Traducido por Caty R.
El «asunto Clearstream» en Francia, es decir, el escándalo político de las falsas listas de beneficiarios de comisiones ocultas vinculadas a transacciones internacionales, ha llevado de nuevo al centro de la actualidad el problema de los paraísos fiscales y los oscuros derroteros del dinero ilícito.
Con el telón de fondo de la rivalidad entre el Primer Ministro, Dominique de Villepin, y su ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, para el liderazgo de la derecha francesa en la perspectiva de la campaña presidencial de 2007, el asunto Clearstream destapó las costumbres de la clase política francesa. Pero más allá de su aspecto francés, Clearstream extrae su nombre de la Cámara de compensación interbancaria de Luxemburgo acusada, con razón o sin ella, de ser una de las mayores empresas del mundo del blanqueo de dinero.
Según el Fondo Monetario Internacional, citado por el Diario Le Monde con fecha 23 de mayo de 2006, de 700 mil millones a 1,75 billones de euros circularían así entre los bancos, paraísos fiscales y centros financieros a pesar del endurecimiento de las leyes y el aumento de los controles. Es decir, la importancia de las cantidades que circulan y lo que supone en sí misma esa circulación.
Paraísos fiscales, zonas offshore (1), flujos monetarios, capitales errantes y presupuestos aberrantes. Estos términos inocentes evocan, en principio, la lenidad de la vida en una sociedad que se caracteriza por la abundancia financiera, la flexibilidad económica y la evasión fiscal. En realidad es la cara odiosa de la globalización, nuevo dogma de la libre empresa con su retahíla de desempleo, exclusión o corrupción; en una palabra, todos los ingredientes que gangrenan la vida política, minan los fundamentos de las grandes y pequeñas potencias y hacen correr el riesgo de corrupción a las grandes y viejas democracias.
El nuevo orden internacional tan celebrado desde el hundimiento del bloque comunista, es decir, desde la derrota del mundo bipolar a principios de los años 90, ha creado en contrapartida un sistema planetario articulado en torno a la criminalidad transnacional. Los comentaristas occidentales durante mucho tiempo se han mostrado discretos sobre este asunto, más prestos a denunciar el peligro islamista o el peligro amarillo, después de haber denunciado incansablemente el peligro rojo.
Pero si es sano denunciar los peligros exteriores, sería igualmente salubre denunciar también los propios peligros interiores: Tráfico de drogas y armas, prostitución, juego clandestino o extorsión constituyen las principales fuentes de capitales ilícitos; y esos distintos tráficos a veces tolerados, cuando no fomentados, por los estados, generan anualmente 1,5 billones de dólares, lo que representa el presupuesto de los 20 países de la Liga Árabe, de los que un tercio -500.000 millones de dólares- procedería solamente de la droga.
Un profesor universitario británico, Ronan Palan, jefe del departamento internacional de la Universidad de Sussex y autor de la obra «The Off-Shore World» (Cornell Press University, 2003) mantiene que los paraísos fiscales están implicados en todos los escándalos, ya que disponen de la facultad de «legalizar» el dinero procedente de actividades ilegales en la medida en que la vigilancia de los capitales que transitan por las zonas offshore es muy difícil.
La explosión del número de paraísos fiscales aguzó la competencia hasta el punto de que incluso la City de Londres, a pesar de su reconocido rigor, no se ha librado de manipulaciones dudosas. Primer centro financiero europeo, Londres cuenta con cerca de 800 bancos. Las autoridades financieras, en particular el Financial Service Authority (FSA) tuvieron que congelar cuentas bancarias por un total de un 1.000 millones de dólares robados en la caja del banco central de Kenia bajo la presidencia de Daniel Arap Moi (1978-2002), así como las cuentas secretas del dictador chileno Augusto Pinochet.
Para desmarcarse, los paraísos fiscales pretenden especializarse ofreciendo una gama de servicios. Por ejemplo, Guernsey (unas islas británicas) se lanzó al mundo de los seguros, Costa Rica a los casinos en la Red o las Bermudas al comercio online. Los partidarios de la economía liberal justifican su existencia por el hecho de que su presencia obliga a los centros financieros tradicionales a no dormirse en los laureles y señalan que conviene distinguir entre la evasión fiscal -un delito- y la optimización fiscal, que constituye a sus ojos un procedimiento legal destinado a rebajar los impuestos.
1) El origen está en la mafia
Curiosamente el origen de la proliferación de los paraísos fiscales se encuentra en la mafia.
La mafia funciona a una sola escala, la del planeta. La mafia de la droga se extiende por todas partes: China, Japón, Estados Unidos, Sudamérica, zona Caribe-Pacífico, Rusia y Europa del Este, sin hablar del Sudeste asiático, Oriente Medio y África. Para adaptarse a la globalización de la economía, las organizaciones mafiosas han creado redes internacionales apoyadas por las tecnologías más modernas (Internet, teléfono móvil) que escapan a cualquier interceptación.
Según un estudio del FBI estadounidense, el cártel colombiano de la droga habría realizado en 1995 un volumen de negocios estimado en 67.000 millones de dólares, o sea más del doble del presupuesto de la Interpol (30.000 millones de dólares), que emplea a varios centenares de agentes. Se contrata a los mejores expertos en informática para hacer prosperar el negocio del blanqueo y las grandes confederaciones mafiosas (americana, siciliana, turca, rusa, yakuza japonesa y tríada china) se habrían constituido en una multinacional que compartiría países y productos, servicios y mercados.
A semejanza de la droga, el dinero sucio procedente del tráfico ilegal pasa a ser para los bancos e instituciones financieras que se prestan a operaciones de blanqueo una adicción que tiene los mismos efectos que los estupefacientes sobre los individuos.
A través de un circuito complejo y arriesgado, el dinero negro transita por una multitud de sociedades pantalla esparcidas a lo largo de los paraísos fiscales del planeta antes de rehabilitarse en los respetables bancos de los grandes centros financieros internacionales. Su detección es difícil. El único verdadero detector, a escala planetaria, es la balanza mundial de pagos.
Normalmente en los intercambios mundiales, cuando un país es deficitario, otro se vuelve excedentario, pero la inyección masiva de capitales ilícitos ha desequilibrado fuertemente los intercambios a escala mundial. Desde 1982 el boquete en los intercambios mundiales se estima en 100.000 millones de dólares anualmente. En 17 años ascendió a 7 billones de dólares.
Los poseedores de estos oscuros capitales son un revoltijo de servicios especiales, guerrillas del tercer mundo, mafias, traficantes de armas y estupefacientes, estados bajo embargo y bancos corruptos, incluidas compañías respetables y estados occidentales siempre listos para hablar del Derecho y predicar la moral. Esta importante masa financiera clandestina aprovecha las crisis coyunturales de la economía mundial -el crack de la bolsa de Nueva York de 1986, la quiebra inmobiliaria europea de principios de los noventa o la tormenta bursátil de los mercados asiáticos de 1997- para insinuarse en los engranajes de las finanzas internacionales. Esto crea el peligro de gangrenar a largo plazo la economía mundial, como lo demuestra el aumento del número de países con presupuestos aberrantes o la fuerza de los «países NEO».
2) Países NEO (Net Errors and omisions)
Situados generalmente cerca de las zonas del narcotráfico mundial, se llama así a los países NEO porque disponen en su balanza de pagos de un epígrafe NEO (Net Errors and omisions) que gracias a una astucia contable permite, con el pretexto de errores estadísticos derivados de desórdenes administrativos, disimular la grave disfunción de su comercio exterior, que procede del tránsito del capital blanqueado.
El procedimiento del blanqueo debe su nombre a una técnica ideada por un mafioso de Chicago de los años 20 deseoso de librarse del dinero acumulado por la venta clandestina de alcohol en la época de la «ley seca». En un arrebato de inspiración puso en práctica una idea sugerida por la mafia local comprando una cadena de lavanderías donde se paga en efectivo.
Lo único que tenía que hacer al final de cada jornada de trabajo era añadir dinero sucio a las ganancias del día y depositar todo ello en el banco, poniendo buen cuidado en declarar al fisco la totalidad del ingreso, incluyendo así el dinero blanqueado. Más tarde, en los años 50-60 las mafias, previendo las modificaciones del mercado del consumo, recurrieron a las cadenas de comida rápida como las pizzerias para blanquear el dinero sucio, dando así nacimiento a la «Pizza-conenection». Estas técnicas a estas alturas parecen irrisorias.
La época del blanqueo de dinero en lavanderías y pizzerias hoy está relegada a la prehistoria del blanqueo.
Actualmente las sumas en cuestión son enormes y para su blanqueo requieren técnicas sofisticadas, lo que ha dado nacimiento a un nuevo oficio «el financiero-criminal», es decir, un ingeniero financiero que despliega sus conocimientos en actividades de naturaleza criminal. El blanqueador recibe una comisión de aproximadamente el 8% de la suma que transita por las transferencias electrónicas, mientras que el contrabandista que cruza fronteras con maletines de dinero sólo obtiene el 5%. Por ejemplo las SWIFF (sociedades de telecomunicaciones financieras interbancarias mundiales) y las CHIPS (cámaras de compensación de los sistemas de pago interbancarios) manejan diariamente cerca de un billón de dólares.
La identificación, tanto del donante inicial como del beneficiario final, se vuelve más difícil en cuanto que el «reciclador», mediante una comisión sustancial en cada fase de la operación, puede pasear el dinero de cuentas offshore a sociedades pantalla, hasta que encuentra un refugio decente al capital. Así un capital ilegal depositado en las islas Caimán puede, después de un rodeo por Hong Kong y Singapur, encontrarse en Luxemburgo para ser invertido a continuación en la inmobiliaria de lujo parisina. Aunque gana mucho, el reciclador está obligado a obtener resultados. Responde con su vida del éxito de la operación de blanqueo. En realidad responde con su vida… durante el resto de su vida.
Por evidentes e imperiosos motivos de seguridad, la mafia no puede tolerar a los amateurs o charlatanes y prefiere limitar sus riesgos al máximo. Cualquiera que participe en una operación de blanqueo se convierte en un rehén para toda la vida. Si se le permite, con permiso de sus patronos, reconvertirse a otras actividades, su puerto de anclaje sigue siendo su actividad inicial: La validación de un dinero de origen indecente. Cautivo dorado, pero cautivo. Además de la transferencia electrónica de capitales, que es la estrella del blanqueo, existen otras técnicas diversas vinculadas al juego, a las transacciones de metales preciosos, así como a la transferencia por «stroumpfage«:
El juego: El dinero negro se invierte en casinos con la compra de fichas de juego que luego se reconvierten en cheques, ésta es la técnica de las «fichas falsificadas».
La compra de joyas y oro en zonas offshore: El producto de la reventa del metal precioso se deposita con toda legalidad en una cuenta del banco.
La transferencia por «stroumpfage«: Una multitud de pequeños contrabandistas de fronteras (smurfs en inglés estadounidense) compran en los bancos cheques de viaje o divisas. En Estados Unidos, cualquier persona puede retirar hasta 10.000 dólares en líquido. Una vez en el extranjero, los contrabandistas almacenan el efectivo o los cheques de viaje en una cuenta bancaria legal.
En 1993 en Nueva York el FBI, intrigado por un flujo anormal de envíos desde la oficina local de correos, ordenó una investigación. El descubrimiento fue impresionante: los cárteles colombianos, recurriendo a «hormigas» (2) procedieron, durante casi un año, a hacer transferencias a cuentas ubicadas en Panamá por un importe global diario del orden de 100.000 dólares realizado por medio de modestos envíos cuyo valor para cada operación no excedía de 1.000 dólares.
Desde Panamá los fondos recogidos se reenviaban a una sucursal bancaria de Hong Kong. La operación permitió el blanqueo de 198 millones de dólares en menos de un año. La distribución de los fondos entre los distintos mafiosos beneficiarios se hacía gracias los signos distintivos registrados en el dorso del giro postal que permitían la localización de cada envío y su pertenencia.
Otra estratagema de legalización del dinero ilícito: La creación de una sociedad pantalla cuyo objeto es recoger fondos y «donativos de caridad» para falsas congregaciones religiosas.
Frente a tanta «pasta» la imaginación se pone al máximo rendimiento y los métodos a veces son rocambolescos, como los utilizados por un traficante de cannabis paquistaní que no vaciló en ocultar 35 millones de dólares en efectivo en máquinas de desalación de agua de mar, especialmente preparadas para el contrabando, encargadas en Australia para exportarlas a Singapur.
No obstante, ante la enormidad de las sumas en juego, la mafia no dudó a veces en tomar el control total de un banco para convertirlo en una fábrica de blanqueo de dinero.
El inventor del «banco pirata» es José Antonio Fernández, gran importador de marihuana colombiana a Estados Unidos en los años setenta. A través de toda una serie de sociedades pantalla, Fernández consiguió tomar el control de la «Sunshine State Bank» de Florida, transformándola en una blanqueadora gigante durante una decena de años, hasta que lo detuvieron en 1984.
Entre otros ejemplos famosos de banco pirata se puede citar el del BCCI (Banco de crédito y Comercio Internacional), propiedad de los emiratos árabes, que quebró a finales de los años 80 por su conexión, real o supuesta, con el dinero de la droga.
Otro ejemplo es el del «Great American Bank» en Estados Unidos bajo control colombiano en 1984, momento de su desmantelamiento, así como el «Banco para el desarrollo de de Poznam» (Polonia), que transfirió a Alemania en 1992 cerca de 150 millones de dólares resultantes de los fondos errantes de Hong Kong.
El proceso del blanqueo se desarrolla en tres etapas: Colocación, recopilación e integración
Colocación (o prelavado): La operación consiste en colocar las importantes cantidades de dinero conseguidas de manera ilegal en el eslabón más simple de la cadena: la economía al por menor (compra de divisas por agentes de cambio, casinos, geriátricos) y transferencias de modestas remesas de pequeños contrabandistas (schtroumpfage).
Recopilación (o lavado): Esta operación consiste en borrar cualquier rastro de los orígenes criminales del dinero multiplicando las transferencias de cuenta a cuenta o las transacciones financieras, en particular por medio del «préstamo simulado». Este procedimiento consiste en obtener un préstamo para una inversión garantizado por el importe de la cuenta numerada establecida en el mismo banco por el prestatario. El importe del préstamo corresponde al del depósito y los intereses a pagar idénticos a los percibidos sobre la cuenta numerada.
Integración (o reciclaje): Es el último paso, que confiere una apariencia de legalidad a las rentas de origen criminal que se invierten en circuitos económicos oficiales: inmobiliarias, turismo, finanzas. Así el capital ilícito sale de Nueva York a través de pequeños portadores, en primer lugar hace un alto en uno de los paraísos fiscales de los microestados de la región Pacífico-Caribe, se transfiere a los grandes centros financieros asiáticos para emprender un principio de respetabilidad, (Hong Kong, Singapur) y termina en los grandes centros financieros occidentales (Suiza, Luxemburgo).
En esta fase el poseedor del capital reclama en París o Londres un «préstamo adosado» (Loan back), es decir, un préstamo garantizado por un depósito bancario en Luxemburgo, invirtiendo así de forma totalmente legal en bienes inmuebles, hostelería, restauración, Bolsa, etcétera y añadiendo un plus de honorabilidad y existencia en el mundo.
Ante la amplitud del fenómeno los siete países más industrializados, el G7, fundó en julio de 1989, fecha del aniversario de la Revolución Francesa, el «Grupo de acción financiera internacional» (GAFI) contra el blanqueo de capitales. Instrumento de estudio y peritaje, el GAFI se encarga de seguir la evolución de las técnicas de reciclaje del dinero sucio y comprobar la aplicación de las medidas de lucha contra el blanqueo. En 2005, el «Tracfin» organismo encargado de perseguir las cuentas dudosas, estudió más de diez mil «declaraciones sospechosas» señaladas como dudosas, pero sólo se trasladaron 347 expedientes a la justicia.
Entre los otros organismos internacionales destacan el «Programa de las Naciones Unidas para el control internacional de la droga» (PNUCID), el «Órgano internacional de control de los estupefacientes» (OICS) y finalmente la Interpol, que dispone de un servicio especializado de lucha contra el blanqueo del dinero de la droga. Aunque la comunidad internacional ha tomado conciencia de la amplitud del delito, la lucha contra la proliferación de capitales ilícitos sigue siendo rudimentaria.
Según el Gafi, apenas se confiscó el 0,5% de los 4,4 billones de dólares de beneficios conseguidos entre 1982 y 1992 por el tráfico de drogas. El mal es profundo y la contaminación amplia.
Una treintena de países aparecen contaminados por los narcodólares, de ellos trece en América Latina (Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, México, Panamá, Paraguay, Perú, El Salvador y Venezuela), cuatro en Asia (Birmania, Pakistán, Tailandia y Camboya), ocho en el antiguo bloque soviético (Polonia, Bulgaria, Rusia y las Repúblicas musulmanas de Asia Central), tres en Oriente Medio (Turquía, Siria, Líbano) y dos en África (Nigeria y Guinea).
Los países occidentales también están contaminados por el dinero sucio, a la cabeza, naturalmente, Estados Unidos, dividido desde el tiempo de la prohibición en los años 20, entre grandes familias mafiosas. En Italia, cuna de la mafia, se desencadenó una gran operación de lucha contra la corrupción, bautizada como «Manos limpias», que hizo tambalear los fundamentos de la República; la comisión parlamentaria antimafia consideró que los narcodólares representaban el 15% de las sumas colocadas en la Bolsa de Italia, mientras que en Alemania, la «Pizza connection» habría permitido blanquear entre 2 y 5.000 millones de dólares.
En Francia, un escandaloso informe del Centro de Análisis y Prevención del ministerio de Asuntos Exteriores implica a empresas petroleras y a militares franceses en el tráfico. «El África subsahariana francófona sigue siendo una puerta de entrada al sistema financiero internacional. Las compañías petroleras participan en la opacidad del negocio del oro y son partes involucradas en el proyecto de zona franca de Sao-Tomé, que según todos los indicios será un eslabón importante en la criminalización de los intercambios comerciales y financieros. El ejército está implicado en el consumo o tráfico de estupefacientes (el Chad, Yibuti) y en el fraude del diamante (República Centroafricana)», decía un informe del 29 de junio de 1995 y cuyos extractos se han publicado en el semanario satírico «Le Canard Enchaîné«.
De los 57 paraísos fiscales o aberrantes países NEO contabilizados en el mundo, 38 enclaves presentan la característica singular de no disponer, o no tener que facilitar los datos calculados sobre sus depósitos bancarios extranjeros. Entre estos enclaves están Aruba, antigua dependencia neerlandesa del Caribe hasta 1996, y la isla malasia de Labuan en el Pacífico, que alberga 21 bancos y 11 «trust companies».
En Europa el Principado de Liechtenstein, puerto de 40.000 compañías offshore, tampoco dispone de datos sobre depósitos bancarios extranjeros. A este respecto es objeto de una atención calificada de «prioridad elevada» por la Oficina de Narcóticos del Departamento de Estado de EEUU.
Chipre, por su parte, desde el hundimiento del antiguo bloque soviético pasó a ser un puerto del capital ruso, seguramente debido a las afinidades socioculturales entre estos dos países ortodoxos. En un expediente especial dedicado a las «Mafias del Mundo», el semanario francés l’Express indica que el Banco Central de Nicosia autorizó, en 1992, la creación de 2.892 sociedades offshore, de las que el 53,5% pertenece a hombres de negocios de Europa del Este, con lo que quintuplicó en un año el número de estas sociedades de régimen fiscal especial. Más de 10.000 rusos consideran la parte griega de la isla como su segunda patria y han llenado la villa portuaria de Limassol de restaurantes rusos e incluso han asegurado la edición de dos periódicos en lengua rusa.
Uno de los últimos paraísos fiscales surgido, que además pretende ser el más potente, es Las Seychelles. El gobierno de esta isla del océano Índico adoptó, en noviembre de 1995, el «Seychelles economic development act», que concede la inmunidad a los inversores extranjeros contra toda persecución criminal y una protección total contra cualquier medida de decomiso de sus bienes, a menos que los actos de violencia o el tráfico de drogas se hayan cometido en el territorio de Seychelles. El importe inicial de la inversión que permitía beneficiarse de tal protección se fijó en 10 millones de dólares.
Nauru: Este estado de la Micronesia (Pacífico), de 21 km2 para diez mil habitantes, es la república más pequeña del mundo. 400 bancos y sociedades offshore están registrados en una sola empresa, la NAC (Nauru Agency Corporation) por donde, según el banco central de Rusia, transitaron en 1999 más 80.000 millones de dólares.
3) La nebulosa de la mafia
«Mafiosos de todos los países, uníos», podría ser la consigna de las organizaciones criminales transnacionales (OCT) desde la caída del comunismo en 1990 y la universalización de la economía de mercado, lo que acarreó como consecuencia el progreso de la cooperación intermafiosa a los dos lados del telón de acero y un zafarrancho de combate en los grandes servicios occidentales, FBI, Scotland Yard y el BKA (policía criminal federal alemana con la sede en Wiesbaden) destinados a combatir esta nueva «internacional del crimen».
La primera cumbre inter-mafia Este-Oeste se celebró apenas un año después del hundimiento del bloque soviético, en marzo de 1991 en Varsovia, entre representantes de la «Cosa Nostra» (mafia italoamericana) y los dirigentes de los grupos criminales de la antigua Unión Soviética. La segunda fue en 1992 en Praga.
Empresas de envergadura planetaria, que disponen de medios superiores a muchos estados del tercer mundo, las mafias son sociedades criminales de reclutamiento iniciático concebidas para ser prácticamente indestructibles. Manejan decenas de miles de millones de dólares al año y amenazan gravemente los flujos financieros legales. Raymond Kendall, secretario general de la Interpol, admitió en abril de 1994 que en el fichero de 250.000 grandes malhechores administrado por este organismo, 200.000 estaban vinculados al narcotráfico.
Ocho grandes confederaciones mafiosas u organizaciones criminales transnacionales (OCT) extienden sus tentáculos sobre el conjunto del planeta y no descuidan ningún sector de actividad.
Desde el principio de la década de 1990 la mafia internacional, preocupada por diversificar sus actividades, invirtió en masa en Europa del Este rescatando hoteles de lujo y empresas privatizadas. En contrapartida la mafia rusa se lanzó a la conquista del Oeste, en una especie de división internacional del trabajo criminal. Con el lanzamiento de un puente hacia Japón vía la isla de Hokkaido y hacia los enclaves de Hong Kong y Macao, firmemente establecida en Alemania, especialmente en Hamburgo y Frankfurt, desde entonces le pisa los talones a la mafia italoamericana de Brooklyn (EEUU).
De los 200.000 inmigrantes rusos que llegaron a Estados Unidos desde los años 70, más de 50.000 se establecieron en Brooklyn. Entre ellos, según los cálculos del FBI, cerca de 2.000 trabajan regularmente para las 29 bandas que operan en el barrio. Desde 1995 el FBI investiga, por otra parte, 35 «asuntos» relativos a los rusos en el territorio estadounidense.
1) Estados Unidos: Emanadas de la Cosa Nostra italiana, 25 familias mafiosas se reparten el territorio estadounidense con sólidos anclajes en Chicago, Nueva Inglaterra, Florida y las ciudades de juego Las Vegas y Atlantic City. Cinco familias se reparten Nueva York desde 1931, la más poderosa es la familia de los Genoveses seguida por Gambino, Colombo, Lucchese y Bonano. La mafia italoamericana de Estados Unidos está especializada en el tráfico de estupefacientes, chantaje a sectores industriales como el del tratamiento de basuras de Nueva York, juego ilegal, pirateo de licitaciones, préstamos a tipos de usura, etcétera.
2) Rusia: Un centenar de formaciones permanentes que agrupan cerca de 200.000 combatientes repartidos en 150 regimientos dirigidos por setecientos jefes y cuadros, disponen de importantes conexiones internacionales especialmente en Alemania y en los países del antiguo bloque soviético. El grupo del Cáucaso -armenios, azeríes, daguestaníes, georgianos y chechenos- está considerado generalmente como uno de los más eficaces, en particular en el mercado negro, saqueo de los depósitos de estado, tráfico de armas (Cáucaso, antigua Yugoslavia, Argelia) y tráfico de estupefacientes.
3) Japón: 60.000 yakuzas, miembros de una organización mafiosa se inician en 3.500 clanes agrupados en grandes confederaciones criminales. Las más importantes son Yamaguchi Gumi, Inagawa Kai y Sumiyoshi Kai, que agrupan dos tercios de los clanes. Firmemente implantada en Corea del Sur, Australia y Estados Unidos, especialmente en Hawai, en la costa occidental de Estados Unidos, la mafia japonesa actúa en el ámbito del tráfico de anfetaminas, extorsión de empresas, pirateo de los mercados públicos, contrabando de armas y juego ilegal.
4) México: Seis grandes cárteles (Culiacan, Guadalajara, Juárez, Matamoros, Sonora y Tijuana) declaran un centenar de bandas criminales que explotan los 3.200 kilómetros de frontera con Estados Unidos. Bien instalados en el aparato administrativo político mexicano, los cárteles de este país son especialistas en la trata masiva de emigrantes chinos clandestinos en conexión con las tríadas, así como en el tráfico hacia Estados Unidos de estupefacientes de producción local (marihuana) o importados de Colombia (cocaína).
5) Colombia: Dos grandes cárteles (Medellín y Cali, articulados en una organización piramidal que incluye mil directivos respaldados por 25.000 grupos criminales de base, controlan el 75% de la producción mundial de cocaína, con ramificaciones en todos los segmentos de producción y en cada etapa de comercialización: con grupos especializados en la agricultura, química, transporte intercontinental y venta al por mayor, el cártel asegura en la cumbre la coordinación, transmisión de la información y protección general del conjunto.
6) Italia: La mafia italiana cuenta con cuatro grandes confederaciones mafiosas que disponen globalmente de unos 110.000 miembros que garantizan su presencia en 42 países. La distribución de las zonas de implantación se establece del siguiente modo: La Cosa Nostra, en Sicilia, dispone de 40.000 a 50.000 personas reunidas en torno a 130 familias reclutadas según criterios biológicos; la Camorra, en la región de Nápoles, cuenta con 110 familias y cerca de 10.000 miembros; Ndragheta (Calabria) 150 familias, 5.500 cuadros y reclutas; y finalmente la Sacra Corona Unita (Apulia) con 32 familias y 2.500 miembros.
7) Turquía: Una decena de grandes clanes kurdo-turcos (Ayanoglou, Baybasin, Cakili, Heybeti, Karaduman, Ulucan) dirigidos por poderosos padrinos y que se benefician de sólidos apoyos políticos, suministran un intenso tráfico de heroína entre Asia Central y Europa. Presentándose como armadores, herederos de la actividad de contrabando floreciente bajo el Imperio Otomano, la mafia turca está sólidamente implantada en Europa (Alemania, España, Países Bajos y Suiza). Sus actividades principales son el contrabando de material electrónico y vídeo, falsificación de documentos oficiales, piratería de mercados públicos, prostitución y extorsión.
8) Los chinos y sus famosas seis grandes tríadas constituyen sin ninguna duda la primera organización criminal del mundo con más de 100.000 iniciados. Tienen establecidas tres tríadas en Hong Kong (Sun Yee On, 14 K y Federación WO), dos en Taiwán (Bambú Unido y Banda de los 4 mares) y una en China (El Gran círculo).
Sun Yee On, que se fundó en 1919 en Cantón, es la primera banda del mundo y cuenta con 60.000 miembros. Fundada en 1947, también en Cantón, para apoyar al Kuomintang (Partido nacionalista chino, N. de T.) replegado en 1949 en Hong Kong ante el avance comunista, 14 K cuenta con 24.000 miembros.
La Federación WO, creada en 1908, dispone de 29.000 miembros divididos en 10 clanes y reina en el oeste de Hong Kong. Bambú Unido, en Taiwán, cuenta con 20.000 miembros distribuidos en 13 clanes y se fundó en 1956 por un grupo de criminales expulsados de Hong Kong, mientras que la Banda de los 4 Mares sólo agrupa a 5.000 miembros. El Gran Círculo se fundó en China por antiguos guardias rojos; no se sabe de cuanto personal dispone ni la fecha de su fundación. Tráfico de estupefacientes y armas, tráfico de emigrantes clandestinos chinos, vehículos robados, piratería de audio y vídeo, juego ilegal, extorsión, usura, prostitución y pornografía constituyen la gama de sus actividades que se extienden al conjunto de la zona Asia-Pacífico además de Australia, con sólidas redes en América del Norte e infiltraciones en Europa.
4) – El Hit parade de los paraísos fiscales
Las zonas francas y paraísos fiscales constituyen poderosos lugares de tráfico, transformación y redistribución de las riquezas. Basándose esencialmente en la «derogación», una liberalización de las dificultades destinada a impulsar la economía mundial, constituyen por excelencia el «antimundo», es decir, espacios si no fuera de la ley, al menos fuera de la ley común, la otra cara del sistema pero parte integrante del engranaje mundial.
Estos centros financieros offshore disfrutan de escasa fiscalidad, secreto bancario absoluto, conservación del anonimato de los propietarios de las sociedades y una cooperación fiscal y judicial reducida, o incluso casi inexistente, con los demás países.
Cerca de cinco billones de dólares, o sea la mitad de los activos financieros transfronterizos, estarían ubicados en estos centros offshore que constituyen verdaderos «agujeros negros» de las finanzas internacionales y cuyo papel fue muy importante en la aceleración de la crisis asiática en 1997 y un año más tarde en la transmisión de la crisis rusa a América Latina. Con el fin de mejorar la «rastreabilidad» de los flujos financieros y evitar el contagio de las crisis, desde 1999 el «Foro de estabilidad financiera», emanación del G7 que agrupa a los países más industrializados, junto con el Banco de Reglamentos Internacionales, en Basilea, se encarga de vigilar estos paraísos.
La distribución de los paraísos fiscales no es nada aleatoria. La mayoría están situados en un gran cinturón que rodea el mundo desde Centroamérica y el Caribe pasando por el Mediterráneo, el Oriente Medio y el sur y suroeste de Asia, es decir, las principales vías marítimas de los tráficos y estrategias mundiales, en el punto de unión de los océanos y los continentes.
Los otros grandes conjuntos están situados cerca de los «centros» que controlan y se disputan esas vías de paso, por ejemplo Tánger para la zona Europa-Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, Guernsey y la Isla de Man para el canal de la Mancha y el océano Atlántico.
La existencia de paraísos fiscales es en cierto modo una incitación al «incivismo» en la medida en que la propia idea que presidió su creación es la finalidad de librar a los poseedores de capitales de las dificultades, controles y exacciones del país de origen.
Uno de los aspectos más llamativos de los paraísos fiscales es sin duda el registro offshore de los buques -«pavillon de complaisance» (cuando un barco está registrado en un país diferente al de su dueño por razones de conveniencia, N. de T.)- o empresas. Así, Liberia detenta la primera flota del mundo y la región Pacífico-Caribe ofrece el espectáculo de un inmenso aparcamiento para cerca 90.000 sociedades offshore. Pero la palma se la lleva Hong Kong, antiguo enclave británico y nuevo pulmón económico de China.
Hong Kong devuelta a China desde julio de 1997, se coloca en la cabeza de la clasificación en la importancia de los depósitos bancarios extranjeros (427.700 millones de dólares) recogidos por 500 bancos extranjeros.
Las Islas Caimán, territorio caribeño bajo dependencia británica, llegan a la segunda posición con depósitos de aproximadamente 388.600 millones de dólares en 544 bancos, 70 fondos financieros y 30.000 compañías offshore.
Luxemburgo, principado de Europa, se sitúa en tercera posición con depósitos de 360.400 millones de dólares en 221 bancos y 1.800 fondos financieros.
Suiza está en la cuarta posición con depósitos de 330.200 millones de dólares en 600 bancos particulares. A la defensiva desde el asunto del oro nazi y las «herencias vacantes» (cuando el estado se arroga los bienes de las personas que mueren sin herederos o éstos no pueden demostrar legalmente su condición de tales, N. de T.) judías, Suiza sigue siendo intransigente en cuanto al secreto bancario, base de la prosperidad helvética. Sin embargo dio prueba de flexibilidad con la firma, en 1997, de un tratado de ayuda judicial mutua con Estados Unidos. Además en 1998 instituyó una ley sobre el blanqueo que obliga a los bancos suizos a señalar cualquier acción sospechosa y un convenio de vigilancia que obliga a las entidades a verificar la identidad de sus clientes. Según un estudio de la universidad de Basilea, los bancos suizos administran alrededor del 35% de los activos privados mundiales, la plaza financiera genera más de cien mil empleos y garantiza cerca del 11% del producto interior bruto de la Confederación. (Le Monde, 23 de agosto de 2000).
Singapur (Asia), en quinta posición, con 119 sucursales de bancos internacionales y 76 bancos de inversión, y
Las Bahamas, en la sexta posición con 172.000 millones de dólares, 404 bancos con 180 sucursales y 16.200 compañías offshore.
Las cinco estrellas del hit parade (Hong Kong, Islas Caimán, Luxemburgo, Suiza y Singapur) son objeto por parte de la justicia estadounidense de una «alta prioridad» en la vigilancia de sus actividades, mientras que la sexta, Las Bahamas, goza de una atención «media».
La región del Caribe es un puerto para capitales errantes, entre los entresijos de los microestados de la zona se desliza una proliferación cancerosa en los intersticios de las grandes potencias.
Tres de las microposesiones inglesas del Pacífico albergan ellas solas 59.200 compañías offshore, 16 bancos y 182 filiales de sociedades aseguradoras: Anguilla (4.200 compañías offshore), Barbados (16 bancos y 182 filiales aseguradoras), las Islas Vírgenes británicas (55.000 compañías offshore). En cuanto a la república más pequeña del mundo, Nauru (estado de Micronesia en el pacífico, de 21 km2 para diez mil habitantes), tiene registrados 400 bancos y sociedades offshore en una sola empresa, NAC (Nauru Agency Corporation) por donde, según el banco central de Rusia, circularon en 1999 más de 80.000 millones de dólares, el mayor rendimiento mundial por metro cuadrado.
Curiosamente presentan la doble particularidad de figurar en la lista de estados DND (donantes no disponibles, N. de T.), es decir estados que no disponen de indicaciones -o no están obligados a darlas- del importe de los depósitos bancarios de origen extranjero, y de gozar al mismo tiempo de una prioridad «débil» por parte de la administración estadounidense.
La delicadeza estadounidense podría explicarse por el hecho que estas islas caribeñas están bajo la dependencia de sus aliados ingleses. El mismo régimen se aplica a las posesiones insulares inglesas de la zona Europa-Atlántico donde se da una situación similar: Guernesey (75 bancos offshore y 248 fondos financieros), Las Bermudas (400 fondos financieros y 1.300 filiales aseguradoras) y Jersey (150 trusts y 292 fondos financieros), figuran en el epígrafe DND y en la calificación «débil» en materia de prioridad estadounidense.
Por el contrario Panamá, que ostenta el récord mundial absoluto de las compañías offshore (300.000 domiciliadas en su territorio, además de 106 bancos), es objeto de una atención «prioritaria» de la administración de EEUU, sin duda debido a la presencia del Canal de Panamá y de su proximidad al territorio estadounidense.
En este principio de siglo que marca el comienzo de un nuevo ciclo histórico, el planeta no parece tan paradisíaco como pretende sugerir la proliferación de los paraísos fiscales y el nuevo orden mundial es más bien el desorden en el plano internacional.
Notas:
(1) http://es.wikipedia.org/wiki/Offshore
(2) Las «hormigas»
El término inicial completo es «hormigas japonesas» porque el método de blanquear dinero a través de pequeñas cantidades transportadas por muchas personas se creó en Japón. Es el ejemplo más claro de un circuito que abarca las tres fases del blanqueo: La colocación consiste en que el blanqueador entrega a falsos turistas (las hormigas) una cantidad de dinero negro que suele oscilar entre 3.000 y 4.000 euros a cada uno, así como unos billetes de avión para París, por ejemplo. Las hormigas compran en este destino productos de lujo como joyas, perfumes, bolsos, etc. en las boutiques de los Campos Elíseos, siendo ésta la fase de integración. A continuación, las hormigas vuelven al país de origen y entregan estos productos recibiendo a cambio una comisión. Dichos objetos se ponen a la venta en tiendas de lujo pertenecientes al blanqueador como artículos importados de París, integrando así las ganancias de la venta en la economía legal.
Texto original en francés: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=3281&lg=fr
René Naba es un periodista francés de origen libanés.
Antiguo responsable del mundo arabo-musulmán en el servicio diplomático de la Agencia France Presse; antiguo consejero del Director General de RMC/Moyen-Orient, encargado de la información.
Su próximo libro, en preparación, se titula Il était une fois la dépêche d’agence, Editions l’Armoise- 8, Rue des Lions Saint-Paul, 75004 Paris, septiembre de 2007.
Es autor de las siguientes obras:
Aux origines de la tragédie arabe, Éditions Bachari 2006.
Du bougnoule au sauvageon, voyage dans l’imaginaire français, L’Harmattan 2002.
Rafic Hariri, un homme d’affaires, Premier ministre, L’ Harmattan 2000.
Guerre des ondes, guerre de religion, la bataille hertzienne dans le ciel méditerranéen, L’Harmattan 1998.
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebte. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.