El viernes 21 de junio culminó la visita a Venezuela de la Dra. Michelle Bachelet en su calidad de Alta Representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Las reacciones de su visita fueron de todo signo y calibre, pero poca gente se enteró, porque como Bachelet no dijo exactamente lo que los medios […]
El viernes 21 de junio culminó la visita a Venezuela de la Dra. Michelle Bachelet en su calidad de Alta Representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Las reacciones de su visita fueron de todo signo y calibre, pero poca gente se enteró, porque como Bachelet no dijo exactamente lo que los medios hegemónicos esperaban, simplemente la silenciaron. Sin embargo, este jueves 4 de julio se presentó en Ginebra su informe relativo a la situación de Venezuela y las repercusiones mediáticas globales son inmediatas.
¿Por qué la diferencia en el trato dado por los medios a la Dra. Bachelet en la mediática internacional? Porque esta vez sí dijo lo que los medios hegemónicos -que son propiedad del capital internacional, que son los dueños de los gobiernos imperialistas, que son los dueños de los actores políticos de la derecha venezolana- querían que dijera.
Invitada por el presidente Nicolás Maduro, Bachelet se reunió con representantes de la sociedad civil, partidos políticos, los titulares de los poderes del Estado, vicepresidentes sectoriales, ministros y se reunió también con representantes de los diversos organismos que componen el sistema de Naciones Unidas en Venezuela.
La expresidenta chilena, quien fue víctima del terrorismo de Estado en su propio país durante la dictadura fascista que encabezó Augusto Pinochet, se reunió con representantes de los detenidos a raíz de las manifestaciones extremadamente violentas conocidas como guarimbas (que se consideran a sí mismos presos políticos) y también con integrantes del Comité de Víctimas de la Guarimba y el Golpe Continuado, integrado por las víctimas y familiares de las víctimas de los primeros.
Entre las autoridades con las que se reunió estuvo el presidente Nicolás Maduro, que como decíamos fue quien invitó a la Alta Comisionada, quien valoró de forma altamente positiva la visita de la funcionaria internacional.
Tras sostener un encuentro de casi dos horas en el Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo), Maduro sostuvo: «Hemos dado un primer paso de acercamiento para una relación fluida, de cooperación, por los derechos humanos del pueblo venezolano».
Bachelet «ha tenido una agenda intensa, con plena libertad para reunirse con todos los sectores del país», aseguró el Presidente, quien señaló la diferencia con la gestión del anterior Alto Comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein, del Reino de Jordania, quien ocupó el cargo entre 2014 y 2018.
Al culminar su visita a Venezuela, ya en el Aeropuerto Simón Bolívar, Bachelet dio una declaración que puede leer completamente en https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=24722&LangID=S.
«Hemos alcanzado un acuerdo con el Gobierno para que un pequeño equipo de dos oficiales de derechos humanos permanezca aquí, con el mandato de proveer asistencia y asesoría técnica y, muy importante, continuar monitoreando la situación de derechos humanos en Venezuela (…) El Gobierno también ha aceptado que mi equipo tenga acceso pleno a los centros de detención para poder monitorear las condiciones de detención y hablar confidencialmente con los privados de libertad», informó Bachelet.
Al mismo tiempo, celebró la liberación de algunos dirigentes opositores que habían participado de la organización de las guarimbas que se realizó días antes de la llegada de la Alta Comisionada.
«He escuchado las voces de los manifestantes que luchan por la protección de sus derechos, y las de aquellos que buscan reparación por el daño que han sufrido. He encontrado a representantes de la sociedad civil, sindicalistas, líderes religiosos, empresarios, y académicos de todo el espectro socio-económico y político. Me he entrevistado con representantes de la comunidad internacional y con las agencias de las Naciones Unidas en Venezuela. Todos me han transmitido como la situación humanitaria en Venezuela se ha deteriorado de forma extraordinaria, incluyendo el derecho a la alimentación, el agua, la salud, la educación y otros derechos económicos y sociales. El Gobierno ha lanzado proyectos en un esfuerzo de asegurar acceso universal a programas sociales, para lo que ha dedicado el 75 por ciento del presupuesto nacional. Sin embargo, hemos oído el testimonio de venezolanos, que a pesar de tener un empleo – muchos en el sector público – enfrentan dificultades para adquirir medicinas o comida», agregó la funcionaria internacional.
«Las causas de esta inmensa crisis económica -la cual se ha exacerbado dramáticamente desde 2013- son diversas, y he hablado con el Estado sobre la necesidad de resolverlas urgentemente con el apoyo de las agencias de las Naciones Unidas que recientemente han podido reforzar su presencia en Venezuela. Me preocupa que las sanciones impuestas este año por Estados Unidos sobre las exportaciones de petróleo y el comercio de oro están exacerbando y agravando la preexistente crisis económica«, cuestionó la Alta Comisionada.
Finalmente, Bachelet hizo un encendido llamado al diálogo: «He apelado a todos los líderes políticos a que participen constructivamente con el diálogo facilitado por Noruega y con cualquier otro esfuerzo para intentar enfrentar la actual situación política en Venezuela», a costa de que se deteriore aún más la situación, aclaró.
Quienes esperaban que Bachelet se plegara en esa oportunidad al discurso del gobierno de Estados Unidos y sus aliados, al del infame Luis Almagro (secretario general de la OEA) y el Grupo de Lima se quedaron con las ganas. Y la mediática internacional se lo cobró. La acusaron más o menos de todo.
Sin embargo, este jueves Bachelet planteó un extenso informe absolutamente desbalanceado (lo puede leer completo en https://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/RegularSessions/Session41/Documents/A_HRC_41_18_SP.docx). Ya no condenó el bloqueo, sino que se pliega al discurso de que el Gobierno venezolano se estaría escudando en este bloqueo para no cumplir con sus obligaciones de garantizar comida y alimentos y va más allá al adjudicarle la intención de tomar estas acciones como medida de «control social».
Pero Bachelet va más allá aún. El informe niega, minimiza o cuestiona todas las políticas sociales de la Revolución Bolivariana y sus mecanismos para garantizar el acceso de todas y todos a todos lo derechos políticos, civiles, sociales, económicos y culturales, de los que hemos dado cuenta ampliamente en esta columna.
La respuesta del Gobierno Bolivariano a la versión preliminar de este informe, que puede leer completamente en https://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/RegularSessions/Session41/Documents/A_HRC_41_18_Add.1.docx, señala los errores e imprecisiones del informe (al menos 70 observaciones), expresa su preocupación por la falta de imparcialidad y objetividad que muestran aquellos y señala: «es especialmente preocupante que el 82% de las entrevistas utilizadas por la OACNUDH para fundamentar su informe se correspondan con personas ubicadas fuera del territorio de la República Bolivariana de Venezuela, especialmente tomando en cuenta que dicha Oficina realizó dos visitas al país durante el año 2019, la primera de ella en el mes de marzo con una duración de 12 días y la segunda entre el 19 y 22 de junio, por parte de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos«.
En fin, parece que la Dra. Bachelet, a pesar de haber generado expectativas de un informe equilibrado, que hubiera sido un instrumento y guía de trabajo para el Estado venezolano para la promoción de los derechos humanos, eligió asumir el camino menos difícil, el camino que será aplaudido por los grandes medios, el camino que le marcaron otros. Eligió ponerse del lado de los dueños.