Los contribuyentes británicos van a tener que rellenar el multimillonario agujero de libras esterlinas de las finanzas públicas debido a que cientos de las mayores empresas del país utilizan cada vez en mayor medida trucos fiscales complejos y secretos para disminuir sus obligaciones fiscales. Una amplia investigación del Guardian ha examinado las cuentas de las […]
Los contribuyentes británicos van a tener que rellenar el multimillonario agujero de libras esterlinas de las finanzas públicas debido a que cientos de las mayores empresas del país utilizan cada vez en mayor medida trucos fiscales complejos y secretos para disminuir sus obligaciones fiscales.
Una amplia investigación del Guardian ha examinado las cuentas de las mayores empresas del Reino Unido – muchas de ellas nacionales – y ha descubierto una serie de sofisticadas estrategias fiscales que, según los críticos, equivalen a un hábito casi imparable y perfectamente legal de elusión corporativa de impuestos.
El halo de confidencialidad que rodea a estos planes de elusión de impuestos es tan difícil de penetrar que nadie conoce con exactitud cuántos impuestos se pierden anualmente. Pero la Tesorería de Su Majestad estimó que el agujero fiscal podía ser de entre 3.700 y 13.000 millones de libras esterlinas. El comité de contabilidad pública de la Cámara de los Comunes lo situó posiblemente en unos 8.500 millones y el TUC (Trade Union Congress) en 12.000 millones.
Las empresas británicas que figuran en la lista no están obligadas a declarar exactamente el importe que pagan a Hacienda en concepto de impuesto de sociedades. Cuando el Guardian pidió dicha información a las 100 empresas del FTSE (Financial Times Stock Exchange) solamente dos respondieron.
De forma similar se preguntó a las empresas cual es su política respecto a la llamada planificación fiscal y como se lleva a cabo. Ninguna empresa quiso responder directamente a la pregunta. Sin embargo, la investigación que publicamos a lo largo de los próximos días, ha demostrado que:
El gigante de las bebidas, Diageo plc, con base en el Reino Unido, tiene transferida la propiedad de marcas por valor de miles de millones de libras esterlinas, entre ellas Johnnie Walker, J&B y la ginebra Gilbey’s, a una sucursal en Holanda, donde los beneficios obtenidos están virtualmente libres de impuestos. A pesar de un promedio de beneficios de 2.000 millones de libras esterlinas al año, pagó unos impuestos medios al Reino Unido de 43 millones de libras anuales, poco más de un 2% de sus beneficios totales.
Dos de las más importantes firmas de medicamentos tienen transferida la propiedad de sus marcas a paraísos fiscales en el Caribe. Con ello, sus operaciones en el Reino Unido quedan sujetas al pago de royalties por el uso de las marcas, reduciendo así sus beneficios y el importe de los impuestos a pagar en este país.
Una corporación muy conocida internacionalmente se ha estructurado de tal forma que actualmente es al mismo tiempo una empresa pública británica, con residencia fiscal en Amsterdam, cuyas marcas son de propiedad Suiza.
Los creadores de un emblemático producto alimentario británico han transferido los derechos sobre el mismo a un paraíso fiscal en suiza.
Una marca nacional ha sido cargada de deuda deliberadamente, con lo que ya no tiene beneficios a los que imputar impuestos.
Las principales firmas contables cargan 500.000 libras esterlinas de una sola vez para inventarse planes para eludir el pago de impuestos.
Algunas de las empresas británicas de la lista que han trasladado el control a Dublín para sacar provecho del beneficioso régimen fiscal de Irlanda parecen tener muy poca presencia allí.
Según la Oficina Nacional de Auditoría, en el 2006 más del 60% de las 700 mayores empresas de Gran Bretaña pagaron menos de 10 millones de libras esterlinas en concepto de impuesto de sociedades, mientras que un 30% no pagó nada.
El principal responsable de impuestos de Gran Bretaña, Dave Hartnett, declaró el año pasado al comité de cuentas públicas de la Cámara de los Comunes, que 12 grandes corporaciones habían «eliminado todos sus pasivos fiscales en 2005-6» gracias a planes para eludir impuestos.
Vince Cable, el segundo del partido Demócrata Liberal, dijo la pasada noche: «La escala de la evasión corporativa de impuestos expuesta por la investigación del Guardian provoca mareo. Va a indignar profundamente a las familias y a los negocios que pagan religiosamente lo que les corresponde. Las barrocas complejidades de los planes corporativos para eludir impuestos son similares a las elaboradas estructuras que han devastado actualmente a una parte substancial del sistema bancario. Las autoridades fiscales deberían detener la competición en planes complejos y aplicar el principio general de que si las compañías tratan deliberadamente de eludir los impuestos deben ser penalizadas y pagar.»
Según el Instituto de Estudios Fiscales, los ingresos fiscales totales – incluyendo el impuesto sobre la renta personal – serán, el año próximo, 7.000 millones de libras menores de lo previsto debido a la recesión. El respetado grupo de estudios dice que algunos programas clave de los laboristas se exponen a ser recortados, especialmente los gastos en salud y educación. El resultado, dicen sindicatos y activistas, es que los contribuyentes normales tienen que colmar la diferencia. Si la estimación de la TUC de 12.000 millones de libras es correcta, es necesaria la contribución de la renta personal media de 2,4 millones de familias solo para llenar el agujero provocado por las maniobras perfectamente legales de las grandes empresas. Estos 12.000 millones de libras son el equivalente de unas 480 escuelas nuevas, 300 hospitales o más de 1,3 millones de nuevas plazas de guardería.
Hoy, guardian.co.uk lanza una base de datos única, interactiva, de las cifras del impuesto de las corporaciones registradas en las cuentas de cada una de las 100 compañías FTSE en los últimos cuatro años. En ella se ponen de manifiesto los bajos importes de los impuestos pagados por algunas de ellas, así como la reluctancia a hacer públicas las cifras significativas.
A pesar de sus esfuerzos por desplazar los beneficios fuera del país y minimizar los impuestos británicos, las empresas disfrutan de una serie de importantes ventajas por estar basadas en Gran Bretaña y figurar en las listas de la Bolsa de Londres.
Ello les ha permitido el acceso a uno de los más grandes «pools» de capital del mundo; se han beneficiado de un trato suave pero han respetado las normas y elevados estándares de gobierno corporativo; figurar en las listas del Reino Unido ha reforzado su reputación internacional, ayudándoles a atraer a los mejores talentos. Las empresas también se benefician aquí de la estabilidad política y -quizás lo más importante de todo – los directores quieren vivir cerca de Londres.
Muchas de las compañías investigadas por el Guardian están notando ya los efectos de la recesión en sus beneficios, por lo que su factura fiscal disminuirá. Pero los activistas insisten en que esto hace más, y no menos, urgente la tarea de recaudar el máximo de ingresos fiscales. De lo contrario, dicen, las finanzas públicas, que ya están en un punto crítico, sufrirán una gran presión.
Brendan Barber, secretario general del TUC, declaró: «La elusión de impuestos está agujereando nuestro sistema fiscal. Si el resto de nosotros tenemos que colmar el agujero provocado por los más ricos de Gran Bretaña, existe una amenaza real para el futuro de los servicios públicos – sobre todo si la recesión hace mella en los flujos fiscales normales. Se hará difícil conservar el apoyo de la opinión pública a los impuestos si éstos aparecen cada vez más como opcionales para las grandes compañías y los superricos, que se escapan cada vez más de la red de obligaciones mutuas que sustentan a cualquier sociedad civilizada»
Al mismo tiempo que ven sus ingresos fiscales mermados por una combinación de planes legales para eludir impuestos y por la recesión económica, los gobiernos se enfrentan también a la presión internacional para tomar medidas severas respecto al problema, completamente aparte, de la evasión fiscal ilegal.
En los Estados Unidos, Barack Obama introdujo la ley «Stop Tax Haven Abus Act» (acabemos con el abuso de los paraísos fiscales) en 2007, cuando todavía no era más que un senador por Illinois. Obama y sus colegas defensores de la ley, el demócrata Carl Levin y el republicano Norm Coleman, declararon que el agujero fiscal anual de los EEUU se estaba acercando a los 100.000 millones de dólares. «Hay que tomar medidas severas respecto a los individuos y las empresas que abusan de nuestras leyes fiscales y hacen que quienes trabajan duro y cumplen las leyes estén en desventaja», dijo Obama.
La preocupación política está creciendo en Europa. La canciller alemana Angela Merkel lanzó un ataque contra evasores de impuestos individuales después de que sus servicios secretos compraran a un informador unos CDs con las cuentas bancarias de miles de alemanes ricos en el pequeño paraíso fiscal alpino de Liechtenstein.
En Gran Bretaña, el Tesoro pagó 100.000 libras esterlinas por la misma información sobre evasores de impuestos británicos individuales y actualmente los está persiguiendo. Justo antes de Navidad, Alastair Darling, el canciller, puso en marcha una investigación, potencialmente explosiva, de los paraísos fiscales ligados a Gran Bretaña.
Equipo de investigación del The Guardian dirigido por David Leigh
Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga