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Entrevista con Enrique Ubieta, un intelectual cubano de estos tiempos

«Luchar por ese mundo mejor no solo es más ético, sino que es la única alternativa posible para la humanidad»

Fuentes: Rebelión

Vivimos tiempos atómicos. Los blogs, los foros de debate electrónico, comunidades virtuales como facebook o twitter llevan el ritmo de la vida -aunque en otras «latitudes» se viva al margen de esa aldea electrónica, y quizás nunca se participe en ella. Una de las personas más imbuidas en la confrontación de ideas y concepciones sociopolíticas […]

Vivimos tiempos atómicos. Los blogs, los foros de debate electrónico, comunidades virtuales como facebook o twitter llevan el ritmo de la vida -aunque en otras «latitudes» se viva al margen de esa aldea electrónica, y quizás nunca se participe en ella. Una de las personas más imbuidas en la confrontación de ideas y concepciones sociopolíticas en defensa de la Revolución Cubana, es Enrique Ubieta, periodista, escritor, y director -o mejor, hombre orquesta- de la revista La Calle del Medio. Con él conversamos tras terminar una charla en la Universidad Camilo Cienfuegos de Matanzas, Cuba, sobre el papel que deben jugar los jóvenes en las actuales circunstancias.

Cada día resulta más evidente el combate ideológico en el ciberespacio. Usted de hecho forma parte de la vanguardia, ¿cómo ve el movimiento cubano en internet?

Está tomando fuerza la participación de los cubanos en la blogosferas cuantitativa y cualitativamente. La fuerza profesional que existe en nuestro país, es inmensamente superior a la que pueda haber en las fuerzas contrarrevolucionarias.

Durante una etapa hubo una mala interpretación de lo que era un blog. Muchos periodistas que tenían la posibilidad de tener uno publicaban los mismos artículos que salían en la prensa. No se reflejaba, en última instancia, la persona que lo hacía. Eso le restaba credibilidad y fuerza.

Creo que hemos ido ganando en comprensión de lo qué es un blog. Nos hemos familiarizado mucho más con las nuevas tecnologías. Para mí resulta no sólo un arma de combate, sino también un ejercicio profesional.

Tener un blog es muy útil para practicar la escritura y reflexionar. Muchas veces escribo algo rápido en el blog y luego lo retomo, reelaboro y publico en la prensa plana. Así esa primera parte me sirvió un poco de entrenamiento y fue mi primera impresión.

Escribir primeras impresiones, sentimientos en un tono personal sin ningún tipo de preocupación de para qué público se escribe, te libera de una manera extraordinaria y da la posibilidad de ejercitarte, de lograr una autodisciplina. Todos los días tienes que hacer algo.

La censura de su blog La Isla Desconocida ha estado en el centro de atención de los navegantes del ciberespacio; sin embargo, las autoridades del sitio tardaron en pronunciarse ¿Qué piensa Ubieta de ese silencio?

La rehabilitación del blog fue relativamente rápida. Lo cual nos da la idea de que hubo al menos un error táctico, o fue una prueba para pulsar fuerzas, para ver hasta donde se podía llegar.

Pero hubo una campaña inmediata entre los blogueros, si hacemos una similitud con gritería hablaríamos de una bloguería grande, y eso en medio de la campaña que se estaba llevando contra Cuba creó un ruido que no les venía bien.

Se dio una disculpa técnica: que el blog había sido detectado, supuestamente, como emisor de spam y bueno automáticamente se había cerrado. Sin embargo, nunca se me avisó ni me dieron respuesta cuando pregunté. Después de rehabilitarlo, fue que se explicó.

Pienso que al final lo que hizo fue multiplicar los lectores, o sea, que muchos más vinieran al blog y se mantuvieran.

En medio de los cambios que afronta el país por estos tiempos, ¿qué opinión le merece el papel de los intelectuales cubanos como reflejo de las inquietudes sociales?

Hay sociedad y sociedades. Nuestra sociedad tiene un millón de profesionales. La población cubana tiene hoy una cultura general mucho más alta que la que tenía antes del triunfo de la Revolución. Una cultura política mucho más elevada también. Todos esos factores hacen que la incidencia, o el protagonismo de ese sector minoritario sea diferente en cada momento de la historia.

Veo la intelectualidad como un segmento que quiere y participa de su momento histórico. Y trata de manifestar su perspectiva con sus instrumentos, sea el pincel en caso los artistas de la plástica, o la expresión corpórea en una obra de teatro, cine…

Así expresan inquietudes sociales, comunes o no, a la de otras personas y ellos tienen la capacidad y la responsabilidad de hacerlo. Toda capacidad genera una responsabilidad. Y creo que en definitiva es una intelectualidad en lo fundamental nacida y crecida en el mismo proceso de la Revolución, por lo tanto es hija de la Revolución.

Usted hablaba en una ocasión de que estábamos sometidos a una guerra cultural. ¿Considera que las nuevas generaciones están a la altura de ese desafío?

Una generación de jóvenes no es simplemente el grupo nacido en un año determinado. Una generación es el resultado de una obra determinada, hecha por un grupo de coetáneos.

Segundo: una vanguardia generacional es siempre un segmento que como elite -elite no por conocimiento sino por capacidad de acción- marca el proyecto de vida del resto de los participantes de ese grupo nacido en una determinada época histórica.

Creo que la vanguardia de la juventud cubana de hoy es una vanguardia que participa activamente, que tiene una gran responsabilidad y está identificada en esencia con la Revolución.

¿Qué significa para Ubieta «salvarse o no de la utopía de hallar, de construir otros mundos posibles»?

Parto del concepto de Utopía de Eduardo Galeano. No estoy hablando del socialismo utópico que Marx en su momento superó a partir del descubrimiento del Materialismo Dialéctico e Histórico. Hablo de la Utopía como el horizonte. Nunca llegamos a él.

El horizonte sirve para impulsarte a caminar. Para eso sirve la utopía. Utopía como el lugar de ese otro mundo posible, mejor, por el cual luchar. Para los revolucionarios ese concepto tiene una gran validez e importancia.

Luchar por ese mundo mejor no solo es más ético, sino que es la única alternativa posible para la humanidad. De lo contrario puede perecer.

Hoy pudiéramos hablar de una tendencia en los medios cubanos a abolir tabúes y prejuicios que ensombrecieron otras etapas de la Revolución.

¿Qué piensa usted de ese nuevo concepto de libertad que tiene ya una incidencia notable en los más jóvenes?

Creo que es sano remover errores, y tratar de curar las heridas. No se puede saltar etapas. Sí hubo errores en determinados momentos -que por suerte en Cuba, no fueron grandes agujeros negros como en otros lugares, ni grandes problemas de principios- pero sí los hubo de todas maneras.

No se gana nada con ignorarlos, ocultarlos o no volver a ellos. Van a salir una y otra vez. Es preciso hacer una especie de cura de caballo, discutirlo y sanarlo.

Creo que la sociedad cubana ha superado la etapa de valorar a las personas por sus formas exteriores, por los gustos musicales o estéticos que puedan tener, por la manera de vestirse, peinarse. Ha pasado a una etapa superior que es el respeto a la diversidad intrínseca a toda sociedad, más a una sociedad donde existe un nivel cultural tan alto. Y claro eso tiene que ir paralelo al momento de la responsabilidad, de la cultura, del conocimiento.

En otro de sus artículos usted reclamaba el derecho a soñar a defender la libertad de espíritu ¿Cuánto ha tenido que hacer Ubieta por conquistar sus sueños?

Por suerte hago lo que me gusta. Vivo participando, que es la primera condición de la felicidad. Como todo ser humano he tenido momentos de gran felicidad o aceptación y momentos también de derrota ocasional. Pero es que la vida es todo eso.

Si yo mirara ahora hacia atrás, todo lo que he sufrido, lo que no me ha salido bien, forma parte de lo que yo soy ahora y estoy conforme con lo que soy. No podría prescindir incluso de eso. Yo he tenido en mi vida más oportunidades, más puertas abiertas que cerradas.

¿Qué es para usted la posibilidad de disentir?

Es ser parte de algo. Si no eres parte de nada, ni siquiera puedes disentir. Tú disientes cuando eres parte de algo. Cuando sientes las cosas como propias. Cuando te sientes dueño de la vida.

¿Hasta que punto La Calle del Medio hace honor a su distinción como revista de opinión y debate?

El nivel de debate aún es insuficiente. Yo no hago una revista de críticas, sino de temas socioculturales, luego la crítica está implícita pero no es el tema de la revista, y el debate es consustancial a todos esos temas.

No siempre se ha podido llevar con toda la intensidad que uno quisiera. A veces la gente no escribe, o se atrasa la publicación en la imprenta, y no hay tiempo para que lleguen las opiniones que debían haber llegado, por tanto el siguiente número no llega con el debate suficiente.

Se dice que La Calle del Medio no parece una revista cubana…

Imagino que es una frase que intenta ser un elogio. Pero pienso que es una expresión que habrá que extirpar de nuestro país, no solo en materia de hacer revistas, sino para cualquier cosa. Lo que se haga, o se hace bien o no se hace. A la revista todavía le falta mucho por llegar a la excelencia, pero siempre estamos abiertos a sugerencias y opiniones. Además, estamos empezando.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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