La semana pasada hicimos un planteamiento en el artículo «El bloqueo y pirateo de fondos obligan a una moratoria de la deuda»[1], acompañado de medidas adicionales que apuntan al apoyo de la producción nacional y a reordenar la institucionalidad del Estado. 1) Anunciar una moratoria y auditoria pública de la deuda externa pública es una […]
La semana pasada hicimos un planteamiento en el artículo «El bloqueo y pirateo de fondos obligan a una moratoria de la deuda»[1], acompañado de medidas adicionales que apuntan al apoyo de la producción nacional y a reordenar la institucionalidad del Estado.
1) Anunciar una moratoria y auditoria pública de la deuda externa pública es una propuesta a discutir en el seno de aquellas fuerzas patrióticas que busquen alcanzar una unidad estratégica frente a la actual coyuntura de confrontación que, entre otras cosas, exige una economía de guerra. Eso incluye al Gobierno Nacional;
2) No es una propuesta puramente económica sino profundamente política con repercusión nacional, regional y mundial. Es una respuesta ante la actual confrontación contra el imperialismo, confrontación que no sólo es económica, política y militar, sino que tiene un gran contenido simbólico (guerra de Cuarta y Quinta generación);
3) La invasión imperial no es sólo con tanques de guerra sino con tanques de pensamientos manipuladores de deseos y percepciones, con granadas de la sociedad del espectáculo, con un bombardeo simbólico. Esto no niega el alto riesgo de agresión militar, pero reconoce que la manipulación ideológica del término «ayuda humanitaria» es altamente poderoso y está dirigido a sembrar en la población un sentido común que debilite y horade la unidad cívico-militar.
El Caballo de Troya de la Ayuda Humanitaria, tal como pasó en Troya, ya entró y está avanzando y colonizando mentes con una ideología enajenante y neocolonial. Ante a la «ayuda humanitaria» se impone el «Apoyo Solidario» ;
4) Este avance de la cultura imperial, se sostiene no sólo por el aparato de manipulación que maneja la clase dominante a través de la radio, la televisión, la prensa y -sobre todo- las llamadas redes sociales, sino que está basado en algunas condiciones objetivas y cotidianas que hay que reconocer.
Entre ellas: el ingreso de las familias trabajadoras se ha deteriorado por la hiperinflación, a tal punto que, por ejemplo, la cajera de una farmacia recibe un sueldo quincenal o semanal inferior al precio de un solo medicamento que ella está registrando por la compra de cualquier cliente. El alto costo y la escasez de medicinas y alimentos, junto con el deterioro de los centros públicos de salud (provocada en gran parte por el bloqueo y no en menor parte por la ineficiencia y la corrupción) es una realidad cotidiana y objetiva que no se puede ocultar debajo de la alfombra;
5) El bloqueo y el secuestro de los activos nacionales, generó, genera y generará una contracción mayor de los ingresos de divisas, por tanto hay que jerarquizar y priorizar los escasos recursos y concentrar esfuerzos en la producción, adquisición, distribución y almacenamiento de alimentos y medicinas.
La moratoria no sólo es una señal política defensiva, es una herramienta para liberar y destinar los recursos en moneda extranjera que se utilizan para el pago de la deuda externa y atender las necesidades del pueblo ante la actual coyuntura;
6) La política del «buen pagador»[2] (de la deuda externa) utilizado hasta ahora por parte del Gobierno Nacional ya no se justifica. Las circunstancias actuales, indican que esta política no tiene sentido, especialmente porque «ellos» nos están obligando a esta disyuntiva. El bloqueo y el pirateo de activos nacionales nos obliga a: colocar primero al pueblo frente al pago de la deuda externa.
La consigna es alimentar y defender al pueblo y no alimentar y sostener al capital financiero internacional;
7) Ante la «ayuda humanitaria» se impone una movilización de «apoyo solidario» con la participación del pueblo venezolano y de otros pueblos del mundo que apoyan la Revolución Bolivariana;
8) Tanto la moratoria como el plan de apoyo solidario deben trascender al gobierno, incorporando en forma masiva a la población. Hay que revertir la tendencia asistencialista y la hegemonía de la «democracia representativa» que se ha apoderado de la práctica política.
Se trata de rescatar la democracia participativa y protagónica y generar un proceso de concientización política que prepare no sólo la resistencia sino la ofensiva contra las fuerzas del capital.
9) La moratoria y el apoyo solidario deben estar inscrito en un programa de economía de guerra más amplio e integral. En el artículo pasado (http://www.rebelion.org/
Medidas complementarias se pueden aplicar, con el apoyo de la Asamblea Nacional Constituyente, tales como la revisión de los Tratados de Doble Tributación y la impostergable corrección de la explícita cesión de soberanía en los tratados de inversión. La asonada insurreccional de la derecha y la presión imperialista, pueden ofrecer oportunidades de cambios radicales.
Notas
[1] http://questiondigital.com/
[2] Hasta hace poco, el gobierno había declarado frecuentemente haber honrado sus compromisos financieros internacionales. Mencionó que se había pagado hasta 70.000 millones de dólares por concepto de servicio de la deuda externa pública
* Economista venezolano de la Sociedad de Economía Política Radical (SER), asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)