el Movimiento Pachakutik. Obviamente hay gente que quería subir al gobierno de todas maneras. Gutiérrez era un participante más, pero ponerlo como cabeza de un movimiento indígena-popular me parece extraño.
Y Lula, ha tenido 23 años afuera de las fábricas, 20 años ha sido funcionario a tiempo completo del partido, algunos siguen hablando de metalúrgico. No participó de ninguna huelga desde el año 1980. La gente vive con nostalgia, con imagenes del pasado, en vez de analizar la trayectoria de Lula, primero como reformista, después como social-demócrata, luego como social-liberal, más tarde pactando con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con Washington, con los partidos liberales y pentecostales.
Entonces, cómo se puede pensar que se va a realizar alguna política progresista. Ver otra vez esta superficialidad de la gente diciendo «Lula es del pueblo», «Póngase la gorra del MST», es un error. El dio su palabra a los poderes, es un gran cumplidor del FMI, de los agro-negocios. De Wall Street, ellos querían ver confirmaciones, ellos tenían el compromiso de Lula, hechos y no palabras, y sí cumplió, como lo acordaron anteriormente.
«Por eso no me sorprende, ahora que habla a favor de Bush, envía tropas para ocupar Haití, no sanciona a los escuadrones de la muerte matando luchadores en las barriadas pobres. Es un payaso, estos payasos, como cuidan su imagen para el pueblo, hacen payasadas. Mientras cada día matan tres o cuatro opositores del gobierno títere en Haití, él lanza su selección a la cancha de fútbol, como acto de reconciliación. La gente se está muriendo de hambre, fusilados por los paramilitares y el lo soluciona enviando a sus fútbolistas. Por eso lo llamo payaso».
– Usted que conoce la organización del Movimiento de los Sin Tierra pues trabaja en la escuela de líderes ¿Ellos nunca sospecharon la política conservadora de Lula, si en plancha presidencial tenía a uno de los empresarios mas acaudalados del Brasil?
– «El MST sigue apoyando a Lula pero críticamente, no han hecho la ruptura todavía, son más críticos que hace un año. Es difícil entender como se mantienen independientes, no entiendo la política que mantienen con Lula. Ellos hablan de un gobierno en disputa entre la ala izquierda y el ala derecha. Mientras, yo les decía que sí, que, era un gobierno en disputa, pero entre los especuladores y los banqueros. Ese es un error que cometieron, a pesar que los apoyé los últimos tres años y han hecho un tremendo trabajo, políticamente estamos en discrepancias sobre su apreciación de la coyuntura actual».
Los flash-back de Petras reviven los sucesos históricos que atestiguó en su recorrido por Latinoamérica y el mundo; la Asamblea Popular de Bolivia (1971), con Allende en las elecciones de Chile (1973) y luego lo asesoró en su gobierno. Además, en Venezuela (1975) en la nacionalización del petróleo, y en Grecia fue asesor del primer ministro Andreas Papadreu. Presenció el primer Cordobazo en Argentina (1969). De los últimos años participó en las tomas de tierra del Movimiento de los Sin Tierra en Brasil, en las marchas y manifestaciones de los desocupados (Piqueteros) en Argentina, en diversas discusiones de los cocaleros del Chaparé en Bolivia. En 1996 estuvo en la selva Lacandona de Chiapas intercambiando ideas con el Sub-comandante Marcos y los zapatistas.
– La negación de la búsqueda del poder del zapatismo en el discurso del Subcomandante Marcos, nos hace dudar a muchos, que sea cierto y pensamos que es sólo una estrategia de Marcos, hasta que tenga más fuerza militar y política. ¿Usted a qué cree se deba este discurso de construir poder desde abajo con pequeñas islas?
– «Marcos quiere ser el alcalde de unas provincias de Chiapas. Lo que pasa es que como no puede tomar el poder del Estado, quiere consolidar el poder que tienen los zapatistas en las regiones de Chiapas y quedarse como una referencia política generalizada por las fuerzas fuera de la influencia del gobierno. Sus declaraciones son más folclóricas, es convertir una necesidad en virtud. ‘No podemos tomar el poder, no debemos tomar el poder’. No deben proyectar su situación, que es realista, como un proyecto para otros países y otros movimientos. Estas frases que él tira, la están aprovechando algunas ONGs y algunos intelectuales, como el inglés John Holloway, que ha construido toda una teoría sobre cambiar el mundo: ‘El antipoder versus el poder'».
En nuestro país el ex militante troskista y líder campesino Hugo Blanco coincide con el discurso antipoder de Marcos. El profesor Petras también lo interpreta. «Conozco a Hugo desde los sesenta. Me parece una simple reflexión de la debilidad de la izquierda, realmente lo que significa no es que niegue la toma de poder, es presionar sobre el poder. Y volveremos a la política de presionar a los gobernantes, que no es realmente un paso muy avanzado, es una política muy reformista, de dejar que ellos manden desde el Estado y nosotros presionamos para que nos tiren algunas concesiones».
– El Plan Puebla Panamá no está muy presente en el actual debate político de Latinoamérica, pero ¿Cuál es su opinión al respecto?
– «El Plan Puebla Panamá es una extensión de la infraestructura para facilitar la penetración imperialista, ir desde la costa occidental de Texas hacia todo Centroamérica y alrededor de esta infraestructura construir enclaves controlados de turismo, agricultura, maquiladoras. Orientados y dirigidos, a partir de las conexiones de infraestructuras como autopistas, puertos, aeropuertos, a integrarlos y subordinarlos al proyecto norteamericano».
– Somos conscientes del daño económico y social que causará el ALCA y el TLC en América Latina. Así como existen tribunales internacionales para juzgar a los violadores de derechos humanos ¿Se pudieran crear Tribunales por delitos económicos y sociales, a favor de los pueblos que fueron sometidos por las transnacionales y gobiernos corruptos?
– «Sí. Nosotros en los años setenta tratamos el problema de los derechos colectivos de los pueblos, y poniendo en juicio, no sólo a un simple personaje, sino a multinacionales, bancos y regímenes. El Tribunal Russel fue fundado en 1973 por Lelio Pazo, Gabriel García Marquez, Cortazar, otros premios Nobel y mi persona. Sigue funcionando, pero ya ha perdido influencia. Es importante tratar el problema desde el ángulo de los pueblos y no con instituciones represivas y explotadoras».
– ¿El triunfo de los republicanos en EE.UU. qué nos indica?
– «La reelección de Bush, es la expresión de la derechización de todo el ámbito político en los Estados Unidos, que refleja el hecho que hay sectores populares-masivos norteamericanos en favor del terrorismo, las guerras, y Kerry, facilitó este derechismo, cuando no cuestionó la guerra, ni la política represiva. Estamos en camino hacia un estilo criollo de fascismo».