Recomiendo:
0

Mis críticas a la entrevista de Boulos

Fuentes: Blog do Plinio

Introducción de Correspondencia de Prensa La candidatura presidencial del PSOL para las elecciones de 2018, ha generado debates entre la militancia del partido, aun cuando la dirección ya tomó posición a favor de Guilherme Boulos (referente principal del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo). A la espera de los juicios pendientes contra Lula y de […]

Introducción de Correspondencia de Prensa
La candidatura presidencial del PSOL para las elecciones de 2018, ha generado debates entre la militancia del partido, aun cuando la dirección ya tomó posición a favor de Guilherme Boulos (referente principal del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo). A la espera de los juicios pendientes contra Lula y de cuál será entonces la resolución del PT, Boulos todavía no se afilió al PSOL y ha repetido que no sería candidato si Lula finalmente puede competir. El próximo 10 de marzo la Conferencia Electoral del PSOL (con poco más de 120 delegados) designará el candidato [1].
Mientras tanto, el debate continúa. El texto de Plínio de Arruda Sampaio Júnior que reproducimos, es una respuesta crítica a la visión política que Boulos desarrolla en entrevista publicada por la revista Carta Capital del 6 de enero [2]. Plinio, que también es propuesto como candidato presidencial por activistas sociales y corrientes del PSOL, es un reconocido militante de la izquierda anticapitalista, miembro del partido desde su fundación; economista y profesor de la Unicamp (Universidad Estatal de Campinas), su último libro es «Crônica de uma crise anunciada. Crítica à economía política de Lula e Dilma», SG Amarante, Sâo Paulo 2017.
*** ***
Por la claridad didáctica, la entrevista de Guilherme Boulos a Carta Capital es lectura obligatoria para toda la militancia del PSOL. En ella, el líder del MTST -el candidato deseado por la dirección del partido- explicita su lectura de la realidad.

En la visión de Boulos, el golpe de Temer es el gran divisor de aguas de la vida nacional y el rescate de la Nueva República es la principal tarea de la coyuntura. La destitución de Dilma es atribuible a la radicalización de la Casa Grande y sus políticos. La urgencia de derrotar a los golpistas pondría en el orden del día la necesidad de unidad de las izquierdas. Invistiendo contra el sectarismo «de la pureza salvadora» y el dogmatismo de los que estigmatizan toda diferencia como «divisionismo», Boulos procura cavar su espacio como punto de convergencia entre la izquierda socialista y el PT. Apuesta que, en la ausencia de Lula en el pleito de 2018, él pueda conquistar protagonismo en la política nacional.

Boulos es un importante líder popular y su posición merece el respeto de la crítica. La divergencia con su posicionamiento es política y derivada diferencia sustancial en la lectura sobre la naturaleza de la crisis que abala la vida nacional, el significado de los gobierno de Lula y Dilma y los desafíos del momento histórico. A lo largo de los próximos meses, en la batalla por un proceso democrático de elección del representante del PSOL en las elecciones de 2018, tendremos la oportunidad de exponerla de manera detallada. Por ahora, apenas algunas observaciones críticas para elucidar las diferencias en relación a la visión de la crisis política, el balance del PT, la concepción de izquierda y la localización de la izquierda socialista en el tablero electoral.

En ausencia de una perspectiva de clase, Boulos interpreta la crisis política como un fenómeno circunstancial, derivado de una conspiración palaciega, que podría ser revertida en 2018 con la elección de un presidente legítimo, que representase de hecho la voluntad popular. De ahí, la defensa intransigente del derecho de Lula a disputar las elecciones. Su interpretación no percibe que el golpe no fue de Temer y de los golpistas y ni comenzó con la destitución de Dilma. El golpe fue del capital contra el trabajo y comenzó con la reacción de la burguesía brasilera ante la rebelión de la juventud en las Jornadas de Junio de 2013. El primer acto del golpe fue la represión violenta de las manifestaciones con absoluta complicidad de todos los partidos del orden, inclusive el PT. En eso, Dilma, Lula Haddad, Alckmin, Cabral estaban juntos. El segundo acto del golpe fue el estelionato electoral de Dilma y el inicio del flagelo del ajuste sin fin, acompañado, es importante no olvidar, de la creación de la Fuerza Nacional, de la Ley Antiterrorista y la sistemática represión a toda protesta contra la Copa del Mundo. La ascensión de Temer -el tercer acto del golpe- radicalizó la guerra de la burguesía contra los trabajadores. Un golpe preparó el otro. Los que golpearon -todos ellos-, cada uno a su modo, fueron apenas agentes del capital. Al tornar explícita la falencia de la Constitución de 1988 y la irreversibilidad de la crisis terminal de la Nueva República, la disposición de Dilma representó un cambio de calidad en la crisis política, pero nada que justifique una vuelta al pasado. Vaso quebrado no tiene arreglo. Es preciso mirar el futuro.

La incomprensión de la profundidad de la crisis política lleva a Boulos a caracterizar a Bolsonaro como «una farsa». Es un grave engaño. La fuerza de Bolsonaro es real. La agonía de la Nueva República coloca en el orden del día la necesidad de su sustitución. Bolsonaro expresa una respuesta radical, por la derecha, a las crecientes parcelas de trabajadores que perdieron completamente la fe en el sistema político. Él crece no apenas en la burguesía y en la pequeña burguesía, sino también entre los trabajadores que llegaron a la conclusión de que «todos los políticos son iguales».

La respuesta de la izquierda del orden, donde Boulos se sitúa, es insuficiente. Es imposible restaurar un padrón de dominación históricamente condenado. El antídoto a la respuesta dictatorial de Bolsonaro no es negarla como posibilidad inscrita en la lucha de clases, sino ofrecer una alternativa radical por la izquierda a la crisis terminal de la Nueva República. El desafío es superar los límites de la democracia de cooptación del período anterior. No hay como resolver el antagonismo entre el principio de representación de la voluntad popular y el absoluto control del capital sobre el Estado sin transformaciones económicas, sociales y políticas de gran envergadura.

Por fin, la dificultad para realizar la unidad de la izquierda no es resultado de las pequeñas maniobras, la inmadurez y mezquindades de las dirección partidarias, como sugiere Boulos, sino de compromisos políticos antagónicos que impiden la convergencia programática. La imposibilidad de la unidad programática es tanto mayor cuando el régimen cierra completamente cualquier brecha para la reforma, como ocurre en el capitalismo contemporáneo de una manera general y en el Brasil de manera particular. Al no diferenciar la izquierda del orden -PT, PCdoB- de la izquierda contra el orden -PSOL, PSTU, PCB- se diluye el abismo que se interpone entre los partidos encuadrados en las exigencias del capital; y los partidos que se baten por la revolución social. Quiera o no, los primeros operan necesariamente dentro de los parámetros de conciliación de clase. En otras palabras, el problema de la unidad de la izquierda no se sitúa en el campo abstracto de la psicología de los liderazgos políticos y sus idiosincrasias. El bloqueo a la unidad programática de las izquierdas transcurre de las diferencias en los vínculos de la izquierda del orden y de la izquierda contra el orden con las clases sociales que pretenden representar.

Es claro que las diferencias cualitativas entre las izquierdas no son -y no podrían serlo- factores impeditivos de una unidad en la lucha en torno de cuestiones concretas como, por ejemplo, la defensa de la democracia y la preservación de conquistas sociales. En ese campo, dígase al pasar, las dificultades a la unidad se originan invariablemente de los compromisos orgánicos de la izquierda del orden del capital. El año 2017 fue emblemático. Toda vez que un empujón podría haber derribado a Temer y bloqueado los ataques a los trabajadores, PT y PCdoB tergiversaron, evidenciando sus compromisos velados con el mundo de los negocios. Unidad en las calles sólo cuando conviene a las conveniencias partidarias muy particulares es oportunismo.

Notas de Correspondencia de Prensa
[1] Resolución de la Ejecutiva Nacional sobre la Conferencia Electoral, disponible en: https://www.psol50.org.br/psol-fara-conferencia-eleitoral-em-marco-para-decidir-candidatura-a-presidencia/
[2] Entrevista en Carta Capital (en portugués): https://www.cartacapital.com.br/politica/guilherme-boulos-a-diversidade-nao-impede-a-unidade-da-esquerda-na-defesa-da-democracia201d; también se puede consultar la entrevista concedida a Esquerda Online, disponible en castellano en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236557&titular=%93en-2018-es-necesario-barrer-la-agenda-del-golpe%94-.

Traducción: Ernesto Herrera, para Correspondencia de Prensa.

Fuente (de la traducción y de la introducción): https://correspondenciadeprensa.wordpress.com/2018/01/15/brasil-debate-en-el-psol-criticas-a-la-vision-politica-de-boulos/
Fuente (del original en portugués): https://pliniojr.com.br/2018/01/12/criticas-a-entrevista-de-boulos/