Recomiendo:
0

Lula hacia su segunda victoria

Fuentes: Semanario Brecha

El cierrre de la campaña electoral para las elecciones del domingo, en las que se elegirá presidente, gobernadores, senadores y diputados, estuvo dominado por el «escándalo del dossier». Las denuncias e investigaciones seguirán adelante y pueden ser el primer gran problema de Luiz Inácio Lula da Silva, quien seguramente será reelecto por amplio margen. El […]

El cierrre de la campaña electoral para las elecciones del domingo, en las que se elegirá presidente, gobernadores, senadores y diputados, estuvo dominado por el «escándalo del dossier». Las denuncias e investigaciones seguirán adelante y pueden ser el primer gran problema de Luiz Inácio Lula da Silva, quien seguramente será reelecto por amplio margen.

El ministro de Relaciones Institucionales, Tarso Genro, sostiene que la oposición adoptó una postura golpista, lo que denomina como «golpe blanco», para impugnar un nuevo mandato de Lula. «Si eso forma parte del juego electoral, es normal. Pero si fuera continuado, sería una especie de golpismo de tercera categoría. Quien levanta esos argumentos (en referencia a la corrupción) está diciendo que ya perdió la elección e intenta un golpe blanco. Espero que todo sea un juego electoral», dijo el ministro.

Los partidos conservadores respondieron asegurando que la acusación de golpismo es un delirio, en tanto los analistas creen que tratan de presionar a Lula desde el comienzo de su segundo mandato para apartarlo del poder, o bien debilitarlo a tal punto que no tenga otra opción que pactar con la derecha.

Diversas interpretaciones

Mientras Lula afirmó que sus correligionarios del PT cometieron una estupidez, la derecha responsabiliza directamente a Lula del intento de compra de videos y fotos para perjudicar a la oposición. Entre bastidores, se comenta la posibilidad de que el episodio haya sido montado por algún servicio de inteligencia, nacional o incluso extranjero, y por sectores de la derecha.

Ricardo Berzoini, ex ministro de Trabajo y de Previsión Social del actual gobierno, responsable de la coordinación de la campaña de Lula, fue apartado porque conocía la existencia de un grupo de su partido que negociaba la compra del dossier que contenía supuestas informaciones sobre el candidato de la oposición, Geraldo Alckmin, en los que aparecía involucrado en casos de corrupción.

Berzoini se desmarcó del episodio y dijo no responsabilizarse por los actos irregulares de los asesores que contrató para trabajar en el área de inteligencia del comité de la campaña por la reelección de Lula, que resultaron implicados en el escándalo.

La revista Isto é afirma en su última edición que, en 2001, la Policía Federal descubrió que el entonces ministro José Serra, actual candidato a gobernador en San Pablo, ocultó información sobre irregularidades en su ministerio por compras millonarias de medicamentos. Los demás medios sólo destacaron el caso del dossier, contribuyendo a polarizar el clima electoral. El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, por ejemplo, acusó a Lula de ser «el demonio que debe ser apartado del poder». De esa forma respondió a un discurso de Lula, quien comparó su situación a las de Jesús y Tiradentes (héroe de la independencia brasileña), también traicionados por sus compañeros.

Más allá de lo que suceda el próximo domingo, buena parte de los analistas de medios convervadores estiman que el escándalo del dossier puede provocar en el futuro cercano un juicio político contra Lula. El Tribunal Superior Electoral concedió un plazo de cinco días para que el presidente explique la tentativa de miembros de su partido de comprar el dossier, recogiendo así una denuncia de la alianza entre socialdemócratas y derecha (PSDB-PFL).

En paralelo, la justicia federal de Mato Grosso determinó la prisión preventiva de Freud Godoy, ex asesor especial de Lula, y de otras cinco personas del PT por estar involucradas en el caso. Los acusados, a excepción de Godoy, fueron detenidos con cerca de 800 mil dólares para comprar el dossier al empresario Luis Antonio Trevisan Vedoin, considerado jefe de la «mafia de las sanguijuelas» que sobrefacturaba el precio de las ambulancias que compraban los municipios. La oposición presiona para que la policía consiga esclarecer pronto el origen de ese dinero.

Victoria aplastante

A pesar del escándalo, las encuestas registran pocas variaciones en las preferencias de los electores. La última encuesta difundida, realizada por el instituto Sensus, señala que Lula conseguirá el 51 por ciento, Alckmin el 27,5 y Heloisa Helena el 5,7 por ciento. Los otros cinco candidatos suman apenas el 2 por ciento. Estos datos permiten asegurar que, en contra de las expectativas de la derecha, resulta prácticamente imposible que se registre una corrida de última hora.

En una entrevista colectiva con la prensa extranjera, Alckmin aseguró que habrá segunda vuelta y dijo que los resultados de la encuesta de Sensus son «escandalosos». Aportó datos de la alianza PSDB-PFL que muestran un crecimiento del apoyo a su candidatura y dijo estar seguro de que una segunda vuelta implica una elección totalmente diferente. Por el contrario, Sensus adelanta que en caso de balotaje el actual presidente vencerá de todos modos con un 55 por ciento de los sufragios.

Lula, por su parte, se muestra muy confiado en la victoria en primera vuelta, y acusó a los medios conservadores de exagerar el escándalo del dossier. La prensa paulista le respondió con vehemencia comparándolo con el venezolano Hugo Chávez. Quizá un anticipo de lo que serán los próximos cuatro años. La información contenida en el boletín es de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: [email protected]