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Mentiras verdaderas: ¿Qué hay detrás de la caída de Lula?

Fuentes: Rebelión

¿Recuerdan el tal «libro» de un «David Norman» («Introducción a la geografía») dizque para estudiantes de Junior High School, que en la «página 76», aparecía un mapa de la Amazonía como si estuviera bajo el control de los Estados Unidos? ¿Y recuerdan también, que luego se comprobó que no era más que «una gran broma […]

¿Recuerdan el tal «libro» de un «David Norman» («Introducción a la geografía») dizque para estudiantes de Junior High School, que en la «página 76», aparecía un mapa de la Amazonía como si estuviera bajo el control de los Estados Unidos?

¿Y recuerdan también, que luego se comprobó que no era más que «una gran broma pesada» y que ni el autor había escrito ese «libro» ni el texto como tal existía?

Pues resulta que quien, o quienes, hicieron el famoso montaje no estaban del todo alejados de la verdad: Hay planes serios y definidos desde el imperio, para echarle mano a la Región Amazónica.

Desde hace muchos años viene cobrando fuerza y validez el hecho de proteger las grandes reservas de agua dulce y oxígeno -entre muchas otras-, que se encuentran en la región del Amazonas. Pero ese «proteger», obviamente se cambia por «controlar», cuando es una potencia extranjera y sus corporaciones las que han fijado sus ojos en el área.

Es claro que el Plan Patriota o Plan Colombia, operan bajo la fachada de la «guerra contra las drogas»; pero su intención es internacionalizar el conflicto colombiano y afectar la seguridad en toda la zona para obligar así que se involucren en él los países vecinos. Una vez logrado este primer objetivo, necesariamente conllevaría a la creación de una «fuerza multinacional de paz», que, sobra decir bajo quién estaría su completo manejo. El imperio se «sacrificaría» por salvaguardar «la democracia y la libertad» en la región. ¿Y el segundo objetivo? Muy sencillo: ¡Venezuela!

Bases en Ecuador, presiones contra el frágil gobierno de Toledo y las fuerzas militares peruanas para que se sumen al conflicto colombiano y, ahora, el patrocinio de la caída de Lula. ¿Por qué? Vamos por partes:

Es cierto que Lula distó mucho del compromiso social que tenía con su pueblo. Que se abrazó con los neoliberales y dejó a sus verdaderos y leales amigos en el camino. Que no hizo las reformas ni aplicó los correctivos que debía haber hecho desde sus primeros días como presidente de Brasil. Que flaqueó ante una verdadera y profunda reforma agraria. Que pecó por acción u omisión en los casos de corrupción de su propio gobierno y partido. Que cohonestó el golpe de estado contra Aristide enviando sus tropas a Haití. Pero, también, es cierto que Lula representó un renacimiento de la dignidad brasilera ante las pretensiones imperiales (sólo recuérdese el caso de la reciprocidad en la reseña de ciudadanos estadounidenses en los aeropuertos). No apoyó la invasión a Irak. Se solidarizó con Cuba y Venezuela contra los embates de los acérrimos enemigos de las dos revoluciones. No cayó en la trampa de desconocer el conflicto colombiano como un conflicto social. Siempre fue un amigo para Venezuela, cuando de buscar votos en la OEA o frenar infames estrategias para demoler la Revolución Bolivariana se trataba. Con sobrada razón el presidente Chávez se lamenta: «existe un ‘ataque irresponsible’ contra su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva, ‘que tiene que venir de algún centro de planificación, del propio país o del exterior'». (Aporrea, Agosto 13/05).

Desde finales del año 2004, el gobierno de Lula ha sido constantemente torpedeado por las grandes agencias y medios de desinformación, al servicio de los intereses corporativos, que crean y sacan al aire las mentiras, para luego justificar un accionar del imperio. Verbigracia: cuando difundieron la noticia de la participación de las FARC en el secuestro y asesinato de la hija de Raúl Cubas en Paraguay: «ASUNCION (AP) – El gobierno reconoció el miércoles que en Paraguay ‘se instalaron agentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)’, pero no como guerrilleros sino como infiltrados en diferentes actividades delictivas. Añadió que no existe la posibilidad de implementar ningún plan Paraguay, similar al Plan Colombia, para combatir a la guerrilla» (Cable de la AP, marzo 16/05). Hoy tenemos bases militares de los Estados Unidos en Paraguay.

Tres noticias, que no fueron lo suficientemente difundidas, pues los sucesos en Irak se llevaban todos los titulares, demuestran claramente que se está aplicando en Brasil la misma fórmula mediática que se le aplicó a Paraguay y lo incómodo que se ha convertido Lula para los intereses imperiales (las traducciones del portugués al español son mías):

1. En un reportaje de Jornal do Brasil (marzo 6/05) se comienza a propagar la presencia de las FARC en territorio brasilero: «Una eventual invasión de las FARC o guerrilleros de Venezuela, para este oficial, es poco probable». El reportaje versa sobre una internacionalización del conflicto en Amazonas y la posible participación de los Estados Unidos para «ayudar» a Brasil. El entrevistado es un oficial del ejército brasileño, al cual no identifican (práctica común cuando de difundir mentiras se trata). Obsérvese la expresión: ou de guerrilheiros da Venezuela . Así el «oficial» dude que ocurra, sí se crea un hecho hipotético y se siembra la cizaña.

2. En O Estado de S. Paulo (marzo 9/05): «En caso de invasión -de los Estados Unidos- el ejército debe usar una ‘estrategia de resistencia’. Para oficiales del ejército brasilero, la idea de ‘Internacionalización de la Amazonía’ por los Estados Unidos no se espera dentro del actual contexto de las relaciones entre Brasil y Estados Unidos de América». Acá se están usando palabras muy claras: «Invasión» e «Internacionalización de la Amazonía«. Y, a renglón seguido, se habla del Proyecto «Calha Norte de ocupação da Amazônia e das fronteiras da região»,(Canal Norte de ocupación de la Amazonía y las fronteras de la región) un proyecto de Lula para defender la soberanía del Amazonas, al cual la derecha brasilera le pretende recortar el 90% del presupuesto, sirviendo en bandeja de plata la Región Amazónica al invasor.

3. La ultraderecha brasilera puso el grito en el cielo cuando O Globo (O país – Marzo 5/05) denunciaba que agentes de la Agencia de Inteligencia Brasilera (Abin) habían viajado a Cuba para ser entrenados por la Dirección General de Inteligencia (Policía Secreta). Dice la noticia: «Algunos congresistas protestaron contra los que consideraron un intercambio con un servicio de inteligencia de un país que no respeta la democracia y las reglas internacionales de derechos humanos, y por eso quieren explicaciones del general Jorge Armando Felix (Jefe del Gabinete de Seguridad Insitucional) y del delegado Mauro Marcelo de Lima y Silva (Director General de Abin)». Lo extraño del caso, es que esa misma ultraderecha no protestó por la presencia de agentes de los Estados Unidos en la región de la Triple Frontera (Jornal do Brasil, marzo 6/05).

Haciéndole seguimiento a las noticias, desde el mes de marzo hasta la fecha, mucho me temo que el presidente brasileño ya resulta incómodo para los futuros planes imperiales. Debilitado y derrotado, si no destituido, Lula dejará el paso libre a un comodín de la ultraderecha (como Uribe Vélez en Colombia) para que entregue el Amazonas brasilero sin resistencia.

Al engullir a Lula, las hienas cercarán a Chávez.