Vía Campesina reitera que la Organización Mundial de Comercio (OMC) no debe tratar el ámbito agrario. Cuba señala que no se puede avanzar en las negociaciones mientras no existan garantías de que los subsidios agrícolas en los países ricos no se reduzcan significativamente. La séptima conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que […]
Vía Campesina reitera que la Organización Mundial de Comercio (OMC) no debe tratar el ámbito agrario. Cuba señala que no se puede avanzar en las negociaciones mientras no existan garantías de que los subsidios agrícolas en los países ricos no se reduzcan significativamente.
La séptima conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se lleva a cabo en Ginebra desde el 30 de noviembre hasta el 2 de diciembre, se cumple justo en el décimo aniversario de las protestas civiles que descarrilaron a la OMC en Seattle, Estados Unidos. Diez años más tarde, el movimiento altermundialista volvió a levantar sus voces denunciando que las políticas del organismo han tenido graves repercusiones económicas, ambientales y sociales en todo el planeta.
Una importante delegación de La Vía Campesina estuvo presente en las protestas que se desarrollaron el pasado 28 de noviembre por las calles de Ginebra. Cerca de 5000 personas participaron en la macha, aunque la policía suiza dijo que eran unas 3.000. Durante la manifestación, un pequeño grupo de personas rompió vitrinas de bancos, comercios y hoteles, aspecto que fue destacado ampliamente por los periódicos.
«El objetivo de toda esta gente, así como el de la Vía Campesina, fue manifestarnos de forma no violenta aunque con un mensaje sólido y radical sobre la OMC», señala un comunicado de la organización mundial de pequeños agricultores y pueblos originarios. «Dadas las dramáticas consecuencias de la liberalización sobre la agricultura campesina en todo el mundo, pedimos que la OMC abandone el ámbito agrario. Fue una lástima que la violencia desarrollada durante la manifestación no nos haya permitido proclamar nuestro mensaje en frente del edificio de la OMC en Ginebra», agrega el comunicado.
«Sin ignorar los eventos acontecidos, nos gustaría remarcar que otro tipo de violencia – social, política y económica – es sufrida a diario por una gran parte de la población mundial, campesinos incluidos», continúa la Vía Campesina. «No olvidemos que mil millones de personas no tienen acceso a una dieta suficiente; que decisiones políticas violentas criminalizan casi a diario los movimientos sociales», agregó.
No habrá declaración final
«Ningún acuerdo es mejor que un mal acuerdo, y eso es lo que hay en la mesa hasta el momento», explicó Nathan Irumba, que fue embajador de Uganda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) entre 1996 y 2004. «La OMC, el sistema multilateral de comercio y el entorno económico mundial actual», es el tema general de las discusiones. En dos sesiones de trabajo se debaten otros dos subtemas: «Examen de las actividades de la OMC, incluido el Programa de Doha para el desarrollo», y «La contribución de la OMC a la recuperación, el crecimiento y el desarrollo».
Varias organizaciones no gubernamentales expresaron sus dudas sobre la reunión. Denunciaron la falta de claridad sobre el estatuto jurídico de la cumbre: no habrá una declaración final, sólo un discurso de clausura, a cargo del Director General, Pascal Lamy. Otro aspecto poco débil de la Cumbre, destacó la ONG italiana Mani Tese, es que las sesiones se realizarán bajo las condiciones impuestas por el Consejo de Asuntos Generales, lo que implica que serán reservadas y prohibidas para las ONG. En el primer día de la Séptima Conferencia Ministerial de la OMC, el jefe de la institución, Pascal Lamy, comentó que «un nuevo acuerdo mundial de comercio podría proteger a la economía de futuras crisis» y pidió acelerar el ritmo dentro de la Ronda de Doha. «Dado el ritmo actual, si quieren llegar a un acuerdo en 2010, necesitaremos una aceleración», mencionó Lamy en referencia a los 153 países miembros de la OMC, que apuntan a concluir la Ronda de Doha en 2010, tras años de desacuerdos, e instó a los Miembros a que hicieran suyo el proverbio «la unión hace la fuerza».
Las negociaciones de la Ronda de Doha no están en la agenda formal del encuentro de esta semana, porque Lamy y otras autoridades creen que las conversaciones no están listas para una reunión de alto nivel, puntualizando que «un acuerdo no sería posible hasta que todos los miembros sintieran que podían poner sus cartas sobre la mesa. No se trata sólo de los beneficios económicos que traerá consigo, sino también de nuestra capacidad y determinación colectivas de salvaguardar y fortalecer el bien público mundial que es el sistema multilateral de comercio», añadió.
Abandonar la Ronda de Doha
Sobre la Ronda, lanzada en noviembre de 2001 en Doha, la capital del Qatar, con el objetivo de «impulsar el desarrollo económico a través de una liberalización del comercio», activistas y organizaciones de la sociedad civil, como la Rede Brasileira Pela Integração dos Povos (REBRIP), dijeron que es mejor que los países en desarrollo se retiren de la Ronda de Doha antes que aceptar dolorosos recortes de aranceles.
Miembros de la red global Nuestro Mundo No Está en Venta (OWINFS, por sus siglas inglés) organizaron una rueda de prensa en la que se destacaron los vínculos entre las políticas de libre comercio y las múltiples crisis que enfrenta el mundo actualmente. Representantes de cuatro continentes mostraron cómo el modelo de liberalización de comercio que la OMC sigue promoviendo ha tenido efectos devastadores sobre comunidades en el mundo entero y cómo contribuyó a empeorar dramáticamente la explotación de mujeres y el acceso a los alimentos, además del desempleo y la crisis financiera.
Graciela Rodriguez, representante de International Gender and Trade Network (IGTN), afirmó que «la liberalización progresiva del comercio e inversión impulsados por el modelo neoliberal en las últimas décadas no solamente no ha promovido desarrollo como fue prometido, sino que ha sido determinante en la actual crisis global. Es la misma liberalización y desregulación que empeoró la división internacional del trabajo a partir de la promoción del modelo de exportación de recursos naturales, materias primas y energía de los países del Sur. Este mismo modelo internacional de comercio sigue expandiéndose, en búsqueda de mano de obra barata, aprovechándose de las desigualdades de género para bajar los salarios globales en las últimas décadas».
Cuba: eliminar las ayudas que distorsionan el comercio
Las críticas contra la OMC y su agenda de libre comercio están más vivas que nunca, después de que muchos atribuyeran la fuerte recesión global a la falta de regulación y al gran poder de los mercados. Según el ministro del comercio exterior y la inversión extranjera de la Republica de Cuba, Rodrigo Malmierca Diaz, la razón verdadera que impulsa a algunos países a promover la culminación de estas negociaciones es el interés de alcanzar mayores concesiones de los países en desarrollo, especialmente en materia de acceso a los mercados, dando a cambio sólo algunas concesiones marginales, y que no garantizan una eliminación de las actuales distorsiones que subsisten en el comercio agrícola. «Como han señalado numerosos lideres durante la mas reciente Cumbre de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO pos sus siglas inglés), las políticas agrícolas basadas en la liberalización descontrolada de la agricultura, han convertido a países en desarrollo de exportadores en importadores de alimentos» , declara el ministro cubano. «Los grandes volúmenes de subsidios a los agricultores y a las exportaciones aplicados fundamentalmente por Estados Unidos y la Unión Europea han contribuido a la ruina, pobreza y hambre de millones de pequeños campesinos en los países subdesarrollados».
Cuba señala que es ineludible que las naciones ricas eliminen las ayudas que distorsionan el comercio. «No se debe avanzar en la negociación mientras no existan garantías de que éstas serán reducidas significativamente. Contrario a los compromisos que han asumido los EUA (Estados Unidos), la última Ley Agrícola, lejos de recortar las ayudas a los productores, las incrementa. Esto ha generado gran incertidumbre y desconfianza y evidencia la falta de voluntad real por reducir y mucho menos eliminar las distorsiones presentes en el comercio internacional agrícola», añadió el ministro.