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Obituario

Mary Warnock (1924 – 2019)

Fuentes: Sin permiso

La filósofa que elaboró la regulación de la investigación embrionaria.

 

Mary Warnock. Credit: Steve Pyke/Getty

La filósofa Mary Warnock fue una de las organizadoras de la era de la biología. A lo largo de más de treinta años forjó el ambiente estrictamente regulado y, a la vez, profundamente permisivo predominante en Gran Bretaña, tanto en experimentación animal, investigación embrionaria como la reproducción asistida. Este sistema permitió que técnicas tales como la fertilización in vitro, la clonación o el desarrollo de células madre a partir de embriones humanos, y también la investigación en embriones humanos, obtengan aprobación legislativa, apoyo del gobierno bipartito y aprobación publica en un nivel transcendental dentro del Reino Unido.

Su entrenamiento académico en temas de ética y moralidad, conjuntamente con su experiencia en comités profesionales y académicos y públicos de alto nivel, facultaron a Warnock a desarrollar un inconfundible y particular enfoque para legislar sobre tópicos tan polémicos. Sus múltiples libros, informes gubernamentales, cientos de capítulos y artículos, y sus logros innovadores en educación y como madre de cinco hijos, ratifican su estilo. Vale la pena reflexionar sobre su legado mientras tratamos de generar normas universales paa la edición génica.

Helen Mary Wilson nació en Winchester, Reino Unido, en 1924. Comenzó sus estudios en 1942 en el Lady Margaret Hall en la Universidad de Oxford y se casó con su colega Geoffrey Warnock en 1949. Esta enérgica pareja académica condujo el renacimiento de la filosofía británica y presidieron varios colegios de Oxbridge en los ’80, Mary en el Girton College de la Universidad de Cambridge mientras que Geoffrey fue director del Colegio Hertford antes de convertirse en el 256º vice rector de Oxford.

Los primeros aportes filosóficos de Warnock, en 1960, se concentraron en el trabajo de Jean Paul Sartre, poco conocido en esa época en la filosofía anglófona (la primera monografía en inglés sobre su trabajo fue escrita por su amiga y colega de Oxford, Iris Murdoch en 1953). Warnock sostenía (al igual que Simone de Beauvoir) que la visión sobre la libertad entendida como la condición humana determinante que proponía Sartre, negaba la gran diferencia en circunstancias y vínculos sociales de las personas.

Este primer compromiso con la «idea moral de la sociedad», como expresó Warnock, fue fundamental para concretar una política exitosa, al mismo tiempo que su capacidad para aportar una legislación en temas que suscitan fuertes reacciones. Apoyada en su prestigio académico, Warnock dedicó la segunda mitad de su vida encabezar un conjunto de consultas públicas, comisiones y comités cruciales.

Fue nombrada presidente de la Comisión de Consulta sobre Educación Especializada en 1974 y en 1978 presentó el primer Informe Warnock que, en su estilo habitual, expone recomendaciones fundamentadas, progresistas, y pragmáticas. En esta ocasión considera que los niños con necesidades especiales deben ser integrados y educados con sus pares, en las escuelas convencionales, en beneficio de ambos.

En el año 1978, nace Louise Brown, el primer «bebe de probeta» en Oldham, Gran Bretaña, un momento en que para sorpresa de unos y consternación de otros, la investigación embrionaria era vista con suspicacia. A principios de la década de los 80, años de violenta reacción política hacia las reformas sociales de los 70, muchos conservadores juzgaban que la regulación de la experimentación embrionaria, se presentaba como una oportunidad única para rechazar las leyes que autorizaban el aborto y regresar a los «valores tradicionales de la familia».

En respuesta a la demanda publica y parlamentaria de una legislación para regular las nuevas formas de reproducción asistida, en 1982 se creó el Comité de Consulta sobre Embriología y Fertilización Humana, con Warnock como rectora. Desde el principio, fue clara la dificultad para lograr consenso en la cuestión de la investigación embrionaria. Más aún, Warnock comprendía que los argumentos filosóficos, bioéticos y religiosos sobre el «status moral del embrión humano» obstruían en vez de que favorecer un consenso. Esquivando hábilmente este argumento conflictivo – sobre el cual no habría acuerdo – ofreció argumentos morales alternativos que suministraban suficientes puntos de coincidencia para alcanzar un acuerdo.

Esto fue fundamental para establecer la regulación sobre investigación embrionaria -ya que la alternativa era la no reglamentación- algo que nadie quería. Más aún debían fijarse límites, y si no se lograban para satisfacción de todos, debían ser suficientemente correctos para una inmensa mayoría para alcanzar una ley. La solución propuesta, era aceptar ciertas formas de reproducción asistida e investigación embrionaria, pero todos estos procedimientos debían estar sujetos a límites estrictos y al mayor nivel de control.

Como pragmática que era, convirtió la idea moral de la sociedad en principios sociológicos de reciprocidad que podían sustentar una política exitosa. Consideraba que una regulación transparente y responsable debía ser convincentemente establecida y sostenida para aprovechar de los beneficios de la ciencia. Alegaba -y lo demostró a través de numerosas intervenciones exitosas- que para una adecuada política científica no alcanza un único fundamento. La investigación translacional polémica requiere múltiples argumentos fundados en la ciencia, la ética, las normas sociales, la ley y el sentido común.

El marco regulatorio que estableció Warnock hace 35 años para la investigación embrionaria y la reproducción asistida -y su hito histórico, el sistema de licencias, actualmente la Autoridad para la Fertilización y Embriología Humana- han sido aceptados en todo el mundo. Sin embargo, ningún país ha copiado el sistema de biogobernanza británico altamente regulado y jurídicamente vinculante, público y de enfoque abierto. Esto es lamentable en el contexto del floreciente sector privado de la industria de la fertilidad y la fusión de la FIV y el sistema de edición génica CRISPR en una plataforma tecnológica con posibilidades sin precedentes para alterar el futuro humano.

El enfoque profundamente cuidadoso y a su vez duro de Mary para lograr el consenso social ante la constante oferta de innovación, nos deja importantes lecciones en esta era de gran desarrollo de la biología.

Texto original en inglés: Nature, 2 de mayo de 2019

Traducción: Susana Sommer

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/mary-warnock-1924-2019