Son los mismos desde 2002, pero más acaudalados. Sus negocios representan dos tercios del presupuesto federal. En contraste, 20 millones de habitantes están en pobreza extrema
A la cabeza entre los 25 individuos de mayor riqueza en América Latina, 11 mexicanos poseen una fortuna conjunta calculada por la revista de negocios Forbes en 35 mil 500 millones de dólares, lo que representó un incremento de 48 por ciento en los últimos dos años. En ese periodo, los ricos y poderosos magnates agregaron a su peculio 11 mil 500 millones de dólares más de los que poseían en 2002.
La fortuna personal de esos empresarios es de tal magnitud que podría compararse con el valor de toda la producción agropecuaria mexicana de 2004 y destella sobre un fondo de 20 millones de mexicanos que sobreviven en condiciones de pobreza extrema.
El capital acumulado por los 11 magnates listados por Forbes es comparable a 5.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país. Pero eso no es todo: su poderío económico se sustenta en el control de las más grandes y rentables empresas del país. Son negocios cuyos activos ascienden a casi 100 mil millones de dólares, que representan dos terceras partes del presupuesto total que este año pretende gastar el gobierno federal.
Su riqueza personal es de tal dimensión que estos 11 megamillonarios destellan de entre los 85 mil mexicanos que tienen más de un millón de dólares en efectivo (sin considerar bienes raíces), considerados como ricos por las consultoras Merrill Lynch y CAP Gemini Ernst and Young en el Informe sobre la riqueza en el mundo 2003.
Ayer, la revista especializada Forbes dio a conocer su lista de los 500 más ricos del mundo en 2004, donde figuran 11 acaudalados mexicanos. Son los mismos que han aparecido desde 2002, pero ahora más ricos.
Como en la última década, la lista es encabezada por Carlos Slim Helú, quien aparece como el más rico no sólo del país, sino de América Latina. Ocupa el lugar 17 en el mundo, con una fortuna personal calculada en 13 mil 900 millones de dólares.
Slim Helú todavía es considerado cabeza del mayor conglomerado empresarial del país (Telmex, Grupo Carso, US Comercial Corp, América Móvil, Grupo Sanborns, Grupo Financiero Inbursa, entre otros), a pesar de que se encuentra prácticamente en retiro. Recientemente ha transferido el control de las principales empresas de su emporio, donde sólo mantiene una presidencia honoraria, aunque vitalicia.
No obstante la cesión de decisiones, el conglomerado empresarial fundado por Slim Helú es el más grande del país; sus activos ascienden a más de 651 mil millones de pesos y prácticamente representa un tercio de la Bolsa Mexicana de Valores.
En el selecto grupo también se mantiene el controvertido empresario Ricardo Salinas Pliego, presidente de Televisión Azteca, Banco Azteca y Elektra, entre otras. Este empresario enfrenta una demanda de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) por operaciones poco claras con las que supuestamente obtuvo un beneficio personal de 109 millones de dólares. A consecuencia del llamado »asunto Codisco», las empresas de Salinas Pliego podrían verse obligadas a pagar importantes multas económicas.
Sobresale en la lista de Forbes la ausencia de Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, la mayor empresa en su ramo de habla hispana en el mundo. Pero como socios accionistas tiene al propio Slim Helú y a María Asunción Aramburuzabala, quien también figura entre los millonarios del mundo.
Lorenzo Zambrano, presidente de Cementos Mexicanos (Cemex), es otro de los que se menciona en la lista de Forbes. Se le atribuye una fortuna de 3 mil 100 millones de dólares, pese a que su empresa cuenta con activos superiores a 190 mil 808.5 millones de pesos.
A Eugenio Garza Lagüera, presidente del regiomontano Grupo Alfa, conjuntamente con su familia se le atribuyen 2 mil 500 millones de dólares. La empresa a cargo de Garza Lagüera es uno de los grupos empresariales más poderosos de México, con activos registrados a septiembre de 2004 por 87 mil 884.8 millones de pesos.
En orden de importancia por el monto de su fortuna, en la lista de los mexicanos más ricos identificados por Forbes se encuentra el presidente de Grupo Peñoles, Alberto Bailleres, con 2 mil 300 millones de dólares. Este empresario acumuló recursos a partir de conformar una de las más importantes empresas dedicadas a la exploración, minado, fundición, afinación y comercialización de minerales metálicos no ferrosos. Grupo Peñoles es el mayor productor de plata del país.
Con 2 mil millones de dólares en su haber personal, Roberto Hernández se consolidó como uno de los principales millonarios del país hace 12 años, cuando con la reprivatización bancaria impulsada durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, junto con Alfredo Harp Helú, se hizo del Banco Nacional de México (Banamex). La fama de Roberto Hernández despuntó todavía más cuando en agosto de 2002, junto con su socio, vendió el banco al gigante estadunidense Citigroup. Ahora se mantiene como accionista de esta trasnacional y opera otros negocios de inversiones.
La única mujer del grupo de millonarios mexicanos es María Asunción Aramburuzabala, quien junto con su familia posee una fortuna calculada en mil 500 millones de dólares. Ese caudal fue amasado por su padre, quien fue accionista de la cervecería Modelo. Aramburuzabala mantiene una participación en el consejo de administración de esa empresa, además de acciones en Grupo Televisa y otras inversiones mediante la empresa Tresalia.
También con mil 500 millones de dólares se menciona a Carlos Peralta Quintero, heredero del emporio IUSA (Industrias Unidas SA) fundado por su padre, Alejo Peralta y Díaz Ceballos, en la población de Pastejé, en el estado de México. Su actividad principal son los productos terminados de cobre para la industria eléctrica, aunque actualmente tiene diversificadas sus inversiones en telecomunicaciones, agricultura de alto rendimiento, bienes raíces y crianza de toros de lidia.
Como el menos rico, con mil 100 millones de dólares, aparece Isaac Saba Raffoul y su familia. Encabeza el principal consorcio distribuidor de medicamentos en el país, Casa Saba, que de acuerdo con sus reportes financieros tiene activos por 6 mil 944.4 millones de pesos.
Filántropos de corazón
Figuran otros millonarios que decidieron retirarse de los negocios, como Jerónimo Arango, a quien se le atribuyen 4 mil millones de dólares. Desde 1999 es miembro del consejo de administración de la trasnacional Wal-Mart Inc.; es socio mayoritario de Cifra Wal-Mart y participa en la Fundación Mexicana para la Salud.
En la misma situación se encuentra Alfredo Harp Helú, con mil 800 millones de dólares, quien se retiró a la vida privada en el estado de Oaxaca, desde donde ha impulsado diversos proyectos de producción para apoyar a las comunidades indígenas de la entidad.
En el caso de México, la lista de Forbes presenta dos constantes. Una, que los 11 megamillonarios son los mismos desde hace tres años; otra, que la acumulación de riqueza ha llevado a más de la mitad de ellos a destinar parte del ingreso de sus empresas a obras pías.
Estos empresarios son, además, los principales empleadores del país, con una planta laboral cercana, en conjunto, a 500 mil plazas. Esto equivale a casi 5 por ciento del empleo formal registrado en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Desde la cúspide del poder económico dicen restituir a la sociedad mexicana parte de lo que les ha brindado, a través de la creación de fundaciones de ayuda, mecenazgos, e incluso con participación directa en las instituciones de asistencia privada.
Slim Helú, por ejemplo, creó las fundaciones Telmex y Soumaya; además participa en el patronato de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e indirectamente en la Fundación Televisa. Lorenzo Zambrano, por su parte, copatrocina becas para capacitación de periodistas y forma parte del grupo que apoya al equipo de futbol Tigres, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Su controversial desempeño en los negocios no impidió que Ricardo Salinas Pliego impulsara la creación de la Fundación Azteca y que desde programas transmitidos por Televisión Azteca se impulsen acciones asistenciales como el Juguetón, apoyen cada año al Teletón o bien, junto con la Fundación Telmex, se envíe ayuda a damnificados por desastres naturales.
Por su parte, Carlos Peralta Quintero también impulsó la Fundación Alejo Peralta y Díaz Ceballos, cuyo fin principal es la promoción de las expresiones culturales. Pero además, como en los tiempos de su padre, mantiene centros de capacitación, educación y becas para estudiantes indígenas de la región de Pastejé, en el estado de México.
Teoría de la relatividad
Como todo en esta vida, la fortuna también es relativa. Si bien la constelación de los 11 multimillonarios mexicanos suma en conjunto 35 mil 500 millones de dólares, esto apenas representa tres cuartas partes de la riqueza de Bill Gates, presidente de Microsoft, quien figura como el más acaudalado del mundo, según Forbes, con 46 mil 600 millones de dólares.
Pero la concentración económica de los mexicanos parece, al mismo tiempo, elevada frente a los 34 mil 300 millones de dólares que detentan los 14 mayores magnates de América Latina, mismos que están concentrados en cinco países, además de México.
En Brasil figuran seis multimillonarios, con un caudal conjunto de 12 mil 500 millones de dólares. Destacan Joseph y Moisés Safra, con 4 mil 700 millones de dólares acumulados a partir de sus negocios financieros. Los hermanos Safra son dueños del banco del mismo nombre y controlan compañías financieras en Israel, Europa y Estados Unidos, además del corporativo Aracruz Celulosa, la mayor productora de ese insumo para la industria papelera.
También están Aloysio de Andrade Faria, con 2 mil 900 millones; Julio Bozano, con mil 500 millones de dólares; Abilio dos Santos Diniz y familia, con mil 300 millones; Jorge Paulo Lemman, mil 100 millones y Lily Safra, con mil millones de dólares.
Por el monto de sus fortunas están dos venezolanos: Gustavo Cisneros, con 4 mil 600 millones de dólares y Lorenzo Mendoza, con 4 mil 100 millones.
Cisneros inició sus actividades empresariales mediante un servicio de autobuses en Caracas y actualmente centra sus negocios en las comunicaciones, donde se incluyen las compañías televisoras Venevisión, en su país natal, y Univisión en Estados Unidos. Controla además canales nacionales en Chile y Colombia. Lorenzo Mendoza, por su parte, es un empresario dedicado al ramo de bebidas y alimentos.
Adelante se menciona a tres chilenos: Andrónico Luksic, con 3 mil 400 millones de dólares, es uno de los principales propietarios de la minera Antofagasta, la compañía de cobre más grande del mundo.
Otro es Anacleto Angelini, que acumula 2 mil millones de dólares, un empresario de 90 años, que se mantiene al frente de sus negocios forestales y mineros. Eliodoro Matte, a su vez, posee 2 mil 800 millones de dólares.
Siguen dos colombianos, Luis Carlos Sarmiento, con mil 400 millones de dólares, forjó su caudal en la banca, las comunicaciones y el negocio de los bienes raíces. Con una fortuna similar, la revista Forbes menciona a Julio Mario Santo Domingo.
En Argentina, sólo figura Gregorio Pérez Companc, quien es el empresario más rico de su país. Su participación empresarial se concentra en negocios de petróleo, electricidad y agroindustriales. Es un ferviente católico y como casi todos los grandes magnates de la región, impulsa obras de beneficencia, como hospitales, templos, escuelas y hasta un enorme zoológico ubicado al norte de Buenos Aires.
Desigualdades y concentraciones
La fortuna de los 25 individuos de mayor riqueza en América Latina asciende a 69 mil 800 millones de dólares y refulge en una región que se caracteriza por la desigualdad y la concentración del ingreso.
De acuerdo con informes de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), 20 por ciento de la población en esta región concentra 60 por ciento de los ingresos. Dentro de ella México sobresale por su desigualdad. Aquí 10 por ciento de los habitantes detenta 35 por ciento del ingreso total, mientras 40 millones participan con 13.3 por ciento del ingreso nacional