La investigación arroja una clara luz sobre la conducta del abogado de Madoff en un caso anterior sobre un esquema Ponzi. Cada vez son más las preguntas que se hacen los especialistas en legislación y los veteranos de Wall Street sobre el auténtico papel que el abogado de Bernard Madoff, Ira Lee Sorkin, jugó en […]
La investigación arroja una clara luz sobre la conducta del abogado de Madoff en un caso anterior sobre un esquema Ponzi.
Cada vez son más las preguntas que se hacen los especialistas en legislación y los veteranos de Wall Street sobre el auténtico papel que el abogado de Bernard Madoff, Ira Lee Sorkin, jugó en 1992 y que puede que permitiese que Madoff siguiese estafando a los inversores durante otros 16 años más. Y esta cuestión se ha convertido en una de las más urgentes a medida que Sorkin negocia un trato legal para Madoff que evitaría lo mucho de antiséptico y beneficioso que tendría una vista judicial abierta al público.
Lo ocurrido en 1992 es de por sí bastante preocupante, pero una simple búsqueda en los registros judiciales muestra como Sorkin y el que fue su anterior bufete durante 20 años, Squadron Ellenoff, fueron objeto de acusaciones mucho más serias en el que fue uno de los mayores esquemas Ponzi de los noventa, la Towers Financial Corporation, gestionada por el maestro de los esquemas de Ponzi, Steven Hoffenberg.
El golpe de Steven Hoffenberg ascendió a 462,5 millones de dólares, el cual fue catalogado por la SEC (Comisión de Valores y Cambio, por sus siglas en inglés) como «uno de los mayores esquemas de Ponzi de la historia». Como Madoff, Hoffenberg pagaba los dividendos de los primeros inversores con lo recaudado de entre los últimos, mientras llevaba un estilo de vida despilfarrador y engañoso que se parece inquietantemente al de Madoff: una mansión en Long Island, un apartamento en Manhattan, un avión privado, un yate, una diminuta empresa de contabilidad, y el abogado Ira Sorkin. Hoffenberg mostró también una increíble calma en medio de la tormenta: estando bajo intenso examen de la SEC, trató de comprar el New York Post. En la cúspide de su fraude, Madoff estuvo de presidente del Consejo de Dirección de la bolsa de valores del NASDAQ y estuvo durante varios años en hasta 10 comités del principal regulador del sector de agentes de bolsa, la National Association of Security Dealers (NASD).
Hoffenberg fue detenido por el fiscal del distrito sur de Nueva York el 17 de febrero de 1994, acusado de fraude de activos financieros y obstrucción a la justicia. Posteriormente se declaró culpable de cinco cargos incluidos los de fraude de activos, conspiración para obstruir la justicia, dos por fraude postal y otro por evasión fiscal. Fue sentenciado finalmente a 20 años de prisión.
Pero en 1998, seis años antes de que Hoffenberg fuese finalmente detenido y cientos de millones de dólares más fueran robados, la SEC parece que había estado muy cerca de destapar el esquema de Ponzi. Pero en plena batalla aparecieron Ira Sorkin y su bufete, Squadron Ellenoff, para negociar un trato con la SEC.
El fideicomisario que se estableció para la Towers Financial Corporation se encargaría posteriormente de poner una demanda contra Squadron Ellenoff por mala práctica legal, mostrando ante el tribunal documentación que probaba que Squadron Ellenoff, durante su representación legal de Towers Financial, tuvo acceso a un memorándum confidencial que revelaba las prácticas fraudulentas y, sin embargo, el bufete respondió engañosamente a las peticiones y citaciones de la SEC. El fideicomisario alegaba que «la habilidad de Squadron Ellenoff para demorar el inevitable descubrimiento del esquema de Ponzi, mientras simultáneamente descuidaba el advertir a Towers de las evidencias que estaban apareciendo, sirvió para incrementar el número de inversores estafados así como el grado final de responsabilidad de Towers».
Otra tipo de demanda fue también interpuesta por los inversores estafados por Towers Financial y donde también se mencionaba a Squadron Ellenoff. Los demandantes alegaban que Squadron Ellenoff prolongó el fraude de Towers de dos formas: llevando a cabo materialmente tergiversaciones y omisiones ante la SEC mientras representaba a Towers, y en segundo lugar creando el acuerdo por el cual los primeros inversores podían elegir entre recibir su inversión original más un interés normal, o mantener sus títulos al 18% hasta que se ejecutase el pago. Según los demandantes, este acuerdo diseñado por Squadron Ellenoff no ponía de manifiesto la naturaleza fraudulenta de las inversiones que había detrás, a pesar del supuesto conocimiento del fraude por parte de Squadron Ellenoff. Los demandantes sostenían que si Squadron Ellenoff hubiese revelado lo que sabía, muchos más de esos primeros inversores hubiesen reclamado sus fondos, poniéndose así final al esquema de Ponzi de Towers.
El tribunal de apelaciones de segunda instancia liberó a Squadron Ellenoff de responsabilidad legal alguna sobre la base de que no tuvieron una implicación directa en la emisión de los títulos comprados por los demandantes ni tergiversó la información que comunicó a los inversores sobre esos títulos. Los cargos contra el bufete por ayudar, instigar y conspirar en el caso de los títulos fraudulentos fueron desestimados fundándose en la sentencia del Tribunal Supremo de los EEUU en el caso de Central Bank, N.A. vs. First Interstate Bank, N.A., que había tenido lugar 4 años antes (114 S. Ct. 1439, 1994).
Algunos observadores creen que esta decisión pudo haber envalentonado a Sorkin cuando representaba ante la SEC a dos contables envueltos en el caso Madoff en 1992. Los contables estaban vendiendo títulos sin registrar, prometiendo ganancias del 13 al 20 por ciento y canalizando el dinero hacia Madoff. De forma parecida a la anterior investigación en el caso de la Towers Financial, este caso tenía el potencial de parar a Madoff 16 años antes y proteger a los futuros inversores de miles de millones robados.
Los contables, Frank Avellino y Michael Bienes, conocían a Madoff desde la década de los sesenta. Trabajaron por Saul Alpern, el suegro de Madoff, que tenía una consultoría contable. Cuando Bernard Madoff abrió su propia empresa en Wall Street al principio de los sesenta, empezaron a conseguirle dinero para que lo gestionase. Con el tiempo, su empresa se llamaría Avellino & Bienes.
En 1992, la SEC puso una demanda contra Avellino & Bienes acusándoles de vender 440 millones de dólares en títulos sin registrar a más de 3.200 inversores. A pesar de que la SEC sabía que el dinero había ido a parar a Madoff, su demanda mencionaba solo a un agente de bolsa sin especificar. La SEC reconoció que en ese momento presentían que estaban detrás de un esquema de Ponzi.
Y en ese momento entra en escena Ira Sorkin, todavía en Squadron Ellenoff, y haciendo exactamente el mismo movimiento que hizo en el caso de Towers Financial, ofrece devolver todo el dinero. Excepto que el dinero no se devolvió en su totalidad. Entre bambalinas, a los clientes simplemente se les permitió firmar acuerdos directamente con Madoff y así seguir recibiendo esos ingresos regulares y astronómicos de entre el 13 y el 20 por ciento, según cuentan los abogados de los clientes estafados. La SEC fue de alguna forma persuadida de que dejase el caso a cambio de un acuerdo por el que Avellino & Bienes cesaría su actividad y pagaría una multa. Pero Avellino no cesó en sus negocios para seguir pasando dinero a Madoff, según dos demandas interpuestas en la Corte Suprema de Nantucket, donde viven tres de sus víctimas. Simplemente siguió buscando fondos a través de una entidad ficticia llamada Kenn Jordan Associates, que prometía beneficios de entre el 10 y el 15 por ciento.
En la lista de antiguos clientes que tenían cuentas con Madoff y revelada por el tribunal aparecen los siguientes nombres: Ira Sorkin, Nathan Sorkin (el padre de Ira, fallecido), Rosalie Sorkin (la madre de Ira, fallecida), Howard Squadron (el anterior socio laboral de Ira, fallecido), Anne Squadron (esposa de Howard Squadron), el plan de pensiones del bufete de Squadron, y tres de sus clientes. Cuanto dinero se sacó de estas cuentas a lo largo de los años y qué porcentaje anual de beneficios generaban son datos que no se han hecho públicos. Lo que se sabe es que 90 días antes de que Towers Financial se declarase en bancarrota, se pagó al bufete Squadron Ellenoff la suma de 662.000 dólares, según el fideicomisario de Towers. Sorkin ahora trabaja para Dickstein Shapiro LLP. Squadron Ellenoff se fusionó con Hogan & Hartson LLP en 2002.
Los fiscales del caso Madoff han pedido una audiencia judicial para esta semana para ver las cuestiones que pueden afectar a Ira Sorkin. Tal vez quieran tener en cuenta todo lo anterior.
Pam Martens trabajó en Wall Street durante 21 años;
no tiene activos, ni a corto ni a largo plazo, de ninguna de las empresas mencionadas en este artículo. Escribe regularmente sobre cuestiones de interés público desde New Hampshire.
Traducción para www.sinpermiso.info: Xavier Fontcuberta i Estrada