Editorial # 6 (13/04/2015)
La revolución bolivariana está en una encrucijada histórica, donde una vía nos lleva a la contrarrevolución y otra nos muestra el horizonte socialista, a condición de aplicar el Golpe de Timón de Chávez y rectificar el rumbo que nos está alejando de su Legado. Nos encontramos en un momento de definiciones y desenlaces; además de atravesar por una grave y prolongada situación de crisis, con fuertes puntos de confrontación en varios aspectos.
Uno de ellos es la economía y el abastecimiento de la población, donde concurren un conjunto de elementos:
· La Crisis, la «Guerra Económica» y el sabotaje.
· La Lógica del Capital y su tejido de operadores que actúan para capturar la renta petrolera y obtener ganancias de manera delictiva con el desfalco a la nación y la fuga de capitales.
· Los efectos cancerígenos de la corrupción y las deformaciones burocráticas, inherentes a esa Lógica del Capital, que afectan a la dirección política del proceso y al aparato del Estado burgués y en descomposición.
· El retraso o congelamiento de la construcción del nuevo modelo productivo basado en la propiedad social como vía para garantizar el Desarrollo Endógeno y la Soberanía Alimentaria, en la ruta hacia la II Independencia y la transición al socialismo.
· Las medidas que facilitan la pulverización del salario, la escasez, el acaparamiento, la especulación exacerbada y demás distorsiones que hoy se presentan en la economía venezolana. Medidas económicas como el SIMADI, reducción de tasas impositivas a empresas privadas, aumento progresivo del precio de los productos de la canasta básica, apertura de zonas económicas especiales bajo régimen neoliberal, flexibilización del control cambiario, devaluaciones sin medidas complementarias, etc., que solo han beneficiado a los empresarios y provocan un deterioro de la calidad de vida de la mayoría del pueblo.
Están también las renovadas amenazas exteriores, visto el afán imperialista de recuperar su debilitado poder sobre América Latina, que hoy refuerza su carga injerencista con el Decreto de Obama para tratar de conseguir la derrota de la revolución bolivariana.
Y por supuesto, la derecha opositora, expresión política de la burguesía nacional y del imperialismo, que busca recuperar el poder, ya sea mediante el golpe contrarrevolucionario o con el desgaste político del chavismo, generado por políticas erradas que desperdician la disposición de cambio de nuestro pueblo.
En el PSUV y en el gobierno se han impuesto, por ahora, las visiones de quienes prefieren seguir corriendo la arruga e intentan regular el sistema, sin decidirse por medidas anticapitalistas y por valientes acciones anticorrupción, que permitan enfrentar la crisis. Mientras tanto, el tiempo histórico del proceso se va agotando.
En estas circunstancias, una de las batallas más importantes que debemos librar en el terreno político en los próximos meses será la de las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional.
El pueblo bolivariano y chavista, así como los votantes en general, debemos hacer una evaluación de nuestros votosanteriores, del comportamiento y resultados de los funcionarios de gobierno, de los dirigentes de partido, de los candidatos votados y elegidos, para ver si realmente cumplieron con nuestras expectativas, si honraron sus compromisos, si fueron consecuentes con las propuestas políticas presentadas o si por el contrario nos defraudaron; si nos consultaron y nos tomaron en cuenta o si fueron prefirieron ser obedientes a cúpulas que concentran poder en favor de intereses particulares. Por eso tenemos que efectuar ese balance del desempeño de nuestros parlamentarios, haciéndonos algunas preguntas:
¿Garantizaron la aplicación del Programa de la Patria dejado por Chávez? ¿Tomaron en serio el Golpe de Timón que nos anunció el Comandante? ¿Mantuvieron un comportamiento honesto o usaron sus cargos para acumular chocantes privilegios? ¿Denunciaron, investigaron y procuraron el castigo de la corrupción? ¿Tomaron en cuenta las denuncias y solicitudes que les presentó el pueblo y sus organizaciones? ¿Promovieron la democracia participativa y protagónica real? ¿Se ha esforzado por demoler el Estado Burgués e implantar el Estado Comunal? ¿Atacaron los problemas de escasez y de especulación con medidas de orientación socialista o cedieron a la presión neoliberal? ¿Han actuado como impulsores o como «liquidadores de este proyecto», como decía Chávez?
Dependiendo de la respuesta a preguntas como estas, debemos plantearnos el reemplazo de quienes no hayan estado a la altura de sus tareas históricas; postular nuevos compañeros que puedan encarar los actuales retos y satisfacer nuestras expectativas.
Pero para configurar la composición revolucionaria de la nueva Asamblea Nacional (AN) debemos tener claro el perfil y la agenda política de lucha de quienes hayan de ser nuestros candidatos y candidatas. No es una cuestión de porcentajes por género o edad; tiene que ver con la condición humana, con la moral y etica, con la sensibilidad, con la trayectoria de lucha, con las condiciones de vida en que se desenvuelven, con su historial de acciones y de aportes, con su capacidad para la crítica y la autocrítica, con el blindaje frente a las tentaciones y presiones, con la orientación de sus propuestas. No necesitamos ni aduladores ni levanta-manos pasivos; necesitamos revolucionarios y revolucionarias cabales, que exhiban, entre otras, las siguientes características, actitudes y posturas políticas:
a) Honestidad a toda prueba, sin privilegios, sin nepotismo ni pertenencia a camarillas burocráticas en torno a intereses económicos y parcelas de poder.
b) Lucha contra la corrupción.
c) Practicar la democracia revolucionaria.
d) Sostener criterios anticapitalistas, antiimperialistas y posturas consecuentes a favor de la clase trabajadora y los sectores populares.
El papel central de los diputados y diputadas debe estar en función de la «demolición del Estado burgués», como decíaChávez; cuando en el Golpe de Timón nos dice que debemos ir hacia «el nuevo ciclo de la transición; la construcción del socialismo», con «un plan sistemático, de creación de lo nuevo, como una red…que vaya como una gigantesca telaraña cubriendo el territorio de lo nuevo», porque «si no fuera así, esto estaría condenado al fracaso; esto sería absorbido por el sistema viejo». La actuación de nuestros diputados realmente debe ir orientada a superar ese sistema viejo, con un sentido claramente anticapitalista y socialista. Debemos preguntarnos, como lo hacía Chávez«¿dónde está el socialismo?» en cada propuesta legislativa y en todo lo que se apruebe; y hacerlo todo con métodos profundamente democráticos, en ejercicio permanente de la crítica y la autocrítica, para la construcción del nuevo modelo económico-social y político de transición al socialismo, que nos lleve a «cruzar el punto de no retorno»(orientaciones de Chávez en el Programa de la Patria y Golpe de Timón).
Para ello, una de las principales banderas debe ser el combate contra la corrupción, contra el parasitismo burocrático y empresarial, contra el desfalco de la renta petrolera y los recursos de la nación, entre otras formas de acumulación privada y delictiva de capital a costa del patrimonio común y de los bienes del pueblo.
Necesitamos que nuestros candidatos y candidatas a la AN surjan de un profundo y amplio debate democrático, crítico y autocrítico, inspirado en aquellas «3 R al Cuadrado» que jamás se llegaron a aplicar (Revisión – Rectificación – Reimpulso), para que seleccionemos a quienes reúnan las condiciones adecuadas y al mismo tiempo, al calor de ese debate, ir conformando los mecanismos efectivos de control democrático y social por la base, para que no se desvíen, para que resistan todas las presiones, para que no nos defrauden, que no se los trague la «gigantesca amiba del capitalismo», como nos advertía el Líder de la revolución.
Debemos garantizar que nuestros candidatos y candidatas ofrezcan ese perfil de cualidades básicas y sólidos compromisos como DIPUTADOS Y DIPUTADAS PARA APLICAR EL «GOLPE DE TIMÓN»:
1. HONESTIDAD Y NO PRIVILEGIOS:
· Que no utilicen su condición para la ambición de escalar posiciones y cargos ni para acumular capital mediante el aprovechamiento de transacciones o del lobby político, al servicio de grupos económicos o de mafias, ni vayan a la AN a ejercer el tráfico de influencias para redes familiares, de socios o de amigos; que no sean otra cosa que un instrumento del pueblo, bajo su control permanente.
· Que no ostenten groseros privilegios, lujosos vehículos, escoltas y gastos suntuarios; que no levanten barreras que los separen del pueblo que los eligió y que le atiendan con respeto y humildad.
· Que se sometan en todo momento a la rendición de cuentas y a la contraloría social de su propia gestión por parte de las organizaciones del pueblo y de los electores.
· Que no acaten órdenes de silencio cuando esté en juego su conciencia y el clamor del pueblo, ni se dobleguen ante disciplinas o lealtades mal entendidas, sujetas a apetitos de lucro y poder; que no alcen su mano para avalar políticas contrarias al rumbo socialista y a la transferencia del poder al pueblo.
2. LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y AUDITORÍA PÚBLICA PERMANENTE CON PARTICIPACIÓN CIUDADANA
· Que luchen contra el burocratismo y la corrupción en todas sus manifestaciones,
· Que denuncien con coraje y exijan la investigación del desfalco a la nación por capitalistas y burócratas, el fraude en las importaciones y la fuga de capitales, los ilícitos cometidos por la burguesía nacional o extranjera, así como por cualquier funcionario.
· Que impulsen la Contraloría Social como ejercicio de Poder Popular sobre la ejecución de las políticas públicas, la administración del Estado y la economía nacional, incluyendo la Auditoría Pública Permanente con Participación Ciudadana, sobre el uso y distribución de la renta nacional, el otorgamiento de divisas, los fondos del Estado, las inversiones, el endeudamiento interno y externo, y el funcionamiento de instituciones y empresas, exigiendo la mayor transparencia e información clara para la ciudadanía y la aplicación de las más severas sanciones para vencer la impunidad.
3. PRÁCTICA DE LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA:
· Que defiendan y promuevan, de palabra y obra, y de la manera más consecuente, la real y efectiva participación democrática y el auténtico protagonismo popular, para incidir en la adopción de las políticas y en la toma de decisiones gubernamentales, en función de los verdaderos intereses del pueblo, en ejercicio de la soberanía y del poder popular.
· Que escuchen y recojan los planteamientos del pueblo; que no descalifiquen la crítica; que se comprometan a consultar de manera directa y democrática a sus electores, a su base social de apoyo, a los movimientos populares, al conjunto de los ciudadanos y ciudadanas, a través de reuniones, asambleas, cabildos abiertos y otras formas de participación, en uso de los distintos mecanismos previstos en el Artículo 70 de la CRBV, incluido el referéndum consultivo, el referéndum abrogatorio y las iniciativas legislativas populares; abriendo unProceso Constituyente Popular Permanente.
· Que estén dispuestos a emprender jornadas de elaboración y discusión de propuestas para presentar un Plan de Emergencia para Enfrentar la Crisis y corregir el rumbo del proceso revolucionario, con medidas de orientación anticapitalista, antiimperialista y sentido socialista, construido en consulta con las organizaciones y las bases sociales, obreras, campesinas y populares de la revolución, a ser presentado al gobierno o a la AN, sin descartar el recurso de la iniciativa legislativa popular, respaldada con firmas y con la movilización combativa del pueblo.
4. CRITERIOS ANTICAPITALISTAS Y CONSECUENCIA CON LA CLASE TRABAJADORA Y LOS SECTORES POPULARES:
· Compromiso activo con las claves y principios del proceso revolucionario bolivariano y socialista, con los derechos democráticos, económicos y sociales del pueblo, establecidos por la CRBV, así como con las orientaciones dadas por Chávez en el Golpe de Timón y los objetivos estratégicos del Programa de la Patria que Chávez nos legó, haciendo frente a toda desviación procapitalista y del proyecto socialista, contra la conciliación entreguista, haciendo frente a las presiones que pretenden imponer una contrarreforma y congelar o hacer retroceder a la revolución, sus avances y su proyecto de construcción del socialismo.
· Que ponga por delante la unidad del pueblo en lucha por sus aspiraciones y reivindicaciones, por encima de la unidad en torno a grupos de poder con ambiciones ajenas a los requerimientos del pueblo y de la patria.
· Que sean siempre voceros y voceras de la clase trabajadora, del campesinado, de las comunidades populares, de nuestros pueblos indígenas, de los sectores discriminados o excluidos que luchan por su dignidad y sus derechos, frente a los intereses del capital y de la burocracia.
· Que se opongan firmemente a la vuelta de las políticas neoliberales y de las prácticas antidemocráticas, a todo lo que debilite o amenace a la soberanía e independencia conquistada por la revolución bolivariana, que denuncien y luchen contra el establecimiento de Zonas Económicas Especiales de carácter neoliberal, contra la pretensión de ampliar la participación extranjera en la propiedad y control de las empresas del Estado, contra el otorgamiento de nuevas concesiones de explotación de recursos naturales en perjuicio del pueblo y del equilibrio ecológico, como el Decreto 1606 de extracción del carbón; que, por el contrario, se ponga al servicio de proyectos de implantación y desarrollo del modelo socio-económico y político para la transición al socialismo basado en la propiedad social, en el control obrero y comunal, en los preceptos eco-socialistas, en nuevas relaciones sociales de producción no capitalistas y libres de explotación.
· Que estén al servicio del fortalecimiento, recuperación e impulso del Poder Popular y por un Estado obrero y comunal, para avanzar hacia la destrucción definitiva del viejo Estado burgués con sus vicios y corruptelas.
· Que se pongan al servicio y acompañen solidariamente las luchas, proyectos y experiencias de los trabajadores, las comunidades y sectores del pueblo, que denuncien todo hecho de criminalización o represión de la protesta popular.
Marea Socialista está haciendo esfuerzos para generar o propiciar espacios de discusión y de consulta con los trabajadores y el pueblo en general, con el activismo de base del PSUV y del Gran Polo Patriótico, a través de un proceso constituyente, iniciado en todo el país en torno a las Casas de las Mareas que se vienen instalando en numerosas comunidades, en el que concurren luchadores y luchadoras populares, organizaciones, colectivos, movimientos sociales y comunales.
Esta convergencia activa y esta reflexión crítica de la diversidad del chavismo tiene la vista puesta en sus auténticas raíces, enlazadas con el Legado de Chávez y procura alternativas para la sanación y el restablecimiento de la vitalidad política y moral del proceso revolucionario, corroído por el burocratismo y la corrupción. Es parte de la respuesta que se viene incubando en las entrañas del pueblo, para la recuperación y relanzamiento de la revolución bolivariana y socialista, para el rescate de la esencia de nuestra revolución y de sus logros.
De ahí surge la necesidad de proponer e impulsar candidatos y candidatas, con quienes se pueda construir, democráticamente, las propuestas políticas a defender y los compromisos a honrar con el pueblo, como condición y requisito para darles nuestro voto, y que una vez electos o electas, podamos seguir participando en la conducción de sus labores y en el diseño de sus respuestas frente a cada problema o situación, con acompañamiento constante en las luchas comunes y con el debido seguimiento político y la contraloría social necesaria que impida la burocratización y el desapego respecto a su base social y pueblo elector. ¡Emprendamos con determinación este proceso!
¡Ni burocracia ni capital! ¡Revolución dentro de la revolución!