¿Son seguras las medicinas alternativas y en concreto la medicina tradicional china? ¿Conocemos lo suficiente su composición para poder confiar en su calidad e inocuidad? En febrero La Vanguardia publicaba con orgullo que el gobierno chino había elegido Cataluña para abrir el primer centro de medicina tradicional china. Y es que cada vez más se […]
¿Son seguras las medicinas alternativas y en concreto la medicina tradicional china? ¿Conocemos lo suficiente su composición para poder confiar en su calidad e inocuidad?
En febrero La Vanguardia publicaba con orgullo que el gobierno chino había elegido Cataluña para abrir el primer centro de medicina tradicional china. Y es que cada vez más se utilizan las hierbas medicinales chinas como una supuesta alternativa a la medicina llamada occidental que está, mejor o peor, regulada.
Uno de los argumentos más utilizados tanto para la medicina tradicional china como en otras pseudoterapias como la homeopatía es su carácter tradicional y milenario.
En muchas otras ocasiones he hablado de la falta de probada eficacia de estas supuestas medicinas, basadas en creencias y en un falso empirismo cuando en realidad es más bien placebo.
En el caso de las hierbas y otros compuestos, es más complejo, porque hablamos de una variedad enorme de compuestos, de concentraciones y efectos desconocidos, donde placebo y efecto biológico se entremezclan. Del ginseng al hueso de tigre triturado.
El caso de la homeopatía está bien estudiado y totalmente descartado, sin embargo el de las hierbas sí que hay estudiarlo de cerca porque ahí sí que existe un principio activo que ejerce (o puede ejercer) un efecto biológico, que no dudo en muchas ocasiones será beneficioso, pero que sin los estudios médicos, químicos y biológicos adecuados puede ser nocivo.
Yo, cuando toca, critico a la industria farmacéutica, las consecuencias del ansia de beneficio por encima del bienestar de las personas lleva a prácticas muy perjudiciales, y la muerte de miles de personas por los medicamentos. Y con cierta razón miles de personas están renegando de ellas, y dejando de utilizar medicamentos, vacunas (porque tienen aluminio), y yéndose a lo «natural.»
Por suerte nuestras sociedades se ha dotado de una serie de medidas de control que buenamente funcionan para que las empresas alimenticias, químicas o farmacéuticas no nos envenenen en sus ansias de beneficio. Por ello se retiran muchísimos juguetes por ser tóxicos, se controlan alimentos, pastas de dientes, aguas, etc, para ver si contienen metales pesados, toxinas o venenos por encima de lo que se considera médicamente aceptable. Con estos controles públicos de la calidad sanitaria de lo que consumimos (siempre mejorable), no permitiríamos que nuestra agua, los chupetes, o la aspirina tuviera mercurio, arsénico u otros metales pesados, ¿verdad?
El pasado enero unos investigadores japoneses publicaron un estudio químico que demostraba que 30 medicinas e hierbas medicinales tradicionales chinas de consumo internacional contenían grandes cantidades de mercurio, arsénico y otros contaminantes como el cobalto y el cromo, que aunque en pequeñas cantidades son nocivas cuando su uso es continuado.
Estas medicinas que los investigadores compraron por internet a compañías muy conocidas no tenían ningún folleto que describiera la composición de las mismas.
Uno de los componentes más utilizados en estas medicinas es el rejalgar, compuesto en el 70% de arsénico, un veneno muy potente. Aunque este arsénico no es activo porque está unido a azufre de manera química, sí existe un porcentaje que está libre y además es descompuesto en cierta medida por los ácidos del estómago.
Creo que hay que resaltar que los investigadores han utilizado dos métodos distintos para detectar esos contaminantes y que han utilizado los controles adecuados: Hierbas que ya se sabía estaban contaminadas, algunas han salido negativas, las mismas medicinas de distintas compañías, y diferentes pedidos de la misma compañía, producidas en distintos países, etc. Indicando la fiabilidad del estudio.
Los investigadores concluyen que
-Las concentraciones de los venenos en estas medicinas difieren entre pedidos y como no tienen prospecto son desconocidas por el consumidor.
-Las cantidades de los ingredientes primarios variaban entre muestras y marcas.
-Una de las medicinas era específica para niños, y no hay estudios que evalúen los posibles efectos nocivos de estos venenos sobre niños.
Como decía, el arsénico y el mercurio están «secuestrados» mediante el azufre, pero han hecho pruebas para ver si se puede alterar en el pH bajo del estómago. Y efectivamente, el arsénico, tras su disolución se convierte en ácido arsénico que sí puede ser bioactivo. Además, en el caso del mercurio los investigadores indican que, a diferencia de otros elementos, sus niveles están por encima de los encontrados normalmente en la naturaleza. Y es que el 50% del mercurio emitido a la atmósfera por el hombre se da en el este de Asia, donde se crecen esas plantas.
Os preguntaréis que si estas hierbas fueran tóxicas no se habrían utilizado por miles de años. Las hierbas sí son las mismas, pero el ambiente (y las cantidades) donde se cultivan sí que han cambiado muchísimo.
Muchísima gente está abandonando el uso de medicamentos para pasarse a pseudoterapias por el carácter a menudo tóxico o innecesario de los primeros. No deja de ser curioso que por ejemplo uno de los motivos por los que la gente no quiere vacunar a sus niños es por la presencia de aluminio en las vacunas. Sin embargo perciben como inocuo y sin efectos secundarios unos productos, con nombres extraños y orientales, vendidos como tradicionales, naturales e inocuos, cuando sin embargo no lo son, que además, no están sujetos a controles sanitarios.
Pienso que sin la información adecuada, se debería prohibir la venta de medicamentos cuya inocuidad no haya sido probada y que además provoca intoxicaciones en niños en Madrid.