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Los once años del Proyecto Bolivariano

Fuentes: Rebelión

El Proyecto de gobierno Bolivariano, recientemente arribó a sus once años de vida y coincidió este nuevo aniversario del gobierno de Hugo Chávez, con otros eventos o jornadas de lucha del pueblo venezolano. El caracazo y el alzamiento militar de 1992 fueron jornadas de lucha y protestas que se realizaron en un febrero. Febrero es […]

El Proyecto de gobierno Bolivariano, recientemente arribó a sus once años de vida y coincidió este nuevo aniversario del gobierno de Hugo Chávez, con otros eventos o jornadas de lucha del pueblo venezolano. El caracazo y el alzamiento militar de 1992 fueron jornadas de lucha y protestas que se realizaron en un febrero. Febrero es entonces, un momento para las reflexión y evaluación que debe hacerse con el objeto de conocer y saber de los obstáculos y las inconsistencia de la propuesta bolivariana. Es una actividad en la cual debe involucrarse todos los revolucionarios porque con ello estamos garantizando la salud y la animación de una propuesta política que es objeto permanente de un ataque bestial por toda la red mediática al servicio del imperio.

¿Cuál es la referencia para iniciar la reflexión y evaluación de la propuesta bolivariana?

La reflexión y evaluación ha considerar que durante estos once años se instaló en el país un proceso de planificación que se concreto en el Plan de Desarrollo Económico y Social 2001/2007 y el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007/2013. Estas dos propuestas son parte importante de los insumos necesarios para proceder a evaluarnos y conocer las metas alcanzadas. Esa evaluación en este momento implica medir el logro de los objetivos y supone también, saber o determinar si los objetivos contenidos en esas dos propuestas del plan se sustentaron en una imagen consensuada de los que deseaba sin fijarse mucho en la realidad y las rutas que esa realidad planteaba y mostraba claramente desde hace más de tres décadas.

En estos once años se han dado avances importantes en el ámbito de lo social. El cambio en este ámbito es verdaderamente impresionante y existe suficientes evidencias empíricas para estar plenamente convencido que Venezuela es otra sociedad. Todos los avances se concretan y resumen en los niveles de descensos de la pobreza y el establecimiento de un comportamiento más igualitario de la sociedad. Las líneas de la desigualdad en la distribución del ingreso, en atención al coeficiente de Gini, asume una tendencia que buscan un acercamiento y no ensancharse, pero este hecho, es un comportamiento que no pudiera estar en el nivel deseado y ha sido posible porque forma parte sustantiva de la propuesta bolivariana y porque la renta petrolera (aún con la situación confrontó durante el año 2009) ha facilitado hacer uso de esos recursos para responder al objetivo de hacernos más iguales desde el punto de vista de los ingresos, disminuir la exclusión y salir del estado de pobreza en el cual estaba sumido Venezuela.

En el plano del manejo de nuestras fuentes de riquezas (el Petróleo) la propuesta bolivariana también ha sido exitosa. El Interés nacional ha estado guiando esta política y se puede argumentar hoy con los datos disponibles, que los venezolanos somos dueños de nuestras fuentes de riquezas naturales. La realidad así lo muestra, pero fijarse en las constantes agresiones del imperialismo, es un indicador muy poderoso para acordarnos sobre la importancia de este logro. Si hay dudas de esos, veamos los cambios en el manejo de la política petrolera en la faja de los Orinoco y la participación de Venezuela en los beneficios de esa política. Revísese por ejemplo, el mecanismo de las regalías antes y después de instalación de la revolución.

Hay fortaleza en el proceso, más sin embargo, hay situaciones que pueden convertirse en grandes obstáculos para mantener el ritmo y los logros alcanzados hasta el momento. Recientemente se produjo una devaluación de la moneda con diferentes discursos y explicaciones. Cada discurso o razonamiento que se ofrecía desde el gobierno, justifica un estado de cosas que sonaban muy simpáticas pero dejaban la sensación de un atascamiento de la propuesta económica plasmada en los planes de desarrollo (2001/20078 y 2007/2013). Los discursos y justificaciones planteaban una lectura que permitía observar que la propuesta económica luce distante de la dinámica política o de aceptación del proyecto bolivariano. En otras palabras, creo que la propuesta económica da tumbos y se encuentra cruzando diferentes aguas y la esperanza de un país mejor, aún continúa entusiasmando al pueblo venezolano. Los discursos desde las altas posiciones del proyecto de gobierno han ofrecidos varias explicaciones que tratan de convencernos sobre las conveniencias de las medias, pero las justificaciones no dan otro espacio sino para entender una debilidad, que puede estar amenazando al proyecto y los logros alcanzados hasta los momentos.

Haber disminuido considerablemente la pobreza y caminar hacia una sociedad más igualitaria y con menos exclusión, es un punto muy favorable al proyecto bolivariano. Es un cambio extraordinario, pero las medidas recientemente anunciadas parecen indicarnos una debilidad que nos obligan a plantearnos varáis interrogantes con unas respuestas que han de venir de los ministerios creados, desaparecidos y recreados, cuyas funciones estaban dirigidas a echar las bases de un país menos dependiente del petróleo y más autónomo en la producción alimentaria.

Varias preguntas son claves en esta evaluación crítica que debemos promover: ¿Cuánto le hemos quitado al modelo rentista? ¿Hoy somos menos o igual de dependientes del petróleo? ¿Cuánta seguridad alimentaria hemos logrados? ¿Qué relación existe en entre la cantidad de hectáreas de tierras expropias y entregadas a productores y la seguridad alimentaria? ¿Cuánto han rendido los créditos otorgados para impulsar la seguridad alimentaria? Si llegara realizarse el deseo de la oposición de una coyuntura petrolera (muy prologada en el tiempo) marcada por la disminución del precio del petróleo, hasta dónde es posible mantener los logros sociales que la revolución ha conquistado con la renta petrolera.

¿Cómo es que ahora y transcurrido once años del proceso se está planteando un esquema o política de sustitución de importaciones? ¿Por qué ahora y no en las etapas iníciales del proceso?

En el 2007, cuando se presentaba el Proyecto Nacional «Simón Bolívar» se colocó en la parte referida al «modelo productivo socialista», la necesidad de impulsar la Empresas de Producción Social (EPS) y se las calificó como «el germen y el camino hacia el socialismo del Siglo XXI» y hoy, a casi tres años de planteado ese objetivo, se está hablando de otra propuesta mucho más sólida desde el punto de vista social y con la denominación de Empresas de Propiedad Social (EPS), pero ahora, con una propuesta de este tipo y con empaque de endógeno, se descubre que estamos importando mucho y se adelanta el rescate de una política de los primeros años de la IV república, que en su momento (y ahora) se denomina sustitución de importaciones.

¿Pensaron los proyectistas de plan Simón Bolívar que Venezuela era (y es) altamente dependiente de la renta petrolera? ¿Ignoraban la condición de país importador? ¿Esas dos situaciones no son dos tremendos obstáculos de la revolución? ¿No es tiempo ya, de haber iniciado un proceso que permitiera torcer esa ruta para hacernos un país menos dependiente del petróleo y con una situación que se ajustara mejor a eso que hemos denominado seguridad alimentaria?

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.