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Más Estado menos mercado

Fuentes: Aporrea

La importante difusión que ha recibido en los espacios mediáticos globales, la crisis financiera que se desarrolla en los centros financieros más importantes del planeta, ha suscitado en nuestro país inquietud en quienes reconociéndola en su impacto global, les preocupa su incidencia sobre Venezuela. Las repercusiones de la crisis financiera sobre la economía mundial se […]

La importante difusión que ha recibido en los espacios mediáticos globales, la crisis financiera que se desarrolla en los centros financieros más importantes del planeta, ha suscitado en nuestro país inquietud en quienes reconociéndola en su impacto global, les preocupa su incidencia sobre Venezuela.

Las repercusiones de la crisis financiera sobre la economía mundial se harán sentir por dos vías, una; la de las finanzas internacionales a través de los mecanismos de endeudamiento y de inversión, y la otra; por la vía del comercio internacional, a través de las relaciones de intercambio que marcan el precio de los bienes que se transan en el mercado mundial.

En el contexto de una economía globalizada, Venezuela no será inmune a los efectos de la crisis financiera. Los mecanismos de articulación de la economía nacional a la economía global, transmiten en sí mismos, las alteraciones que se producen en los centros del poder económico, sin embargo, la economía venezolana es una de las economías latinoamericanas con mayores fortalezas para enfrentarla.

El rediseño de las políticas petrolera, cambiaria y de deuda pública, permitieron fortalecer las reservas internacionales y crear un fondo de desarrollo que facilitará enfrentar las consecuencias de la crisis.

Es menester recordar que la adopción de importantes decisiones en materia de política económica durante los últimos años, hoy protegen a Venezuela de la exposición al riesgo derivada de la crisis financiera internacional, entre ellas:

1. La defensa de la política de precios del petróleo que permitió el incremento del ingreso fiscal.

2. La modificación de la Ley del Banco Central de Venezuela para la determinación del nivel de reservas excedentarias con la finalidad de optimizar la utilización del excedente petrolero.

3. La creación del FONDEN para la dotación de equipos e infraestructura a los sectores salud y educación, el impulso de proyectos de inversión y pago de deuda externa.

4. La diversificación de riesgos en la colocación de las reservas internacionales en los mercados financieros externos, reduciendo la dependencia histórica de la concentración de inversiones en títulos e instituciones norteamericanas.

5. La restitución de la facultad reguladora de las tasas de interés al Banco Central de Venezuela, para reducir los riesgos especulativos del sector financiero y estimular el ahorro y el crédito.

6. El estimulo a la función de intermediación financiera mediante políticas de promoción del financiamiento al sector productivo, produciéndose una expansión del crédito, crecimiento de la actividad financiera y mayor rentabilidad del sector.

7. El control cambiario que ha detenido la fuga de capitales y contribuye al fortalecimiento de las reservas internacionales.

8. La modificación del perfil del endeudamiento publico, privilegiando el endeudamiento interno en relación al endeudamiento externo.

9. La amortización progresiva de deuda externa y la disminución de su importancia relativa como porcentaje del PIB.

10. Los cambios en la legislación fiscal y en las formas de asociación con el capital privado en el negocio petrolero, que incrementan la participación del Estado venezolano en la renta petrolera mediante regalías, ISLR, participación accionaria e ingresos extraordinarios por incrementos en los precios de exportación.

11. La creación de una nueva institucionalidad financiera fundamentada en la integración suramericana: Banco del Sur y Banco del ALBA, a objeto de contribuir a la construcción de la nueva arquitectura financiera internacional que reduzca las asimetrías y la dependencia financiera de la región.

Este conjunto de políticas han dotado a la economía venezolana de solidez y capacidad de maniobra para enfrentar los efectos inmediatos de la crisis financiera global, que dadas las características estructurales de la economía venezolana, deberán enfrentarse en el futuro inmediato. La probable reducción del precio del petróleo, el incremento de precios de las importaciones, variaciones en las cotizaciones de deuda externa, serán consecuencias a encarar, frente a las cuales se ha construido el andamiaje económico de respuesta.

No está en peligro nuestro sistema financiero, no existen vínculos que lo sitúen en riesgo frente al sistema financiero internacional. Las inversiones que instituciones del sistema mantienen en instituciones norteamericanas o europeas afectadas por la crisis, no representan en términos relativos, riesgos sistémicos para el sector. Los mecanismos de regulación financiera en Venezuela operan de acuerdo a las disposiciones de la normativa prudencial establecida en convenios de aceptación universal, y la especulación financiera no es característica de nuestro sistema financiero.

Ante las intencionadas predicciones del derrumbe y la catástrofe económica del país, esta la certidumbre de haber optado por menos mercado y más Estado.