El viejo continente esta padeciendo las consecuencias de las políticas neoliberales y de libre comercio que con tanta fuerza impusieron a esos pueblos durante las últimas décadas los gobiernos europeos y las organizaciones internacionales financieras. La constante propaganda en los medios de comunicación dominados por el gran capital y la anuencia de los gobernantes, a […]
El viejo continente esta padeciendo las consecuencias de las políticas neoliberales y de libre comercio que con tanta fuerza impusieron a esos pueblos durante las últimas décadas los gobiernos europeos y las organizaciones internacionales financieras.
La constante propaganda en los medios de comunicación dominados por el gran capital y la anuencia de los gobernantes, a favor de la implementación de esas medidas han provocado desalentadores consecuencias: privatización indiscriminada de las economías, incluyendo los servicios públicos; exhortación al consumismo con el consecuente endeudamiento del Estado y de sus pobladores; neutralización y debilitamiento de los sindicatos; aumento de la inequidad entre ricos y pobres, entre otras.
El sismo económico en la Unión Europeo (integrada por 27 naciones) se inició en Grecia y se ha ido extendiendo por otros países.
Con la posibilidad de obtener abundantes créditos, Grecia gastó mucho más de sus posibilidades e ingresos obtenidos lo que le provocó un déficit fiscal de 13,6 % y una deuda pública del 115,1 % de su Producto Interno Bruto (PIB). Otros países de la UE presentan los mismos males pero el Estado helénico era el más pobre y débil de todos.
Eufóricos por entrar de lleno en el terreno europeo estaban por una parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), desprestigiado en los últimos años por sus políticas financieras contra las naciones del Tercer Mundo, y por otra, Estados Unidos que deseaba debilitar la fuerza económica que venía tomando esa Unión con un PIB conjunto de 14 510 miles de millones de dólares, por encima del 14 260 PIB del gigante norteamericano.
Además, a Washington también le alarmaba que el euro continuara su camino ascendente mientras el dólar se debilitaba cada día frente a esa y otras monedas internacionales.
Los integrantes de la zona euro (16) destinaron después de grandes discusiones un salvataje multimillonario para solucionar el «pago de las deudas» griegas. Es decir, los 110.000 millones de euros que se le entregarán en los próximos tres años, (30 000 provendrán del Fondo) servirán para beneficiar a bancos y compañías acreedoras mientras se impone como condición un profundo plan de ajuste económico y social.
Este año llegarán a sus arcas 45 000 millones y a cambio tendrá que cumplir con el plan de austeridad impuesto por el Unión Europea (UE) y el FMI con fuertes recortes de sueldos y pensiones, elevación de la carga impositiva a los productos, disminuciones sustanciales a los gastos públicos en una nación donde una de cada cinco personas viven por debajo del nivel de pobreza.
Pero como dice el viejo adagio «cuando veas las bardas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo», las medidas de austeridad no se ha quedado varadas solo en Grecia sino que otros países de la UE han seguido el mismo derrotero. España continuó los pasos y el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) impuso el mayor recorte del gasto social de su historia que provocará una fuerte pérdida de poder adquisitivo para los pensionistas, los funcionarios y el pueblo en general.
Con la intención de reducir el déficit fiscal del actual 11,2% hasta cerca del 5 % en años venideros, se rebajarán y congelarán salarios públicos, eliminarán empleos, se anulan cheques para padres con hijos recién nacidos y las ayudas a países en desarrollo, entre otras.
Italia se agregó al grupo y el gobierno del millonario Silvio Berlusconi acordó recortes presupuestarios en salarios, disminución de contrataciones en fábricas, oficinas, retrasos en la edad de jubilación y cortes de fondos públicos.
Entre estos últimos se prevén afectaciones a todos los sistemas hospitalarios, escuelas y mantenimiento a vías férreas y carreteras.
En el Reino Unido, el nuevo gobierno de coalición de conservadores y liberales demócratas impuso un ajuste de 7 260 euros para comenzar a bajar el déficit presupuestario que alcanza 181 000 millones de euros.
Los ministerios que más restricciones sufrirán son el de Transporte, 793 millones de euros; Educación, 778 millones; Trabajo y Pensiones, 621; Comunidades y Gobiernos locales, 405 millones. Asimismo, el Departamento de Innovación de Negocios, perderá 970 millones de euros.
A medida que la desocupación, el deterioro del salario y el desplome del poder adquisitivo se hagan sentir por toda Europa, (los ajustes también se harán en Portugal, Bulgaria, Rumania, Irlanda) las protestas subirán pues los abultados empréstitos beneficiarán a los responsables de la crisis financiera (bancarios y empresarios) en detrimento de los sectores más desposeídos.
Situación similar ocurrió en los peores años de imposiciones neoliberales en América Latina que ocasionaron profundas crisis y elevaron la pobreza de sus pobladores.
Las oleadas de imposiciones neoliberales están llegando como sunamis al viejo continente. Veremos cómo saldrá la Unión Europea de los rollos que ella ayudó a crear, junto con Washington, el FMI y el Banco Mundial.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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