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Luche como un petrolero

Fuentes: Vermelho

Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez

La huelga de los petroleros ya entró en la historia. Representa un movimiento importante contra el autoritarismo, el neofascismo y la agenda neoliberal. Nació en defensa del empleo de los operarios de una fábrica de nitrogenados de Paraná que pertenecía a Petrobras, pero adquirió la dimensión de una lucha histórica por la democracia, por los derechos humanos y por la soberanía nacional. Los petroleros nos representan al ejercer el inalienable derecho de huelga.

La Constitución brasileña afirma, en su artículo 9º: “Se garantiza el derecho de huelga, correspondiendo a los trabajadores decidir sobre la oportunidad de su ejercicio y sobre los intereses que deban defenderse por medio de él”. La OIT (Organización Internacional del Trabajo), de cuyos acuerdos Brasil es signatario, defiende que las huelgas pueden ser de tres tipos: 1) las de naturaleza laboral, que buscan garantizar o mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores; 2) las de naturaleza sindical, que buscan garantizar y desarrollar los derechos de las organizaciones sindicales y de sus dirigentes; y, 3) las de naturaleza política, que poseen como objetivo, aunque indirectamente, la defensa de los intereses económicos y sociales de los trabajadores.

Bajo la supervisión del TST (Tribunal Superior del Trabajo), la Araucária Nitrogenados, empresa de Petrobras, firmó con el sindicato del ramo, en noviembre pasado, un acuerdo formal que, en su artículo 26, establece: “La compañía no promoverá despidos colectivos, estén o no motivados, ni rotación (turnover) sin previa discusión con el sindicato”.

A pesar de haber asumido este compromiso por escrito, la empresa despidió colectivamente a los trabajadores de una de sus unidades, admitiendo que va a despedir nada menos que a 1.000 empleados, varios de ellos con 30 años de servicios en la empresa y contratados por medio de concurso público.

El incumplimiento de un acuerdo colectivo de trabajo es una de las más legítimas razones para una paralización de trabajadores. La defensa del empleo, aún más cuando su estabilidad había sido asegurada por el empleador en documento oficial, puede ser considerada una de las más evidentes motivaciones para una huelga como esta que los petroleros están haciendo desde hace 19 días, y que ya alcanza 121 unidades de la Petrobras en 13 estados.

Así pues, esta huelga es más que justa, además de rigurosamente legal y de manera alguna abusiva o perjudicial para los consumidores. Pero el mismo TST que medió en el acuerdo vulnerado por la Petrobras, prohibió, en lo que constituye una decisión inédita, que el 90% de los empleados de la Petrobras participen en la huelga, declaró la paralización ilegal y determinó sanciones pecuniarias excesivas al sindicato, si el movimiento no se detiene de inmediato. La decisión monocrática de uno de los magistrados del TST, sin consulta al pleno del tribunal, recibió sorprendentemente el apoyo del presidente del STF.

Muchas informaciones presentadas hasta aquí son desconocidas por la población brasileña, porque la prensa decidió esconderlas y hacer del movimiento de los petroleros una “huelga invisible”, para evitar que la población comprenda sus motivaciones y pueda, eventualmente, apoyarlas. La prensa media tradicional no muestra las actividades y las manifestaciones de los huelguistas, no informa de que la huelga comenzó después de un incumplimiento de Petrobras de un acuerdo colectivo, tampoco informa de que el TST medió en este acuerdo, posteriormente roto unilateralmente y, por último, tampoco dice que la huelga es legal y justificada.

Sólo los regímenes totalitarios prohíben el ejercicio del derecho a la huelga, sea directamente, sea por subterfugios judiciales. Es lo que está sucediendo en estos momentos en el Brasil de Bolsonaro, en flagrante atentado a la Constitución. Cuando el TST decide que sólo el 10% de los empleados de la Petrobras pueden participar de un movimiento huelguista, está vulnerando en la práctica el derecho de huelga, que es uno de los más importantes derechos humanos. Cuando aplica multas desorbitadas e inasumibles por el sindicato que representa a los trabajadores, está estrangulando y buscando la desaparición del movimiento sindical y del derecho de organización y manifestación. A la magistratura de trabajo compite mediar en conflictos, no tomar partido por ninguna de las partes en conflicto. Actuando así, la judicatura sirve de arma de los empleadores contra los empleados.

El contexto de esta crisis es el programa de apoyo al autoritarismo, emanado de un gobierno neofascista y neoliberal y que contamina las demás instituciones. Por eso, la huelga de los petroleros alcanzó una dimensión política histórica para el país: es el movimiento laboral más importante de todos los que se desarrollaron tras el ascenso de la extrema derecha al poder. Para los petroleros, es una huelga para preservar empleos y salvar la Petrobras; para los brasileños, es un movimiento por la existencia de Petrobras y de las riquezas del presal, contra el entreguismo y contra la agenda neoliberal. Los petroleros sirven de ejemplo a todos los brasileños –trabajadores, desempleados y ciudadanos sometidos a las formas más precarias de empleo-.

Los petroleros obtuvieron una victoria, ayer, aunque parcial. El TRT de Paraná determinó que el acuerdo colectivo se tiene que cumplir y que no se puede despedir a ningún empleado, por lo menos hasta el día 6 de marzo, cuando se celebren nuevas negociaciones.

Pero los petroleros ya tienen la historia en sus manos, por protagonizar en circunstancias tremendamente desfavorables un movimiento en defensa de derechos laborales, pero sobre todo por la bravura con que osan enfrentar a los patrones, a los enemigos de Petrobras, a la parcialidad de la judicatura, al silencio del Congreso y a la omisión de los medios de comunicación.

Con su “huelga invisible”, están dando ejemplo y haciendo su parte en la lucha por la reconquista de la democracia. La huelga de los petroleros merece todo nuestro apoyo. Los petroleros están luchando por Brasil y por nosotros. Su victoria será la victoria del pueblo brasileño.

Así pues, en este momento, los valientes huelguistas de la Petrobras nos están dando una gran lección a todos los brasileños: “LUCHE COMO UN PETROLERO”.

Fuente: https://vermelho.org.br/2020/02/19/lute-como-um-petroleiro/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar la autoría, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.