A pesar de la campaña mediática impulsada por funcionarios del gobierno de Estados Unidos para convencer al mundo de los éxitos en la guerra de Iraq, la realidad en el terreno revela un completo fracaso. El 25 de marzo será recordado como el día de la verdad luego de cinco años de ocupación del […]
A pesar de la campaña mediática impulsada por funcionarios del gobierno de Estados Unidos para convencer al mundo de los éxitos en la guerra de Iraq, la realidad en el terreno revela un completo fracaso. El 25 de marzo será recordado como el día de la verdad luego de cinco años de ocupación del país, tras la invasión en 2003.
«El ejército iraquí, la policía, al igual que las milicias Badr y Dawa, súbitamente desaparecieron de las calles de Bagdad, dejando sus vehículos blindados. Los miembros del Ejército Mahdi los tomaron y realizaron jubilosas caravanas antes de llevarlos a su bastión de Ciudad Sadr, en la zona oriental de la capital», dijo a IPS un coronel de la policía que pidió no revelar su identidad.
Se refería a los recientes enfrentamientos entre el Ejército Mahdi, la mayor milicia del país, liderada por el clérigo chiíta Mudtada al-Sadr, y fuerzas del gobierno, que incluyen a miembros de una milicia chiíta rival, la Organización Badr.
Docenas de combatientes de ambos bandos murieron en los choques que se produjeron en Bagdad, Basora, Samawa, Hilla y la mayoría de las provincias chiítas del sur de Iraq entre el Ejército Mahdi y otras milicias que cuentan con el apoyo de Estados Unidos, Irán y el gobierno iraquí.
La Organización Badr está liderada por Abdul Aziz al-Hakim, quien también controla el Consejo Supremo Islámico de Iraq (SIIC, por sus siglas en inglés), la fuerza dominante en el gobierno. El Partido Dawa está dirigido por el primer ministro Nouri al-Maliki.
Aún se ignora cuántos civiles murieron o fueron heridos durante los enfrentamientos. Los funcionarios gubernamentales mantienen el silencio.
«Cada habitante de Basora sabía que la situación podía explotar en cualquier momento entre estos ladrones de petróleo y que la ciudad sufriría otra ola de guerra entre milicias», dijo a IPS Salman Kathum, un médico de Basora que se trasladó a la capital el mes pasado.
Falah Shenshal, un legislador aliado de Al-Sadr, dijo el 26 de marzo a la cadena de noticias Al-Jazeera que Al.Maliki estaba tomando como blanco a sus adversarios políticos.
«Dicen que el objetivo son los grupos ilegales, pero ¿por qué comenzaron por las áreas donde se encuentran los seguidores de Al-Sadr? Esta es una batalla política, por los intereses políticos del partido de Al.Maliki, ya que se aproxima la fecha de las elecciones locales», agregó.
Los combates se iniciaron en coincidencia con el anuncio de Estados Unidos acerca de que sus tropas habían sufrido 4.000 bajas en Iraq desde el comienzo de la guerra y en medio de una campaña de relaciones públicas destinada a mostrar los «éxitos» alcanzados por las fuerzas de ocupación.
«Me pregunto qué mentiras fabricará ahora» el general David Petraeus, máximo comandante militar estadounidense en Iraq, dijo a IPS el periodista local Malek Shakir.
«Lo ocurrido el 25 de marzo revela el fracaso del proyecto de ocupación de Iraq. Se esperan más complicaciones en los próximos días», agregó.
Al-Maliki estuvo en Basora para dirigir la ofensiva contra el Ejército Mahdi, mientras Estados Unidos enviaba fuerzas a Ciudad Sadr en un intento de apoyar a sus aliados de las milicias Badr y Dawa.
Hubo informes sobre enfrentamientos limitados y ataques aéreos en Ciudad Sadr y se cree que muchos civiles resultaron muertos. El toque de queda en Bagdad y cuatro provincias australes complicó aún más la vida cotidiana.
«Este fracaso retrotrae todo al punto de partida, o aún peor», dijo a IPS el brigadier general del ejército iraquí Kathum Alwan. «Debemos admitir que la formación de nuestras tropas era mala. Los oficiales desertaban de sus puestos y dejaban los vehículos a las milicias», agregó.
«Ni una sola unidad del ejército y la policía cumplió con su deber en Bagdad, lo que nos lleva a preguntarnos qué hacer. La mayoría de los oficiales desertores son miembros de las brigadas Badr y el partido Dawa, y deberían haber sido los más leales al gobierno de Al-Maliki», señaló el militar.
La llamada Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran el parlamento, la sede del gobierno y la embajada de Estados Unidos, fue atacada con misiles. Petraeus acusó a Irán por el bombardeo de la zona, supuestamente la más segura del país. Al menos un ciudadano estadounidense murió y otros dos fueron heridos.
«La Zona Verde se veía desierta, ya que se ordenó a la mayor parte del personal estadounidense e iraquí que se dirigiera a los refugios subterráneos. Parece que también hay toque de queda en esta zona. Ya no queda un lugar seguro en Iraq», dijo a IPS un ingeniero que trabaja para una compañía extranjera.
Para complicar más las cosas, las llamadas Fuerzas del Despertar, integradas mayoritariamente por ex combatientes de la resistencia y que cuentan con el apoyo de Washington, se han declarado en huelga en reclamo de los salarios que les adeudan los militares estadounidenses.
(* Ali, corresponsal en Bagdad, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, especialista en Iraq de IPS, quien vive en Estados Unidos y ha escrito frecuentemente desde ese país y otros de Medio Oriente).