Solo a manos de Escuadrones de la muerte que trabajan para el ministerio del Interior, cientos de iraquíes están siendo torturados hasta la muerte o ejecutados sumariamente todos los meses en Bagdad, según ha revelado el responsable saliente de Naciones Unidas (NNUU) para los Derechos Humanos, John Pace. Pace, que abandonó Bagdad hace dos semanas, […]
Solo a manos de Escuadrones de la muerte que trabajan para el ministerio del Interior, cientos de iraquíes están siendo torturados hasta la muerte o ejecutados sumariamente todos los meses en Bagdad, según ha revelado el responsable saliente de Naciones Unidas (NNUU) para los Derechos Humanos, John Pace. Pace, que abandonó Bagdad hace dos semanas, manifestó el domingo [26 de febrero] que más de las tres cuartas partes de los cadáveres amontonados en la morgue de la ciudad tienen lesiones por disparos en la cabeza o heridas causadas por objetos contundentes o quemaduras de cigarrillos. La mayoría de los asesinatos, afirma, han sido perpetrados por grupos confesionales chiíes bajo el control del ministerio del Interior.
Pace y su equipo obtuvieron la mayor parte de los datos estadísticos gracias al Instituto Medico-Forense de Bagdad [1], que está situado al lado de la morgue. Pace afirma que las cifras muestran que el pasado mes de julio [de 2005] sólo la morgue recibió 1.100 cadáveres, de los cuales unos 900 portaban signos de tortura o de ejecuciones sumarias. Esta tasa prevaleció durante todo el año, hasta el mes de diciembre, cuando el número de cadáveres descendió hasta los 780, de los cuales 400 tenían disparos o lesiones por tortura. «Estos asesinatos son perpetrados por quienes quiere eliminar a determinadas personas por diversas razones», afirmó Pace que ha trabajado para NNUU durante 40 años en países que van desde Liberia hasta Chile. «Pero el grueso [de los asesinatos] se deben atribuir a agentes del ministerio del Interior».
Alentando la guerra sectaria
Parejo a los atentados suicidas y a los ataques contra lugares sagrados chiíes llevados a cabo por algunos sunnies seguidores de Abu Musab al-Zarqawi, el líder de Al Qaeda en Iraq, las actividades de los Escuadrones de la muerte están empujando a Iraq cada vez más cerca de una guerra civil sectaria. Pace afirma que el ministerio del Interior está «[…] actuando como un elemento criminal dentro del gobierno». [Este ministerio] está controlado por el principal partido chií, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII); el ministro del interior, Bayan Yaber, es un antiguo dirigente de las milicias Brigadas Badr del CSRI, que es uno de los principales grupos acusados de perpetrar asesinatos sectarios [2]. Otro grupo [acusado de asesinatos sectarios] es el Ejército Mahdi, del joven clérigo Moqtada al-Sader, que forma parte de la coalición chií [Alianza Unida Iraquí], que pretende formar gobierno tras la victoria electoral de mediados de diciembre [2005] [3].
Se sospecha que muchos de los 110.000 policías y comandos policiales bajo control del ministerio son antiguos miembros de las milicias Badr. No sólo las unidades contra la resistencia, como la Brigada Lobo, Escorpión y Tigre, sino los comandos e incluso las patrullas de carretera de la policía, están acusados de actuar como Escuadrones de la muerte. Los comandos paramilitares, vestidos con uniformes de camuflaje y patrullando en camionetas, amenazan los barrios sunnies. Con frecuencia, personas que han detenido a plena luz del día se las encuentra días más tarde asesinadas y sus cadáveres con marcas de tortura [4].
Círculo vicioso
Pace, un australiano de origen maltés que ahora se ha jubilado de su trabajo en NNUU para volver a Sydney, afirma que la violencia constante y una extrema falta de seguridad en Iraq están creando un círculo vicioso en el cual los ciudadanos de a pie vuelven su mirada hacia los grupos extremistas sectarios en busca de protección. El miedo frente a cualquiera que lleve uniforme aumenta inevitablemente el poder de las milicias y de la resistencia. En zonas sunníes la gente busca su propia defensa, pero no en el ejército ni en la policía.
Sin embargo, los sunníes de a pie se encuentran en medio de los Escuadrones de la muerte y del deseo de algunos sectores insurgentes sunníes de iniciar una guerra civil, un objetivo que ahora no está tan lejos de lograrse. Los denominados salafistas, sunníes fundamentalistas [5], no solo quieren expulsar a los estadounidenses sino además construir un Estado islámico puro. Consideran a los iraquíes chiíes, a pesar de que conforman el 60% de la población, herejes aliados con EEUU que deberían morir.
El atentado contra la Mezquita Dorada [de Samarra] es el último de una larga serie de ultrajes contra la comunidad chií. [Estos] empezaron en agosto de 2003 cuando asesinaron a Mohamad Baqr al-Hakim, el entonces dirigente del CSRII, en un atentado suicida que mató a más de 100 de sus seguidores a las afueras de la mezquita del Imán Ali en Nayaf. Desde entonces, las masacres se han repetido contra los chiíes, algunas de las cuales tenían como objetivo las fuerzas de seguridad, como los atentados en las colas de los jóvenes que intentaban alistarse en la policía o en el ejército, pero otras, como los asesinatos de trabajadores en las colas de las oficinas de empleo, no tenían más razón que la de ser chiíes.
El actual círculo de violencia, que dio comienzo en el lugar santo de Askariya en Samarra el viernes [24 de febrero], se ha llevado al menos 200 vidas, que incluyen las de los 47 trabajadores empujados fuera de los autobuses y disparados a las afueras de Bagdad [6]. Estos son el tipo de asesinatos que desencadenaron la guerra civil de Líbano en 1975. En Bagdad ya se está produciendo un movimiento de población, puesto que miembros de cada comunidad se están trasladando a barrios en los que su comunidad es mayoritaria.
Limitada capacidad
La capacidad de los ocupantes estadounidenses para influir en la situación no es solo limitada, sino que sus acciones están empeorando las cosas. Los estadounidenses han intentado destituir a Bayan Yaber como ministro del Interior, acusándole de convertir el ministerio en un bastión chií, pero el confesionalismo político chií cree que EEUU y sus aliados, los kurdos, simplemente quieren evitar que la comunidad mayoritaria controle los aparatos de seguridad, a pesar de haber ganado dos elecciones parlamentarias en [enero y diciembre de] 2005.
Un hecho destacable en los días pasados es que se ha quedado clara la imposibilidad de utilizar tropas estadounidenses o británicas para mantener la paz, desestimando así los argumentos de que ellos son el único freno contra la guerra civil [7]. Las fuerzas de ocupación carecen de legitimidad para jugar el papel de pacificador de NNUU: es casi imposible tener soldados estadounidenses defendiendo una mezquita sunní contra una multitud chií, porque si abren fuego se les asociará a un bando en una lucha sectaria.
Según Pace, la violencia en Iraq es cada vez peor por las detenciones sufren los jóvenes iraquíes a manos de las tropas estadounidenses y de la policía iraquí cuando van de ciudad en ciudad asaltando casas:
«La gran mayoría son inocentes», dice «pero con frecuencia no los liberan hasta pasados varios meses. Haciendo lo que están haciendo no se acaba con el terrorismo. Las intervenciones militares provocan graves problemas humanitarios y de derechos humamos a un gran número de civiles inocentes. […] El resultado es que esos individuos se convierten en terroristas después de su detención.»
En tales circunstancias los miembros de la familia a menudo se ponen en contacto con funcionarios de NNUU para que les ayuden a sacar del país al joven y alejarle de la influencia de los resistentes que ha conocido en la cárcel. Ellos están entre los muchos iraquíes que abandonan el país a consecuencia de la violencia. «Los que tienen dinero se van a Jordania; los pobres a Siria», afirma Pace.
Pace, que realizó sus declaraciones para el diario The Times de Malta, manifestó que la situación en Iraq es «definitiva, definitivamente» peor que hace dos años cuando él coordinaba el equipo de Derechos Humanos de NNUU. El gobierno interino y la comunidad internacional han estado intentando restaurar la maltrecha economía del país, pero, manifiesta Pace no lo lograrán hasta que «las personas estén seguras».
Notas de IraqSolidaridad:
1. Su director, Faik Bakir, ha escapado de Iraq por medio a represalias por haber revelado que más de 7.000 personas han muerto a manos de Escuadrones de la muerte en los últimos meses (The Guardian, 2 de marzo, 2006). 2. Véase en IraqSolidaridad: Loles Oliván: Irán en Iraq, una amenaza a la hegemonía de EEUU y enlaces relacionados. 3. Ciertamente, en estas semanas los representantes de as-Sader precisamente están defendiendo el mantenimiento de Yaafari como nuevo primer ministro de Iraq, frente al rechazo del bloque kurdo y de los partidos sunníes asociados al proceso político auspiciado por EEUU. 4. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: ¿A quién beneficia ¿A quién beneficia la violencia sectaria en Iraq? – Declaración del FPNI sobre operativos de los cuerpos de seguridad iraquíes en Bagdad y su periferia 5. O taqfiristas. Sobre los enfrentamientos con la resistencia de le red de al-Zarqaui; véase en IraqSolidaridad: Al Qaeda asesina al alcalde de Faluya, el ‘sheij’ al-Nazar al-Duleimi. La resistencia crea una organización unificada en al-Anbar para hacer frente a la red de al-Zarqaui y enlaces relacionados. 6. Chiíes y sunníes, asesinados cuando iban a manifestarse por la voladura de la mezquita de Samarra. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: ¿A quién beneficia ¿A quién beneficia la violencia sectaria en Iraq? – Declaración del FPNI sobre operativos de los cuerpos de seguridad iraquíes en Bagdad y su periferia 7. Véase en IraqSolidaridad el texto adjunto en la columna derecha de esta misma página.
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde.
IraqSolidaridad (www.iraqsolidaridad.org).