Comenzamos 2005 con nuevos propósitos individuales y colectivos, privados y públicos. Pero a no pocos de nuestros gobernantes pareciera que la imaginación se les empieza a agotar. Por ejemplo: se insistió machaconamente en la primera emisión del programa radiofónico más costoso para el erario público, Fox contigo, que ‘Lo mejor del sexenio está por venir’.¡Qué […]
Comenzamos 2005 con nuevos propósitos individuales y colectivos, privados y públicos. Pero a no pocos de nuestros gobernantes pareciera que la imaginación se les empieza a agotar. Por ejemplo: se insistió machaconamente en la primera emisión del programa radiofónico más costoso para el erario público, Fox contigo, que ‘Lo mejor del sexenio está por venir’.
¡Qué así sea! Pero no tenemos derecho a vivir de las promesas que nos ofrece el todavía mejor vendedor ilusiones con que cuenta México: Vicente Fox Quesada y su gabinetazo.
No tenemos derecho a engañar y menos aún a engañarnos porque nuestros rezagos son históricos y nuestros problemas como país monumentales. Y a esta altura de la vida y del sexenio el realismo es la mejor medicina para mejorar, aunque sea unos cuantos pasos, pero firmes, en su solución.
En materia de seguridad social, por ejemplo, nuestro rezago es del siguiente tamaño: con una población económicamente activa de 42.4 millones de personas, 30 millones de trabajadores carecen de seguridad social y sólo disponen de ella 12.3 millones de asalariados, lo que representa el 29.1 por ciento de ese total. México se sitúa como el país con el mayor número de asalariados desprotegidos de una muestra comparativa de naciones de diferentes continentes como Estados Unidos, Australia, Canadá, Reino Unido, China -la estigmatizada por empresarios mexicanos y Fernando Canales Clariond por proteger el trabajo esclavo y por antidemocrática–, Francia, Argentina, Japón y Chile.
La muestra comparativa del Centro de Investigaciones Estratégicas para México, un organismo independiente integrado por instituciones de educación superior públicas y privadas, coloca en el mismo plano a países del llamado primer mundo y del tercero. Podríamos desagregarlos y establecer la comparación con nuestros pares, Argentina y Chile, y el resultado es patético: con 66 y 32.7 por ciento de los trabajadores asegurados respectivamente, frente al 29.1 mexicano.
Pese a la enorme ventaja mexicana del bono demográfico, es decir, la mayor parte de la población trabajadora es joven, nuestro país tiene con mucho el número más alto de adultos mayores desprotegidos, pues de los 5 millones de viejos sólo 2 millones 134 mil personas son jubiladas, 42 por ciento de esa población.
Con 22 años de políticas públicas de desmantelamiento de la seguridad social, inauguradas por Miguel de la Madrid, no es extraño que seamos el país con más bajo gasto en salud, 2.5 por ciento como proporción del producto interno bruto, mientras que Argentina y Chile destinan respectivamente 5.1 y 3.1 por ciento del PIB.
Y por supuesto que en el número de camas por hospital también ocupamos el último lugar : 1.1 camas por cada mil habitantes frente al 3.1 de Argentina, 2.3 de China y 1.5 de Chile.
A pesar de que el informe, hecho en base cifras oficiales, establece que el gasto de los derechohabientes se ha incrementado de manera sustancial durante el gobierno de Fox Quesada con un presupuesto de más de 96 mil millones de pesos en 2000 a 111 mil 793 millones de pesos al cierre de 2002, no deja de advertir: Existen ‘demasiadas luces rojas en el sistema de seguridad social’ mexicano.
Acuse de recibo. La sindicalista María Elena Villatoro y los colegas César Vázquez Chagoya y Ramsés Ancira agradecen el envío de Utopía… Alfonso Ramos Barclay sugiere que Televisa o Monitor organicen la consulta sobre la permanencia o no de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno del Distrito Federal.