La Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (SUDEBAN) hizo público su documento Resumen del Sistema Bancario, relativo al primer semestre del 2006. Los datos son sorprendentes para un país donde «sólo el 30% de la población está bancarizada, es decir, tiene acceso a los servicios bancarios», según informó Trino Alcides Díaz, presidente del Sudaban […]
La Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (SUDEBAN) hizo público su documento Resumen del Sistema Bancario, relativo al primer semestre del 2006.
Los datos son sorprendentes para un país donde «sólo el 30% de la población está bancarizada, es decir, tiene acceso a los servicios bancarios», según informó Trino Alcides Díaz, presidente del Sudaban (Ultimas Noticias, 27.07.06).
Los datos de la Superintendencia de Bancos indican que las ganancias del sistema financiero, en el primer semestre de 2006, ascendieron a 1,50 billones de bolívares, lo que equivaldría a un aumento de 23,3% con respecto al primer trimestre del año anterior, según el referido informe. Es bueno recordar que un dólar es igual a 2.150 bolívares. Trino Díaz, en la misma entrevista afirma que «la banca es uno de los mejores negocios del país, cuyos porcentajes de ganancias superan el 30%, mientras que en los países desarrollados no sobrepasan el 10%».
Un importante diario económico local afirma que «… el sistema bancario venezolano al cierre del primer semestre del año en curso se encuentra adecuadamente capitalizado, con niveles óptimos de liquidez, posee una elevada calidad de activos, una tendencia creciente de su cartera de créditos, poca morosidad y una elevada cobertura de morosidad.» (Reporte – Diario de la Economía, 19.07.06).
Antes de analizar como acumulan tanta ganancia, veamos una pequeña radiografía del sistema financiero del país. Existen 55 bancos, de los cuales 45 son privados y 10 estatales. De los 45 privados, 8 son de propiedad del capital extranjero y 37 de capitales locales. Controlando apenas el 14,4% de los bancos, el capital extranjero controla el 33,29% del patrimonio del sistema bancario, restando a los demás bancos el 66,71%. En honor a la verdad, a los bancos de los países imperialistas, el negocio le va bien.
Ahora la pregunta que cualquier mortal haría y que debe estar en la cabeza de todos los lectores es: ¿cómo consiguen tanta ganancia cuando apenas el 30% de la población tiene acceso a los bancos? Podemos indicar por lo menos cinco elementos que apuntan para explicar esta tasa de ganancia. Veamos uno a uno:
a) Deuda Pública Externa e Interna
Hay una intima relación entre las ganancias del capital financiero venezolano y el pago de la deuda pública. En la tabla que sigue podemos observar el incremento de la Deuda Publica Nacional y la alteración de la correlación entre Deuda Publica Externa y Deuda Publica Interna en la composición de la deuda total.
En especial, en los últimos 2 años, el gobierno viene incrementando la emisión de bonos emitidos en dólares pero pagados en bolívares. Por ejemplo, en noviembre del 2005 se emitieron 1,5 millardos de dólares en papeles de la deuda venezolana con vencimiento en 2016 y 2020. El capital financiero compra esos bonos en bolívares, aprovechase del cambio fijo y los revende en el cambio negro. El cambio oficial esta en 2.150 bolívares por dólar y el negro alrededor de 2.500 bolívares. Una buena ganancia en una única emisión de bonos.
Las autoridades monetarias no dejan espacio para dudas sobre la utilización del dinero oriundo de la venta de bonos al mercado interno: «recursos extras solo deben usarse para pagar la deuda» (Domingo Maza Zavala, ejecutivo del Banco Central, El Nacional, 06.04.05). El Ministro de Finanzas, Nelson Merrentes, en el mismo diario, afirma: «…parte de los recursos de la emisión se destinarán al pago de la deuda externa…».
La alteración de la relación entre las deudas externa e interna, de hecho, significa que estamos cambiando de nacionalidad a los tenedores de la deuda. Como los ocho bancos extranjeros controlan el patrimonio del sistema bancario en 33,29% podremos decir también que hay una relativa nacionalización de la deuda pública.
En los primeros días de agosto, la Asamblea Nacional aprobó la Memoria y Cuenta del Ministerio de Finanzas relativo al ejercicio de 2005. En él se destinaron 13,5 billones de bolívares al pago del servicio de la deuda (6 billones de bolívares fueron para la deuda externa y 7,4 billones para la deuda interna).
¿Qué se podría hacer con esos 13,5 billones de bolívares? Tomándose datos de la propaganda del Ministerio de Estado para el Hábitat y la Vivienda, del día 16.12.04, con este monto seria posible la construcción de 400.000 viviendas…
Unos de los mecanismos de sustitución de deuda externa por interna se da por la recompra de los Bonos Brady. Esta operación ha provocado su disminución en 6.906 millones de dólares en los ocho años de gobierno de Hugo Chávez. Pero al mismo tiempo, la deuda interna creció 9.713 millones de dólares. Entonces cuando se habla de reducción de la deuda externa es una media verdad. La otra parte, la que se oculta, es el crecimiento del conjunto de la deuda pública y de la deuda pública interna.
En la tabla que sigue se puede confirmar la afirmación de que Venezuela esta sustituyendo los Bonos Brady por el endeudamiento interno.
b) Bonos argentinos Cuando el Ministro de Finanzas, Nelson Merrentes, anuncia en una entrevista que: «Venezuela esta dispuesta a comprar todos los bonos que le ofrezca Kirchner» (El Nacional, 11.01.06) muchos pudieron pensar que lección de solidaridad, sentido bolivariano y otras adjetivos más. Nada más falso.
En verdad, el negocio de esos bonos sirvió para calmar a los banqueros escuálidos y mantenerlos sin involucrarse en intentos golpistas. El periódico inglés Financial Times (01.02.06) afirma: «el Tesoro venezolano vendió los títulos Boden 12 a los bancos a una tasa de cambio oficial de 2.150 bolívares. En una reventa de 100 millones en títulos, los bancos obtuvieron ganancias en bolívares equivalente según la tasa de cambio informal de alrededor U$S 17millones, o según la tasa oficial U$S 21 millones,» Esta ganancia se refiere a los primeros U$S 100 millones vendidos, pero no nos olvidemos que hay por los menos otros 2.400 millones de bonos para la venta.
c) Los CDB En un año electoral, el gasto público anda por las nubes y hay enorme cantidad de circulante lo que disminuye la necesidad de préstamos, en especial para el capital industrial. Entonces, el gran negocio pasó a ser la compra y venta de los Certificados de Depósitos Bancarios emitidos por el BCV.
Esos CDB con plazo de 14 o 28 días son muy atractivos pues están pagando un promedio de 10% de tasa de interés. Entonces, el banquero capta a través de las cuentas remuneradas a un promedio de 1,69% y en seguida compra los CBS con tasas de alrededor 10%. Frente a este cuadro, los banqueros nada tienen a reclamar del gobierno.
d) Un saqueo al bolsillo de los usuarios: Las tarifas bancarias representan un verdadero abuso al bolsillo de los usuarios. Por ejemplo, alguien que vaya a un cajero electrónico y quiera hacer una extracción de Bs 500.000 (U$S 230), se encuentra con que la maquina solo permite cien o ciento cincuenta mil bolívares por vez. A cada intento el usuario debe pagar una tasa de 5.000 o sea que efectuar un avance de quinientos debe gastar más o menos 20.000 (U$S 9,00) o sea el 4% del monto de la operación.
Las llamadas cuentas corrientes remuneradas, aquellas donde el cliente es obligado a mantener un determinado valor en la cuenta, en general de 5.000 millones de bolívares (2.300 dólares), son otro abuso. El banco paga una tasa de 1,69% anual, al tiempo existe una inflación subyacente de más de 15% al año.
Mientras tanto al inicio de agosto las tasa activas de interés, para préstamos bancarios, según el informe del BC era de 16,2% (en realidad los bancos cobran alrededor de 23%).
Frente a esta situación, la Sudaban, a través de su presidente, Trino Díaz afirmó «que considera que para la banca es doloroso reducir sus ganancias a un nivel justo». (Ultimas Noticias, 27.07.06)
e) La súper explotación de los trabajadores El capital financiero, históricamente nunca fue un sector de la burguesía que se haya preocupado mínimamente con los trabajadores. Por su propia esencia es usurero y, por eso, es el sector mas reaccionario de la patronal. Así es como los trabajadores, a pesar de tener un buen nivel escolar general, sufren un proceso de explotación y opresión bastante elevado. La fragilidad de las organizaciones sindicales y un Estado con estrechas relaciones con este sector de los capitalistas, lleva a una situación donde los trabajadores se encuentran en total desigualdad frente a los patronos.
Cotidianamente, estos trabajadores trabajan jornadas extensas, cada vez más ampliadas, con un bajo salario y con condiciones de trabajo donde proliferan las enfermedades ósteo-musculares, el estrés y el mobbing.
La dirección del Banco Industrial de Venezuela (estatal) prefiere relacionarse con el sindicato vinculado a la CTV golpista y, de esta manera, desconoce al sindicato bolivariano y luchador. Es decir, la dirección del BIV quiere un sindicalismo al estilo de la IV Republica mientras sus ejecutivos, en los días de fiesta y en las manifestaciones, aparecen de gorra y franela roja, diciéndose revolucionarios.
Si un banco estatal procede así, no es difícil imaginar cómo proceden los bancos privados nacionales y extranjeros.
¿Pueden andar juntos el capital financiero y el socialismo? Muchos militantes de izquierda andan haciendo esta pregunta. ¡Nosotros decimos categóricamente que no! Hay por lo menos dos enormes cuestiones programáticas (el pago de la deuda, por un lado, y el tema de cómo enfrentar al capital financiero, por otro) que demuestran los límites de la propuesta de Socialismo del Siglo XXI.
El tema de la Deuda Pública, incluyendo aquí la externa y la interna, ya fue exhaustivamente debatido por los movimientos sociales de América latina. Todos los movimientos con un mínimo de independencia reconocen que esas deudas son ilegitimas e ilegales. Por lo tanto, el tema del no pago de la deuda siempre estuvo al frente de los programas de la izquierda.
En la actualidad, está planteada la necesidad de formar un Frente Latinoamericano de Países Deudores que tenga como su principal bandera la suspensión inmediata del pago de esas deudas, su auditoria y la movilización de las masas para garantizar el no pago. Esta es la actitud que esperábamos del Socialismo del Siglo XXI. Algo parecido a lo que hizo, en los años 80, el entonces gobierno de Alan García, en Perú. No creemos para nada que el actual Alan García lo haga, pero este es el camino.
La estatización del sistema financiero, es una legítima reivindicación si partimos de las necesidades más concretas del pueblo. Veamos algunos ejemplos:
a) el no pago de la deuda pública nos permitiría construir 400.000 casas en un año, con el dinero ahorrado;
b) las enormes tarifas bancarias, cobradas por los bancos públicos y estatales impiden que el 70% de la población accedan a ese servicio;
c) garantizar la ganancia de los bancos a través de los negociados de los bonos argentinos y los cerificados de depósito bancario es un verdadero asalto «legalizado» a los cofres nacionales;
d) los bajos salarios y las condiciones de trabajo deshumanas son parte de la ganancia de esos capitalistas.
Ir analizando punto a punto cada uno de esos elementos nos conduce inevitablemente a la necesidad de la estatización de la banca. Pero organizar la lucha de masas por la estatización es una «actitud hostil» a la orientación y al actual programa del gobierno. Frente a esta situación, la izquierda venezolana tendrá que decidir entre callarse frente a los banqueros o avanzar hacia la estatización.
Entre los más de 20 candidatos inscritos a las elecciones del 4D no hay un solo candidato que tenga en su programa la estatización de la banca. Por lo tanto, todos son cómplices de esta política.
¿Qué hará la izquierda venezolana? ¿Votará con la cabeza agachada?