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Manifiesto de la Corriente Marxista del PSUV ante las elecciones del 14 de Abril

Fuentes: luchadeclases.org.ve

La ausencia física del presidente, las elecciones del 14 de Abril y el futuro de la Revolución Bolivariana El 14 de Abril habrá elecciones presidenciales, y una vez más la burguesía y el imperialismo de un lado, y la clase trabajadora y el pueblo pobre del otro, se enfrentarán en una batalla electoral de proporciones […]

La ausencia física del presidente, las elecciones del 14 de Abril y el futuro de la Revolución Bolivariana

El 14 de Abril habrá elecciones presidenciales, y una vez más la burguesía y el imperialismo de un lado, y la clase trabajadora y el pueblo pobre del otro, se enfrentarán en una batalla electoral de proporciones históricas. Nuevamente, y una vez más, al igual que ante el golpe de estado en 2002 y ante el paro petrolero, las masas trabajadoras se movilizarán en defensa de la Revolución Bolivariana. El ánimo de combatividad de nuestro pueblo, y la desmoralización de la base social de la burguesía, ya se evidencia en las encuestas realizadas por consultoras burguesas y oficiales. Dichas elecciones marcarán un antes y un después en la historia de la Revolución Bolivariana. Sólo la radicalización de la revolución después del la vistoria socialista del 14 de Abril, podrá garantizar una victoria definitva de la revolución sobre el capitalismo. No hay caminos intermedios, radicalización de la revolución o nada.

Aunque pueda invadirnos una profunda tristeza al recordar la ausencia del presidente, debemos mirar hacia delante con mucha fuerza y temple, debemos transformar toda la tristeza y el dolor en fuerza y determinación de lucha, para hacer avanzar la revolución socialista y no retroceder nunca. Ahora que ya no está con nosotros el presidente, nos toca a las bases del movimiento revolucionario empujar hacia adelante la revolución, con el objetivo de radicalizarla y completarla, como única manera de llevar a la práctica el legado revolucionario de Hugo Chávez.

La burguesía y el imperialismo tenían todas sus esperanzas puestas en que el fallecimiento del presidente Chávez hubiese generado una desmoralización tremenda entre el pueblo revolucionario y la clase trabajadora, y que ello pudiese haber conducido a una pronta derrota del proceso revolucionario. De ahí su asquerosa campaña mediática en la que cada parte médico negativo era una celebración, y cada parte médico positivo ameritaba mentiras y calumnias anunciando ya la muerte del presidente. No pudieron estar más equivocados.

La desaparición física del presidente ha radicalizado el ánimo y la conciencia de lucha y de combatividad entre las masas. Hoy más que nunca el pueblo revolucionario está dispuesto a luchar hasta el final, para defender a la Revolución Bolivariana de los ataques del imperialismo y la burguesía. Las consignas «Chávez vive, la lucha sigue» y «No volverán», que han sido coreadas por millones de camaradas en gigantescas manifestaciones, durante las dos semanas que siguieron al fallecimiento del presidente, son tan sólo una diminuta muestra del nivel real de ánimo entre las masas.

Sin embargo, de la misma manera, la ausencia física del presidente mostrará de una forma más evidente las contradicciones que existen dentro de nuestro propio movimiento, el movimiento bolivariano, entre las bases que queremos radicalizar el proceso en un sentido socialista revolucionario, y los sectores reformistas y burocráticos que prefieren conciliar con la burguesía antes que perder los privilegios que han ganado a costa de la revolución. Asimismo, los revolucionarios y las revolucionarias sabemos que el presidente constituía una barrera que frenaba las negativas políticas burocráticas y reformistas de dichos sectores, y a pesar de ello, aún así lograban hacerle daño al proceso revolucionario desde adentro. Es obvio que ahora, podrán actuar con mayor libertad y podrán plantear de manera más abierta y con menos dificultades, una política de conciliación con la burguesía. Sólo nosotros y nosotras, las bases del movimiento revolucionario, podemos frenarlos, y empujar la revolución hacia adelante.

El 14 de Abril habrá elecciones presidenciales, y una vez más la burguesía y el imperialismo de un lado, y la clase trabajadora y el pueblo pobre del otro, se enfrentarán en una batalla electoral de proporciones históricas. Nuevamente, y una vez más, al igual que ante el golpe de estado en 2002 y ante el paro petrolero, las masas trabajadoras se movilizarán en defensa de la Revolución Bolivariana. El ánimo de combatividad de nuestro pueblo, y la desmoralización de la base social de la burguesía, ya se evidencia en las encuestas realizadas por consultoras burguesas y oficiales. La brecha electoral entre Capriles y el camarada Maduro, ronda el 14, el 19 y hasta el 22 por ciento según algunas de tales encuestadoras.

No queda duda alguna, que las y los revolucionarios triunfaremos de manera contundente el próximo 14 de Abril. Ello sin embargo, no debe embriagarnos de triunfalismo. Ahora más que nunca, las y los militantes de base debemos organizarnos y trabajar arduamente durante estas dos brevísimas semanas de campaña previas al 14-A, a fin de lograr una votación contundente a favor de la revolución y del camarada Maduro, y por lo tanto, a fin de propinarle una aplastante derrota electoral a la burguesía y al imperialismo yanqui. Sobre la base de un trabajo tenaz de discusión política y movilización del voto en cada barrio, fábrica, campo y universidad, no queda duda que le propinaremos una nueva derrota histórica a los majunches. Compañeros y compañeras, el próximo 14 de Abril la victoria será nuevamente nuestra, será una victoria del pueblo trabajador frente a la oligarquía, victoria que dedicaremos a la memoria y a la obra revolucionaria de nuestro camarada presidente Hugo Chávez.

Ahora bien, todas y todos los camaradas sabemos que una vez alcanzado el triunfo, las expresiones y manifestaciones de alegría y felicidad en nuestro pueblo serán gigantescas en todos los rincones del país. Un sentimiento de calma, ante lo que será esta nueva derrota política de la burguesía, reinará entre la militancia e incluso, cientos de miles de camaradas entrarán en un estado de pasividad durante los meses que seguirán a la victoria. Es por ello, que los marxistas del PSUV queremos proponer la siguiente reflexión. ¿Será suficiente derrotar a la burguesía en las elecciones para asegurar su muerte política y la irreversibilidad del proceso revolucionario?

Después del 14 de Abril, a pesar de que la base social de la burguesía estará más desmovilizada y derrotada que nunca, más aún de lo que lo está en estos momentos, y que por lo tanto, ésta no tendrá fuerza alguna para nuevamente intentar llevar a cabo acciones dirigidas contra la revolución, ello no debe confundirnos, la burguesía no descansará nunca en su afán de querer derrotar y aplastar a la revolución.

La defensa de sus intereses económicos como clase, necesariamente obliga a la burguesía a retomar tarde o temprano, el poder político y el control de la sociedad. Como bien sabemos, ésta ya ha tratado en más de una oportunidad de acabar con la revolución, y esta vez, después de que ganemos el 14 de Abril, no será diferente. Sin embargo, las clases dominantes han aprendido la lección. Han entendido que cada vez que han intentado derrocar por la vía violenta o por la vía de la confrontación a la Revolución Bolivariana, las masas han respondido de manera contundente en su defensa. Cuando trataron de derrocarla por la vía armada el 11 de Abril de 2002, o a través de una feroz guerra económica durante el paro petrolero, o combinando el sabotaje económico en menor escala con los medios políticos en el referéndum de 2004 y en las presidenciales de 2006 y 2012, lo que consiguieron en cada una de estos casos no fue la derrota de la revolución, sino que al contrario, lograron movilizar a las masas en su defensa y fortalecer su conciencia revolucionaria y combativa, siendo al final la burguesía la única derrotada. Pero, como hemos explicado, esta vez los imperialistas y sus títeres nacionales han aprendido la lección.

A diferencia de todas las ofensivas contrarrevolucionarias previas, esta vez la burguesía no atacará de frente, sino que jugará al desgaste interno de la revolución. Tal y como lo explicó nuestro camarada Alan Woods en su reciente visita a Venezuela, esta vez la oposición burguesa se apoyará en sus aliados dentro del movimiento bolivariano, la 5ta columna dentro de nuestras propias filas, jugando a generar un profundo desgaste, apatía y desmovilización entre la base social de la revolución, preparando el terreno para una futura contienda electoral en los próximos años, en la que la oposición burguesa, al haber logrado desmovilizar a importantes sectores de nuestras filas revolucionarias, pueda entonces tener seguridad de derrotarnos en las urnas electorales.

Por lo tanto, el elemento central y fundamental de la táctica que ahora utilizará la burguesía, a partir del 15 de Abril en adelante, será el desgaste de la base social de apoyo a la revolución. Cierto es, que dicha táctica ha estado siempre presente durante los últimos 14 años, pero la diferencia, es que de ahora en adelante ésa será la principal carta que jugará la oposición, antes de aventurarse nuevamente a retomar el poder político. Tal desgaste se promoverá desde dos flancos. Por un lado, desde el ámbito económico la burguesía jugará al sabotaje de la producción, para golpear el bolsillo de las masas trabajadoras, y por el otro, buscará infiltrarse más de lo que ya lo está, en el aparato de estado burgués e incluso en el propio gobierno bolivariano, a fin de contar desde allí, con agentes y funcionarios que frenen las distintas políticas revolucionarias, en materia social y económica dirigidas a elevar el nivel de vida de las masas.

Ahora bien, ¿Qué es lo que permite a la burguesía continuar atacando a la Revolución Bolivariana?

Es la propiedad sobre los bancos, los latifundios y los monopolios industriales y comerciales, que es la fuente de sus grandes riquezas, lo que les permite a los capitalistas venezolanos financiar las campañas políticas de la derecha, financiar a los medios de comunicación, que han atacado constantemente a la revolución durante 14 años, financiar al movimiento estudiantil opositor, sobornar a funcionarios del estado, para frenar y sabotear las políticas sociales del gobierno revolucionario, e incluso, armar a la contrarrevolución trayendo paramilitares de Colombia y pagando sicarios para eliminar a dirigentes estudiantiles, campesinos y obreros. En pocas palabras, usan su capital para desestabilizar al país, a fin de buscar derrotar a la revolución.

Ya hemos explicado que la oligarquía utiliza y utilizará todo su poder económico, para atacar a las masas trabajadoras y buscar su desmoralización, y que después del 14-A no desistirá en ello. Fedecámaras y Fedeagro, así como los banqueros nacionales, llevan 14 años de guerra económica, ahora, harán de esas acciones su principal herramienta para atacar a la revolución. Huelga de capitales, acaparamiento, huelga de inversiones, desabastecimiento, especulación, robo de divisas a la nación y en fin, un sabotaje económico permanente, será el arma que empuñará la burguesía para atacar sin descanso a la revolución, después de la victoria del 14-A.

¿Cómo podemos entonces frenar definitivamente estos ataques de la burguesía?

Podemos ganar y ganar elecciones a la derecha, pero de esa forma nunca derrotaremos de manera definitiva a la burguesía. La única forma de derrotarle para siempre es arrancándole su poder económico, que es la base de su poder político. Sólo expropiándole a la burguesía las grandes palancas de la economía, los bancos, los monopolios y los latifundios, o en resumen, sólo expropiándole los grandes medios de producción y el capital, es que podremos acabar de manera definitiva con sus constantes ataques contra la revolución, y sólo así, podremos alcanzar realmente la irreversibilidad del proceso revolucionario.

O acabamos con el poder económico de la burguesía, o ella utilizará dicho poder para derrocar a la revolución. La experiencia histórica de todas las revoluciones ocurridas durante el siglo XX, nos muestra de manera inequívoca que si no se da un golpe decisivo al capitalismo, que es la causa fundamental de la miseria y sufrimiento de las masas, entonces al final éstas tenderán a la desmoralización y a la desmovilización, lo que significa un fatal retroceso de las fuerzas motrices de la revolución socialista. Trágicamente, todos los ejemplos históricos a los que nos hemos referido en general, revelan que tal desmovilización de las masas, al final han conducido a las revoluciones a la derrota.

La única manera de frenar el sabotaje económico permanente, el cierre de empresas, el acaparamiento y desabastecimiento, es nacionalizando bajo control obrero, los monopolios de producción de alimentos. Lo mismo se aplica al tema del robo de divisas al país por parte de la burguesía. La única manera de acabar con el mercado negro de divisas es nacionalizando el comercio exterior. Ya basta de que un puñado de burgueses parásitos que apenas generan unos pocos empleos, se lucren enormemente a partir de la importación de mercancía chatarra al país. Debe crearse una empresa estatal que sea la encargada de todas las importaciones y exportaciones y que funcione bajo control obrero. Una medida como la devaluación que fue anunciada hace casi dos meses, no golpea a los capitalistas ni resuelve el problema del mercado negro de divisas, sino que al contrario, desfavorece a las familias más pobres, que en su aplastante mayoría apoyan a la revolución.

La única manera de construir una sociedad de iguales, sin explotados ni explotadores es nacionalizando las grandes palancas de la economía, actualmente en manos de la oligarquía, para poder establecer una economía planificada democráticamente bajo control obrero. Sólo mediante una economía democráticamente planificada, podremos acabar de manera definitiva con las necesidades sociales y económicas que si bien han sido reducidas de manera extraordinaria durante la revolución, todavía existen como consecuencia de que no hemos dado un golpe decisivo al capitalismo. Sólo de esa manera, podremos acabar para siempre con la explotación del hombre por el hombre y con la miseria que ha generado el capitalismo en nuestro país durante décadas, y sólo de esta manera, podremos garantizar un triunfo definitivo de la Revolución Bolivariana sobre las fuerzas de la burguesía y el imperialismo. El peligro y la amenaza permanente hacia nuestra revolución, radica precisamente en que sólo una pequeña parte de estas grandes palancas económicas, han sido arrancadas de las manos de la oligarquía.

El principal legado de nuestro querido camarada presidente es precisamente el haber dado pasos firmes en esta dirección, como lo demuestra la nacionalización del 30 % de la banca que opera en el país, así como la nacionalización de todas las empresas eléctricas, siderúrgicas, y la renacionalización de la principal telefónica del país, CANTV. En ése mismo orden de ideas, debemos recordar la importante batalla que se ha librado contra el latifundio, en la que también se ha nacionalizado el 30 % de los latifundios, que durante décadas estuvieron en manos de terratenientes parásitos y expoliadores del pueblo.

Nos toca a nosotros y nosotras, los hombres y mujeres que formamos parte de la clase trabajadora y del pueblo históricamente oprimido, que somos las bases y soportes reales de esta revolución, completar esta tarea que el presidente Chávez no pudo completar antes de su desaparición física.

Es por ello, que los compañeros y compañeras que formamos parte de la Corriente Marxista del PSUV, sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional, llamamos a la clase trabajadora, al campesinado, a la juventud y al pueblo revolucionario todo, a no desmayar ni un minuto en la lucha, ni ahora ni después de la rotunda victoria revolucionaria que obtendremos del 14 de Abril.

¡Camaradas! ¡Es la hora de radicalizar la Revolución! ¡Ninguna conciliación con la burguesía después de la victoria del 14-A! La principal interesada en hablar de unidad nacional y conciliación es la burguesía, porque de esa manera puede infiltrar nuestras filas y frenar el proceso. Después de que derrotemos a Capriles y a la burguesía en las elecciones del 14 de Abril, debemos derrotarles de manera definitiva en la lucha de clases, y eso significa expropiarlos de una vez por todas. El 14 de Abril a vencer, y a partir del 15, a radicalizar la revolución, hagamos honor al legado de nuestro presidente Chávez y completemos su acción revolucionaria.

 

¡¡¡Compañero Maduro a la oligarquía dele duro!!!

¡¡¡Con la burguesía ni diálogo ni conciliación, sino expropiación!!!

¡¡¡El 14 a Capriles le vamos a derrotar, y a partir del 15, a la oligarquía debemos expropiar!!!

¡¡¡Chávez vive, la lucha sigue!!!

¡¡¡No volverán!!!

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