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Mensaje de Islandia a Portugal

Fuentes: CADTM

En una misma semana, Europa ha podido ser testigo de dos reacciones completamente diferentes frente al problema de la deuda. En uno de sus confines, al norte, los votantes Islandeses decidieron, una vez mas, no aceptar las condiciones de pago de sus «acreedores», los gobiernos británico y holandés, tras el colapso, el 2008, de los […]

En una misma semana, Europa ha podido ser testigo de dos reacciones completamente diferentes frente al problema de la deuda. En uno de sus confines, al norte, los votantes Islandeses decidieron, una vez mas, no aceptar las condiciones de pago de sus «acreedores», los gobiernos británico y holandés, tras el colapso, el 2008, de los bancos islandeses. En el otro extremo de Europa, al sur, Portugal está siendo empujado a una terapia de choque por parte de la Unión Europea, sometiendo a los ciudadanos de este pais a toda una serie de recortes económicos que van a ocasionar unos cambios dramáticos en sus vidas.

Ni Portugal ni Islandia va a tenerlo fácil estos próximos años. Pero hay una gran diferencia entre el rechazo del pueblo islandés a, en palabras de sus presidente, «pagar por la quiebra de los bancos» y el dolor que se impone, desde el exterior, a Portugal. El Banco Central Europeo, presidido por Jean-Claude Trichet ha dejado perfectamente claro que las negociaciones sobre el futuro de Portugal están «totalmente excluidas del debate público».

La del pueblo islandés no ha sido una reacción instintiva. Son muy conscientes que la negativa a pagar no es, a corto plazo, el camino mas fácil que podían tomar. Una reclamación judicial por parte de Gran Bretaña y Holanda, la reacción negativa de los mercados de crédito y la amenaza de bloqueo de su solicitud de ingreso en la UE tendrán, sin duda alguna, un alto costo para Islandia.

Pero para los ciudadanos islandeses el criterio «ortodoxo» de como se supone que los paises deben hacer frente a sus deudas no es solo un criterio viciado sino que es profundamente injusto, como injusta es la distribución del poder y el bienestar en y entre las sociedades a que da lugar. Un votante islandes de 28 años, Thorgerdun Ásgeirsdóttir nos dijo: » Se que probablemente esto nos hará daño a nivel internacional, pero vale la pena adoptar esta postura».

Si el pueblo de un país que comulgó con la ideologia del libre mercado, de la desregularización de los mercados de capitales y del crédito barato, puede negarse a pagar por los crímenes cometidos por los bancos, entonces puede esperarse que aquellos que no lo hicieron tan bien el la época del boom financiero abracen esta postura con mayor pasión.

En Grecia la ira se está convirtiendo en un desafio constructivo al poder de las finanzas. Cientos de académicos, políticos y activistas están reclamando una Comisión de Auditoría de la deuda. Dicha Comisión debería exponer al examen público la deuda griega, en confrontación directa con el método de «puerta cerrada» con el que trabajan el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea; y del que se derivan las medidas, a menudo desastrosas, que imponen a sus paises miembros.

Como dijo un activista griego: «el pueblo que ha sido llamado a soportar los costos del programa de la UE tiene los derechos democráticos de recibir una completa información sobre la deuda pública. Una Comisión de Auditoria puede ser el inicio para corregir esta deficiencia».

Esta reivindicación está siendo reforzada por la difusión viral en la red de un corto film titulado «debtocracia» (gobierno de la deuda), que ha tenido un monumental éxito entre a la población online de Grecia, convenciéndola de que debe plantar cara a quienes pretenden que sea la ciudadania la única que soporte el pago de la deuda. Próximamente activistas de toda Europa y de los paises en desarrollo se reunirán en Atenas para elaborar un programa que desafie las políticas del FMI en Grecia.

El acuerdo sobre Portugal ha comenzado a negociarse. Como pasó con Grecia e Irlanda, el paquete de «rescate» beneficiará, en primer lugar, a los bancos de Europa Occodental, con 216 mil millones de euros en deuda pendiente con Portugal, mientras que los ciudadanos deberán soportar un programa de profundos recortes en gastos sociales, reducción de los derechos laborales y una privatizacion en masa de activos públicos. Felipe Silva, el director del Banco Corregosa, manifestó al Financial Times: «No seria una exageración llamar a esto ‘terapia de choque’.»

Las comparaciones con actuaciones llevadas a cabo en países en desarrollo son evidentes, pudiéndose facilmente advertir como se están cometiendo los mismos errores. Una y otra vez los «rescates» de estos países se centraron en salvar a los bancos, hundiendo en la pobreza a población. En la actualidad multitud de países «rescatados», desde Sierra Leona a Jamaica, vuelven a acumular importantes deudas, a causa de la tormenta financiera y bancaria desatada.

Es por eso que en Europa debe trazarse, con toda claridad una linea: Verter mas deuda en la parte superior de esta línea, banca y sistema financiero, no ayudará en nada a la recuperación económica. La deuda de Portugal es totalmente insostenible, en gran parte a causa de los créditos privados concedidos de forma totalmente imprudente durante la última década. Los responsables de esta imprudencia están siendo rescatados, los que sufren sus consecuencias, no. Esto es lo que ha rechazado el pueblo Islandés.

Traducció d’Antoni Serra Devecchi

Fuente: http://pirata.cat/bloc/?p=1521