Problemática En la década de los 60 la «Alianza para el Progreso» creó el «Programa Conjunto de Tributación» (Joint Tax Program) buscando articular una estrategia de reformas fiscales en América Latina con tres objetivos: (i) mejorar la progresividad y suficiencia del sistema de impuestos, (ii) mantener el gasto público al mínimo para precautelar el […]
Problemática
En la década de los 60 la «Alianza para el Progreso» creó el «Programa Conjunto de Tributación» (Joint Tax Program) buscando articular una estrategia de reformas fiscales en América Latina con tres objetivos: (i) mejorar la progresividad y suficiencia del sistema de impuestos, (ii) mantener el gasto público al mínimo para precautelar el equilibrio fiscal y (iii) implementar incentivos tributarios (IT) para impulsar la inversión privada (Tanzi, 2013).[1] El primer objetivo sigue en agenda, sin que haya cautivado a políticos y gestores de las Administraciones Tributarias. De hecho, desde los años 80, la política tributaria privilegió el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), un impuesto regresivo que, si bien precautela la suficiencia recaudatoria, causa una pereza por la redistribución en la estructura del Estado. En cambio, los otros dos objetivos penetraron de forma amplia en las agendas de políticas públicas en toda la región (Lent, 1967). En este documento se analiza el tercer objetivo: los incentivos tributarios (IT) y su rol en estimular la inversión.