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Las elites no se articularon solo para sacar a Dilma, también para atender los intereses capitalistas sobre los bienes

Los intereses del agronegocio y el gobierno golpista

Fuentes: Alainet

La clase dominante del campo, los latifundistas, los grandes propietarios de la tierra y las empresas transnacionales del agronegocio, fueron los actores principales en el avance golpista para interrumpir el proceso democrático y la distribución de las ganancias que, aun a pasos lentos, marchaba en Brasil. Se articularon para acelerar la implantación de propuestas concretas […]

La clase dominante del campo, los latifundistas, los grandes propietarios de la tierra y las empresas transnacionales del agronegocio, fueron los actores principales en el avance golpista para interrumpir el proceso democrático y la distribución de las ganancias que, aun a pasos lentos, marchaba en Brasil.

Se articularon para acelerar la implantación de propuestas concretas que representan a los intereses capitalistas en la propiedad de los bienes de la naturaleza, de la tierra y en la producción agrícola del país. Y, para eso, construyeron, con ayuda de sus legisladores y algunos intelectuales orgánicos ruralistas, una agenda de propuestas bien clara.

Esta agenda de intereses se tornó conocida por tres vías: la publicación del Instituto Pensar Agropecuario (IPA), compuesto por 39 entidades del agronegocio brasileño; por el Frente Parlamentario Agropecuario, también conocida como Bancada Ruralista, que fue publicada antes del golpe parlamentario consumado en la vergonzosa votación del 17 de abril en la Cámara de Diputados; y en la elección del nuevo ministro de Agricultura, senador Blairo Maggi, que pasó a explicar de forma didáctica en pronunciamientos y entrevistas lo que los ruralistas pretenden.

Vamos a sus propuestas:

I- Propuestas estructurales de la expansión del capital en la agricultura a través del modelo del agronegocio

1. El ministerio de Agricultura debe ser ocupado en su dirección por «lideres diferenciados»y en su gestión por un «gobierno técnico». Líderes diferenciados: «conocimientos profundos del sector y que tenga, principalmente, estrecho relacionamiento con las entidades representativas y con los líderes políticos». (Lo que se consolidó con la elección de Blairo Maggi);

2. Reducción del tamaño del Estado, o sea, todo debe ser decidido por el mercado (los capitalistas). Y el Estado sólo participa para cubrir los prejuicios y garantizar las tasas de lucro de ellos. ¡Un capitalismo sin riesgos!

3. Políticas agrícolas plurianuales, con visión de medio y largo plazo. Por lo que evidencian sus intenciones de quedarse por mucho tiempo gobernando;

4. Aumento de las ofertas de crédito, con tasas de interés más bajas y controladas. El crédito rural debe tener menos burocracia, modernización de la legislación sobre los créditos, catastro único para productores y cooperativistas en el sistema financiero, creación de un Fondo de Garantía de Créditos y de un Fondo de Inversiones del Agronegocio. Es la consolidación de la alianza de los propietarios de la tierra que dependen cada vez más del capital financiero;

5. Estimular la entrada de capitales extranjeros, de los grandes bancos en el crédito rural para financiar a la agropecuaria brasileña;

6. Seguro Rural con aumento de recursos subsidiados del Estado y reglamentación del Fondo de Catástrofes (a ellos accederán a un costo de seguro más razonable y así dividir prejuicios con toda la sociedad);

7. Reglamentar los contratos con «opción de compra» como política de «seguro de precios»;

8. Apoyo al gobierno, para tener acceso al mercado externo de las commodities, en mejores condiciones de disputa con sus competidores capitalistas del exterior;

9. Cambiar la ley para abrir la posibilidad de venta de tierras a extranjeros, inclusive para empresas con capital mayoritariamente extranjero. (La ley ya está en votación en la Cámara de Diputados, siendo un ataque a la soberanía nacional);

10. Tener Plan Nacional de almacenaje privado, para garantizar abastecimientos subsidiados de los granos;

11. Recursos para un plan nacional de irrigación del agronegocio;

12. Simplificación y rapidez en la aprobación de nuevos venenos, para aumentar la producción y uso de agronómicos, llamados por ellos de «defensa agropecuaria y fitosanitaria»;

13. Acelerar la ley de tercerización de las leyes laborales, para facilitar la contratación de mano de obra temporaria en el campo, de forma más barata y sin riesgos;

14. Adecuar las leyes laborales a la «realidad del campo» y cambiar la ley del trabajo esclavo, pues lo consideran un concepto muy amplio.


II. Propuestas del agronegocio para enfrentar la agricultura campesina y a los pueblos que viven en el campo

1. Fin de la demarcación de las tierras indígenas y quilombolas [tierras de comunidades afro descendientes] por el gobierno, y con la aprobación del PEC 215, solamente el Congreso Nacional podría reconocer nuevas áreas. Y revisión de las demarcaciones realizadas en los últimos años;

2. Fin de las desaprobaciones para la Reforma Agraria, consideran innecesarias. Y la revisión de las desaprobaciones realizadas en los últimos años;

3. Revisión de las funciones del Incra [Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria], transformándolo en una mera agencia de tierras, que actuaría en la titulación y en la distribución de las tierras de la Unión;

4. Extinción del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA). Reincorporar las actividades de este ministerio al ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) y transferir los programas sociales del MDA y del extinto Ministerio de la Pesquería al Ministerio de Desarrollo Social. Ya extinguieron el MDA y abandonaron todas las políticas públicas que había para la agricultura campesina;

5. Extinción de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab);

6. Liberar a través de ambientales y transformar el Conama (Consejo Nacional de Medio Ambiente) en órgano consultivo y no más deliberativos como es hoy en día.

 

III. Las propuestas explicadas por el ministro Blairo Maggi: «Brasil no necesita de Reforma Agraria»

Por lo que parece, el nuevo «Rey de la Soja» es uno de esos «líderes diferenciados» al que se refieren los redactores de la Agenda del Agronegocio. Veamos un resumen de lo que él dice a la prensa después de la audiencia pública en el Senado Federal, el día 23 de junio del 2016.

1. Brasil puede crecer sin Reforma Agraria, sin nuevos asentamientos, sin nuevas ocupaciones. Él podría ser aún más claro y decir: Brasil puede existir solo con latifundios, y no precisa de agricultores campesino sin-tierra. Apenas peones para trabajar para nosotros;

2. Defiende la emancipación de los asentamientos para que latifundios puedan comparar o arrendar tierras de la reforma agraria;

3. Pretenden privatizar los almacenes de la Conab. Quiere que el Gobierno contrate depósitos privados para garantizar reservas;

4. Es contra cualquier impuesto sobre el lucro de las exportaciones agrícolas, para cubrir despensas de la Previsión Social. Así como es contra la revisión a la Ley Kandir [ley que permite la exención del pago del Impuesto a la Circulación de Mercaderías y Servicios de Transporte – ICMs – sobre las exportaciones del productor primario y semi elaborados o servicios, desde 1996], y con eso está quebrando a los estados agrícolas del país;

5. Está a favor de vender tierras para extranjeros, sin límites;

6. Defender impuestos más bajos para la producción agropecuaria;

7. Defiende la tercerización de la Fiscalización Agropecuaria. «Debe ser un servicio prestado por empresas tercerizadas, capitalistas, que serían mucho más eficientes. «¿Para quién?».

IV. Conclusiones

1. Gran parte de las propuestas son, todavía, genéricas, por lo tanto, muy peligrosas para los intereses de la sociedad brasileña, como un todo. Son más objetivos cuando tratan de recursos y de crédito y cuando tratan de la «agenda destructiva»;

2. Tienen muchas contradicciones: proponen la disminución del tamaño del Estado, pero la mayoría de las propuestas (crédito, seguro, almacenaje, irrigación) exigen aún más recursos públicos para el sector. O sea: menos Estado para los campesinos y más Estado para el agronegocio;

3. Las propuestas ya están siendo implementadas en estos dos primeros meses de gobierno golpista. El MDA ya fue extinguido, los indígenas están siendo duramente reprimidos y el ministro Maggi trabaja aceleradamente en la implementación de sus propuestas;

4. Hay otros puntos que no están en la agenda específica del sector pero que son abrazadas por la clase dominante como un todo, pues afectan a toda la clase trabajadora. Como ejemplo: los cambios a la Previsión Rural (edad mínima de 65 años y desvincularon de los beneficios del salario mínimo) y propuesta para que el Ejército reprima las ocupaciones de tierra;

5. Frente a este plan y las amenazas,   los movimientos sociales y sindicales campesinos precisan organizar sus líneas de defensa, de resistencia y de luchas de masas para derrocar estas propuestas del plan ruralista, que quiere a Brasil de regreso a los tiempos coloniales.

Sérgio Görgen es frei franciscano e integrante de la coordinación del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA)

João Pedro Stedile es integrante de la coordinación del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST)

El original de este artículo, traducido por María Julia Giménez para ALAI, se encuentra en: http://www.alainet.org/es/articulo/178803