El anuncio de la creación del Banco Solidario de los Pueblos del Sur, hecho en mayo último por el ministro de las Finanzas de Bolivia, Luis Arce, animó gobiernos y movimientos sociales que están en busca de fuentes alternativas de financiamiento para América Latina. Más de dos cientos movimientos, redes y organizaciones de todo el […]
El anuncio de la creación del Banco Solidario de los Pueblos del Sur, hecho en mayo último por el ministro de las Finanzas de Bolivia, Luis Arce, animó gobiernos y movimientos sociales que están en busca de fuentes alternativas de financiamiento para América Latina. Más de dos cientos movimientos, redes y organizaciones de todo el mundo ya manifestaran su apoyo en la carta a los presidentes involucrados en la creación del Banco del Sur que será presentada públicamente en Asunción, entre el 27 y el 28 de junio, en el marco de la Cumbre de los Pueblos, que ocurre paralela a la Cumbre de los presidentes del MERCOSUR.
La carta lleva la asignatura de redes, organizaciones y movimientos sociales que ven luchando contra el flagelo de la deuda externa y de las políticas y prácticas de las instituciones financieras internacionales. Para ellos, los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), están cada vez más desacreditados a causa de sus políticas e la falta de transparencia en sus prácticas.
«Creemos que el Banco del Sur debe formar parte de una respuesta regional unitaria, junto con la creación de un fondo de estabilización del Sur, una moneda común regional para fomentar el comercio intraregional y contar con mayor estabilidad monetaria», dice la carta.
Según los firmantes, la creación del Banco será una forma de contribuir para que los países latinoamericanos rompan la dependencia a mercados de capitales globalizados inciertos y altamente especulativos, propiciando la propia capacidad de reserva, la detención de fuga de capitales y la inversión de recursos en forma consistente con los derechos y las necesidades de los pueblos.
Antes que el Banco sea puesto en funcionamiento, las organizaciones piden que la apertura inmediata de instancias nacionales y regionales de información, participación y consulta, de forma a permitir una instauración democrática y consistente con la necesidad de dar prioridad absoluta a la superación de la pobreza, la marginalidad y el subdesarrollo estructural».
La definición de objetivos y direccionamiento de las acciones del Banco también están entre los pedidos de los firmantes. «Entendemos que resulta imprescindible que el Banco del Sur parta de claras definiciones en relación a sus recursos, objetivos, organización, normativa, sistema de tomas de decisión y gestión operatoria», declara la carta.
Para ellos, el Banco debe: definir como objetivo central la promoción del desarrollo propio, a la vez soberano y solidario, de los países miembros y de toda la región; integrar su capital accionario y dirección en forma igualitaria entre los países miembros; establecer explícitamente mecanismos informativos y de control público abiertos; y definir claramente que sus asignaciones crediticias serán para el fortalecimiento del sector público y social.
La iniciativa de crear el Banco del Sur, como una «alternativa financiera para la recuperación e integración económica de los países de Sudamérica», fue impulsada originalmente por los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Néstor Kirchner, de Argentina. Los presidentes de Ecuador, Bolivia, Paraguay y Brasil fueron agregando sus respaldos a la propuesta.
La sede principal de la entidad estará en Caracas e según Chávez declaró a la prensa venezolana, todos los gobiernos de América del Sur están invitados a sumarse. El presidente señaló que el tramo Bolivia-Argentina del Gasoducto del Sur, que abastecerá de gas natural venezolano a la región, será «uno de los primeros a ser financiado por el Banco del Sur»