Traducción Susana Merino
Un estudio llevado a cabo por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), Centro de Educación, Investigación y asesoría sindical y Popular (CEPASP) y el Movimiento Debate y Acción (MDA) muestra las nocivas consecuencias para el ambiente y la sociedad de los proyectos mineros, como los de la siderúrgica de Aceros Laminados de Pará.
Raimundo Gómes uno de los coordinadores del estudio, dice que la deforestación en gran escala es inevitable «El bosque es talado en el área de extracción minera» Pero además la naturaleza sigue siendo degradada debido a que «deben ser deforestadas superficies mayores para la construcción de viviendas, caminos, líneas de transmisión energética y depósitos de minerales»
Según el estudio la contaminación es otro agravante. «El aire y el agua son contaminados por sustancias utilizadas en los procesos de extracción y de transformación del mineral» Gomes alerta también sobre que «como el mineral es extraido del subsuelo, esas áreas quedan transformadas en enormes cráteres que provocan daños ambientales irreparables»
En lo social, dice además que los impactos de esos emprendimientos contribuyen a la desestructuración socio-económica. «Con la expectativa de nuevas oportunidades de empleo y de ingresos se produce un enorme flujo migratorio, pero como la oferta de trabajo es muy limitada, los inmigrantes se suman a los que ya estaban desempleados en la región conformando un enorme ejército de mano de obra, disponible para ser explotada por otras empresas de la región»
La pérdida de territorios también constituye otro agravante «Los proyectos mineros se establecen de afuera hacia adentro, llegan sin que los trabajadores rurales, los habitantes lindantes y los indios tengan alternativas de opción, siendo en la mayor parte de los casos expulsados de sus tierras» agrega Gomes.
Finalmente lo que se produce es el amento de las desigualdades. De acuerdo con lo que denuncia el estudio, los proyectos mineros generan un grupo de beneficiarios políticos, empresarios y comerciantes la mayor parte ajenos a la región. «Lo que queda por el contrario son las contradicciones de los emprendimientos mineros, que saquean nuestra riqueza y solo dejan en cambio miseria y pobreza», lamenta Gomes