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El libre comercio acabó con el control y no hay forma de proteger a consumidores

México: Aumentan los precios en forma constante e imparable

Fuentes: La Jornada

Con la entrada del libre comercio a México se acabó el control de precios sobre los productos alimenticios y, con ello, una forma de proteger a los consumidores, quienes tienen que enfrentar incrementos en apariencia minúsculos pero constantes que al cabo de semanas afectan su economía. Aunado a ello están las significativas variaciones de precios […]

Con la entrada del libre comercio a México se acabó el control de precios sobre los productos alimenticios y, con ello, una forma de proteger a los consumidores, quienes tienen que enfrentar incrementos en apariencia minúsculos pero constantes que al cabo de semanas afectan su economía.

Aunado a ello están las significativas variaciones de precios de productos similares de un centro comercial a otro, y aunque siempre está la opción de comprar en el mercado o el tianguis de la colonia, el agravio para el consumidor allí radica en que los kilos son de 800 o 900 gramos.

Ante estas circunstancias, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) sólo puede auxiliar a los mexicanos con operativos de verificación y vigilancia de precios y medidas, así como con una guía de los precios mínimos y máximos de los productos que se venden en centros comerciales, autoservicios y centrales de abasto, toda vez que sólo el precio del gas doméstico está controlado.

Bajo las leyes del libre mercado los mexicanos pueden encontrar que el kilo de jitomate saladet se vende entre 6 y 8 pesos por kilo, mientras el jitomate Sinaloa está entre 29 y 39 pesos. En un tianguis se pueden comprar 3 kilos de mandarinas por 10 pesos, mientras en un autoservicio cada kilo cuesta 6 pesos. Un kilo de milanesa de res se puede comprar entre 50 hasta 70 pesos, dependiendo del lugar.

De acuerdo con información del Banco de México, durante noviembre pasado la inflación general fue de 0.85 por ciento debido al incremento de precios de frutas y verduras, lo que propició que la inflación acumulada se ubicara en 4.97 por ciento. Los productos que más se encarecieron fueron el jitomate, granos, alimentos procesados y gas licuado de petróleo.

En pesos y centavos esto quiere decir que en cuestión de dos o tres semanas los mexicanos tuvieron que pagar de 10 a 15 pesos más en productos para su alimentación básica, sin considerar los productos para las celebraciones decembrinas, en el caso de quienes pudieron adquirirlos.

Ahora que las fiestas terminaron, la cuesta de enero no será ligera ya que si bien algunos productos como los jitomates, mandarinas, cebollas y naranjas han mostrado algún descenso, otros como la carne y el pollo mantienen su tendencia alcista.

De esta manera, los consumidores tendrán que pagar entre 11 y 19 pesos por un kilo de aguacate -dependiendo del lugar en el que acostumbren hacer sus compras-; entre 4 y 7.50 por un frasco de alimento preparado para niño; entre 6 y 16 pesos por un kilo de calabazas; entre 25 y 66 pesos por un kilo de chile de árbol y de 10 a 24 pesos por cada kilo de ejotes.

El kilo de frijol, básico en la dieta de los mexicanos, puede fluctuar entre los 6 y 27 pesos; la misma cantidad de limones se venden entre 7 y 17 pesos; la bolsa de medio kilo de lentejas se encuentra entre 6 y casi 9 pesos; el kilo de naranjas está entre 2 y 5.50 pesos; el de nopales va de los 6.50 a 15.90 pesos.

La carne, cada vez menos accesible para el bolsillo, puede encontrarse en precios que van de los 69 a 79 pesos por kilo de milanesa de res, o de los 24 a los 35 pesos por kilo de pierna o muslo de pollo, de tal forma que las vísceras como hígado, panza, pata o menudencias, son las opciones para alimentar a las familias, ya que el kilo de algunos de estos productos varían entre los 9 y 12 pesos como resultado del incremento diario de precios.