El presidente brasileño, Luiz Inácio da Silva, apoyó este jueves la campaña por la reducción de la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales sin rebaja de salarios. La medida debe ser aprobada por el Congreso mediante reforma constitucional. Durante un acto en el Palacio de Planalto, Lula expresó que «los avances de la […]
El presidente brasileño, Luiz Inácio da Silva, apoyó este jueves la campaña por la reducción de la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales sin rebaja de salarios. La medida debe ser aprobada por el Congreso mediante reforma constitucional.
Durante un acto en el Palacio de Planalto, Lula expresó que «los avances de la modernidad y las conquistas tecnológicas deben aumentar las horas de esparcimiento del trabajador y mejorar las condiciones de trabajo» y no sólo incrementar la rentabilidad de empresas.
La Central Única de los Trabajadores de Brasil (CUT), Fuerza Sindical y la Central General de los Trabajadores (CGTB) comenzaron recientemente una campaña para juntar al menos 1 millón y medio de firmas que apoyen la reforma constitucional y presionen al Congreso.
El presidente de la CUT, Arthur Henrique, aseguró que la reducción de la jornada laboral permitirá la creación de más de 2 millones de nuevos empleos estables, según estimaciones del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos.
Además, la campaña sindical propone mayores cargas impositivas para el sector financiero y para los ciudadanos de altos ingresos, dado que en Brasil existen 160 mil personas con más de un millón de dólares en títulos y acciones.
Los sindicatos también exigieron a Lula que se ratifiquen las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que instalan la negociación colectiva en el servicio público y prohíben los despidos injustificados o por pertenencia política, sindical, social, estado civil, maternidad y enfermedad.