Recomiendo:
0

Según un informe de Naciones Unidas

Más de 2.500 millones de personas carecen de acceso a mejor salubridad en el mundo

Fuentes: Argenpress

Más de 2.500 millones de personas en el mundo carecen todavía de una salubridad mejorada y casi 1.200 millones de habitantes practican la defecación al aire libre, planteando una gran amenaza a la salud de sus comunidades, según un reporte de las Naciones Unidas divulgado hoy. Una mala salubridad amenaza la supervivencia de los niños […]

Más de 2.500 millones de personas en el mundo carecen todavía de una salubridad mejorada y casi 1.200 millones de habitantes practican la defecación al aire libre, planteando una gran amenaza a la salud de sus comunidades, según un reporte de las Naciones Unidas divulgado hoy.

Una mala salubridad amenaza la supervivencia de los niños porque un ambiente contaminado de materias fecales está directamente vinculado a enfermedades de diarrea, que son los principales asesinos de niños dijo el reporte, emitido conjuntamente por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud.

Un ambiente limpio es muy difícil de asegurar cuando se practica la defecación al aire libre, aunque sea por una minoría de la población, dijo el reporte.

‘Según las tendencias actuales, el mundo no alcanzará los objetivos de salubridad (de las Metas de Desarrollo del Milenio) por más de 700 millones de personas’, dijo en una declaración Ann Veneman, directora ejecutiva de UNICEF.

El reporte mostró cierto progreso en el acceso a mejores fuentes de agua potable. En la actualidad, 87 por ciento de la población mundial tiene acceso a mejores fuentes de agua y se espera que esta cifra aumente hasta 90 por ciento para el año 2015.

El número de personas que defecan sin instalaciones sanitarias – una práctica conocida como defecación al aire libre- también ha disminuido.

Pero a nivel mundial, 18 por ciento de la población, o sea un total de 1.200 millones de personas, todavía la practican. En el sur de Asia, alrededor de 778 millones de personas todavía dependen de esta práctica riesgosa para la salubridad.