El sociólogo venezolano Edgardo Lander, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y uno de los más importantes intelectuales latinoamericanos de la actualidad, visitó Madrid para el lanzamiento en España del VI Foro Social Mundial Policéntrico de Caracas 2006. Lander, uno de los más agudos observadores de los acontecimientos recientes en su país, nos […]
El sociólogo venezolano Edgardo Lander, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y uno de los más importantes intelectuales latinoamericanos de la actualidad, visitó Madrid para el lanzamiento en España del VI Foro Social Mundial Policéntrico de Caracas 2006. Lander, uno de los más agudos observadores de los acontecimientos recientes en su país, nos habló del VI Foro Social Mundial y de las dificultades y alternativas del gobierno del presidente Chávez.
D.A.- ¿Cuando se decide que Caracas fuera una de las sedes del VI Foro Social Mundial?
E.L.- Cuando en enero de este año el Consejo Internacional del Foro acordó en Porto Alegre esta modalidad policéntrica, se decidió que unos de los Foros se desarrollaría en América. Inmediatamente en la reunión del Consejo Hemisférico, sin que los representantes venezolanos lo pidieran, se propuso que este fuera en Caracas. Algunos representantes tenían dudas sobre la conveniencia de hacer el Foro en Venezuela, porque les preocupaba la autonomía del Foro con respecto al estado venezolano, y pensaban que este podía ser instrumentado o manipulado en función de intereses políticos internos del gobierno. Dada la dinámica política venezolana y la intensidad del proceso en curso, un Foro de este tipo realizado en Venezuela hoy tiene necesariamente un enorme impacto político, porque el Foro se politiza un poco más con elementos políticos, se conecta con los retos de la acción política, y con la demanda de los actores de que el Foro sea un instrumento más efectivo de la lucha de los pueblos. Cuando el Consejo Hemisférico se reunió en abril con el presidente Chávez se le planteó algo muy complicado, se le pidió apoyo político, organizativo y financiero, y que no intentara controlar políticamente el Foro, algo que no es fácil pedirle a un gobierno, pero que el presidente Chávez aceptó. Este compromiso hizo que terminaran de disiparse las tensiones y las dudas que había, y desde entonces se trabaja para que el VI Foro Social Mundial Caracas 2006 sea un éxito.
D.A.- ¿Esa politización, esa mayor conciencia de la relación entre lo social y lo político, será positiva para el Foro?
E.L.- Sí, aunque eso no depende sólo de que el Foro sea en Venezuela, esa es una discusión que viene de atrás, porque las organizaciones sociales están viendo la coyuntura y los nuevos retos políticos, las cosas que han cambiado en los últimos años. Hoy nos encontramos ante una mayor violencia por parte de los Estados Unidos con la política de guerra preventiva, las intervenciones militares y la ampliación de las bases, la guerra de Iraq, etc. Hay una coyuntura política amenazante mucho más permanente, más seria que años atrás. Por otra parte, hay cambios políticos en América Latina muy significativos, las organizaciones sociales latinoamericanas han tenido una participación muy destacada en el derrocamiento de gobiernos neoliberales e impopulares, caso de Argentina, Bolivia o Ecuador. En Brasil las organizaciones sociales evalúan de forma muy crítica lo que ha sido la experiencia del gobierno de Lula, lo que reabre una discusión muy amplia sobre cuales son los caminos de la transformación, de la emancipación, ya que fracasó un proceso en el cual aparentemente se daban las condiciones ideales para el cambio: un proceso de acumulación de fuerzas, movimientos sociales amplios, un partido de izquierdas de amplia base popular con un proyecto detrás de cambio, una intelectualidad totalmente comprometida, y resulta que hay una continuidad básica de las políticas económicas y una frustración del movimiento popular, no ha habido reforma agraria, se ha favorecido a la agroindustria, etc. Todo esto genera la necesidad de politización del Foro.
D.A.- ¿Que razones existen para participar en el VI Foro Social Mundial Caracas 2006?
E.L.- En primer lugar, es un lugar de contacto, de relación, de visión sobre lo que ocurre hoy en el mundo en el ámbito de las resistencias al proyecto neoliberal, a la guerra, a la destrucción de la vida; las luchas de los pueblos indígenas, campesinos, de las mujeres contra el patriarcado; una pluralidad de formas resistencias y construcción de alternativas, que están ahí presentes. Es por tanto un lugar de extraordinario aprendizaje de otras formas de hacer política, de posibilidades de articulación con otras organizaciones y movimientos, y eso es tremendamente importante para todo el que participe, ya sea a nivel colectivo o individual. En segundo lugar, el hecho de que el Foro sea en Caracas, es una expresión clara de interés y de solidaridad con los cambios políticos que se dan en Venezuela, y tiene una dimensión de debate sobre el proceso político que se vive en el país en la actualidad, por eso es una magnifica oportunidad para aquellos que está interesados en el proceso venezolano, también por la relación que tendrán con las organizaciones y los sectores populares que están en el proceso, y porque podrán conocer de primera mano las cosas que están ocurriendo en el país.
D.A.- ¿En que fase se encuentra el proceso venezolano? ¿Se ha consolidado?
E.L.- Hay tres momentos de confrontación con la oposición, que significaron una consolidación y el avance del proceso en Venezuela. El primero fue el fracaso del Golpe de Estado militar del 11 de abril de 2002 por la reacción multitudinaria de los venezolanos que restituyen a Chávez, esto constituye la derrota de la totalidad de sectores de oposición: la iglesia, los partidos políticos de la oposición, los medios privados de comunicación, sectores de la fuerzas armadas, el sector empresarial y el sindicalismo corrupto, que apostaron por la ruptura del régimen constitucional y la salida del presidente Chávez. Un segundo momento se produce el 2 de diciembre del 2002 cuando los mismos sectores apuestan otra vez por la ruptura con el paro petrolero y empresarial con el objetivo de paralizar el país, detener la producción y distribución de petróleo, y forzar la dimisión del presidente Chávez. Nuevamente la capacidad organizativa y la disposición de lucha hizo que fuera derrotado el paro patronal y que el país no se detuviera, y logro que se recuperara la industria petrolera, saliendo el gobierno y el proceso fortalecidos mientras que la oposición sufrió una segunda derrota. El tercer momento, fundamental para la consolidación del proceso, fue el referendo del 15 de agosto del 2004; los dirigentes de la oposición habían convencido a su militancia de que el gobierno del presidente Chávez estaba aislado y no tenía apoyo popular porque la mayoría de la población lo rechazaba, cuando vieron que no era así y que el 60% de la población apoyaba a Chávez, se elevó el nivel de desmoralización de la oposición y el fraccionamiento de la misma, la perdida de legitimidad de esta dirigencia que había engañado a su seguidores llevo a una situación de crisis profunda a la oposición de la que no se ha recuperado.
D.A.- ¿Que es lo que quiere la oposición?
E.L.- Querían básicamente una aproximación mayor con Estados Unidos, un distanciamiento de Cuba y genéricamente un proyecto de cuño neoliberal. No iban más allá de eso, ya que estos sectores no tienen un proyecto político común. Ellos quieren derrotar el gobierno, derrotar el proyecto, derrotar las transformaciones económicas y sociales que están ocurriendo en el país, y derrotar el proceso de concienciación y organización popular. Quieren una capitulación total que les permita cambiar el régimen constitucional actual, los objetivos reales no son el cambio de gobierno y la sustitución del presidente Chávez, la oposición venezolana no quiere sólo la salida de Chávez, su objetivo es derrotar la organización popular y el cambio de régimen hacia el neoliberalismo.
D.A.- ¿Cuales son los principales elementos positivos del proceso de cambio que está viviendo Venezuela?
E.L.- Primero, los procesos de organización social de base y la transformación de la cultura política, estas son las cosas más importantes que han ocurrido en estos años. El proceso de construcción de ciudadanía, en un sentido de creciente presencia y sentido de «ser parte de», de incorporación de sectores amplios de la población que habían estados muy excluidos del sistema político. Los sectores populares que no tenían voz ahora forman parte de la vida política venezolana. Hubo una valorización de la autoestima de estos sectores, este es el cambio más importante que el gobierno Chávez promovió. Después, el impacto tan importante que han tenido las políticas públicas, las políticas sociales en el ámbito de la salud, de la educación, de las redes de alimentación, que han supuesto enormes cambios en las condiciones de vida de los sectores populares, en los elementos centrales de la vida social, de una forma significativa. Los programas de educación han conseguido, entre otros éxitos, eliminar el analfabetismo de Venezuela; los programas de salud, sobre todo lo que representa la misión Barrio Adentro, con la presencia masiva de médicos cubanos en módulos de salud en todas las zonas populares urbanas y rurales de todo el país, significan un cambio importante para la gente en relación al tema del derecho y acceso a la salud; las redes de comercialización de alimentos se han extendido y proporcionan fácil acceso a una amplia gama de alimentos a precios muy inferiores a las cadenas de comercialización privadas; etc. Todo esto hace que la gente se identifique, y este sea su gobierno, su proyecto, una opción donde la gente es importante mientras antes no lo era. Hay otras áreas donde los avances son muchos más lentos y complicados, sobre todo en las transformaciones en la estructura productiva, hay inversiones importantes en la producción agrícola y un proceso de reforma agraria en marcha, pero la dependencia de importaciones todavía es muy elevada, aun no se ha logrado la soberanía alimentaria a la que aspiramos. Hay áreas productivas que tienen que ver con el impulso de pequeñas empresas y cooperativas, todo el sector de la economía social, que se espera que sea capaz de generar bienes para el mercado interno y mayores capacidades de empleo.
D.A.- ¿Que dificultades enfrenta el proceso y cuales son las perspectivas de cara al futuro?
E.L.- En el plano económico, la principal dificultad es: ¿como se construye un proyecto económico alternativo? En las grandes empresas e industrias publicas del país se va avanzando lentamente, en el sector de la mediana empresa y la economía social todavía no se sabe si se obtendrán los resultados previstos y si el proyecto es viable, y sobre el amplio sector de mediana y gran empresa e industria privada eso es un asunto que no esta claro en el proyecto del proceso político venezolano. La constitución recoge un modelo mixto, con tres sectores productivos: publico, social y privado; pero en las nuevas discusiones sobre el Socialismo del siglo XXI aun no está claro si hay una intención de cambio de rumbo en relación a esto, por lo que el modelo tendrá que definirse en el futuro. En el plano político, la carencia más importante es la ausencia de estructuras políticas de intermediación entre el estado y la amplísima organización popular que existe. Yo reivindico el hecho de que el estado tenga una precariedad organizativa por un lado, y que en los partidos políticos del proceso no existan estructuras verticales eficientes, porque eso hace que las organizaciones sociales de base tengan elevados niveles de experimentación, diversidad y autonomía que son muy positivos por la extraordinaria riqueza, pluralidad que aportan al proceso venezolano, pero también se puede ver como una dificultad por la falta de capacidad del estado para controlar la organización social, y también al contrario.
D.A.- ¿Qué papel tienen los partidos políticos en el proceso venezolano?
E.L.- Cuando se hace la [Asamblea] Constituyente se elimina el financiamiento público de los partidos, esto forma parte del imaginario antipartido por la crisis de los partidos tradicionales, pero significa también que se asume desde posiciones de izquierda lo que en realidad es producto de una política ideológica neoliberal muy fuerte contra los partidos políticos. Entonces ¿como se construye democracia cuando el financiamiento de los partidos no es público y son los partidos que tienen mayores recursos privados los que pueden hacer campañas y propaganda? obviamente los partidos que están con el proceso de cambio si no es por el apoyo que reciben del gobierno estarían en desventaja. Los partidos anteriormente hegemónicos, Acción Democrática (AD) y COPEI, han perdido apoyo, son parlamentarios y no se basan en la movilización. En el caso de los partidos del proceso con mayor apoyo electoral, el Movimiento V República (MVR) no es propiamente un partido y tiene una estructura muy vertical, el peso de la decisiones del presidente Chávez es sobredeterminante y no existe «vida de partido»; y el partido más organizado, más grupal, más «leninista», que es el partido Patria Para Todos (PPT), también ha abandonado la estructura de la organización porque su principales cuadros dirigentes están en el gobierno. No existen grandes estructuras partidarias, existen pequeños partidos bien organizados como el Partido Comunista de Venezuela (PCV), pero en el conjunto no significan mucho, no tienen mucho peso. Esto supone unos limites, porque esto se produce con un liderazgo político de las masas muy fuerte por parte del presidente Chávez que tiene dimensiones no democráticas, la toma de decisiones es tremendamente vertical, y eso no genera experiencia de democracia, no se aprende democracia. Esto plantea retos para el futuro porque en Venezuela hay mucha organización social, diversa y múltiple, pero las formas de articulación política de esas organizaciones sociales autónomas con respecto al estado son muy precarias.
D.A.- ¿Cual es el carácter político de la revolución bolivariana? ¿Cual es su ideología?
Hasta la caída del Muro de Berlín los perfiles de la política eran o parecían muy nítidos; que era socialismo, que era socialdemocracia; que era liberalismo, y si alguien se planteaba un proceso de transformación socialista tenía que utilizar necesariamente una serie de herramientas de la caja de herramientas. Tras la crisis del socialismo real y el desconcierto que significó esto para las organizaciones de izquierda, se planteó cuales eran las alternativas a la hegemonía del orden neoliberal imperante, si era posible un capitalismo más humano y menos salvaje, o la alternativa es una sociedad no capitalista. En la izquierda transformadora hay acuerdo en que la alternativa es una sociedad no capitalista, pero ¿en que consiste hablar de una sociedad no capitalista? antes era automáticamente el socialismo que se estaba practicando en ese momento, este estaba ya escrito en la historia, y eso no es así. Ya es imposible pensar en que la historia está preescrita, que tiene un guión, la sociedad que se construye como alternativa la realizan los seres humanos con su propia lucha. Parece evidente que la sociedad capitalista está en un momento de profunda crisis, probablemente una crisis terminal que se prolongará no se sabe cuanto tiempo, no encontramos en tiempo de turbulencias, de guerra, pero no sabemos lo que viene después, si va ha ser mejor o peor, no hay garantía alguna de que sea el socialismo. Por todo esto nos planteamos la idea del Socialismo del siglo XXI, que significa plantearse la posibilidad de una sociedad alternativa no capitalista, no estatista, no industrialista, no desarrollista, que reconozca la diversidad de patrones de vida, formas de conocimiento, patrones culturales, diversidad de la vida humana, este es nuestro reto que está abierto para la política, para la teoría, ese es el sentido de lo que plantean los zapatistas: «vamos a construir un mundo donde quepan todos los mundos», es de una dificultad enorme imaginarnos eso pero tenemos que hacerlo necesariamente. Es un debate abierto para Venezuela y para el mundo.