Trabajadores rurales, estudiantes y sin techo del Estado de Piauí participan de una marcha para protestar contra la corrupción. Salieron el 23 de mayo desde la ciudad de Posse, en el Estado de Goiás, y van a recorrer 368 kilómetros hasta la capital federal, Brasilia. La llegada está prevista para el próximo día 7 de […]
Trabajadores rurales, estudiantes y sin techo del Estado de Piauí participan de una marcha para protestar contra la corrupción. Salieron el 23 de mayo desde la ciudad de Posse, en el Estado de Goiás, y van a recorrer 368 kilómetros hasta la capital federal, Brasilia. La llegada está prevista para el próximo día 7 de junio, fecha de la apertura del Foro Global Contra la Corrupción y por la Vida.
Durante el Foro, los integrantes de la marcha van a presentar un documento con propuestas basadas en el poder local y en la fiscalización ciudadana para el combate de la corrupción. Su idea es entregar al Presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva, una propuesta de realización de una amplia campaña para divulgar los medios de participación popular en la apreciación de las cuentas públicas. Los marchantes pretenden convencer a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) a adoptar el combate a la corrupción como tema de una edición de la campaña de la fraternidad.
Artimatéia Dantas, coordinador de la Fuerza de Tarea Popular, entidad que organiza la marcha, está convencida que la fiscalización popular puede ayudar a combatir la corrupción en todos los niveles en los que el poder público actúa. «Si la fiscalización ocurre a nivel municipal, los resultados llegan a los estados y también al Gobierno Federal», argumenta Dantas, citando el ejemplo del municipio de Amarante, en Piauí. La Cámara Municipal de la ciudad convirtió en públicas las informaciones de sus cuentas, en una iniciativa inédita. Así, la población puede seguir de cerca cómo están siendo administrados los fondos públicos.
Al violar derechos básicos como el acceso a la salud, a la alimentación, a la vivienda y a la educación, la corrupción establece una relación directa con el índice de desarrollo de un país o región. En Brasil, según un relevamiento realizado por la Controladuría General de la Unión, la región Nordeste, la más pobre del país, aparece primera en el ranking de casos de corrupción. Proyecciones señalan un desvío de 20.000 millones de reales por año de las alcaidías brasileras.
Todos los integrantes de la Marcha son de Piauí, estado más pobre de Brasil, con el peor índice de desarrollo humano. En ese estado, la renta per capita de la populación es de R$ 1.660. Cerca del 40% de los domicilios no tienen agua vía cañerías y el 60% no disponen de red de desagüe sanitario. Mientras tanto, un esquema de corrupción desvió R$ 14 millones de Agespisa, la empresa pública responsable del abastecimiento de agua y servicio de desagüe.
Traducción: Daniel Barrantes