Uno de los mayores aliados de la población en situación de calle en Sao Paulo, el padre Júlio Lancellotti, de 71 años, habló con Agencia Pública sobre las recientes muertes durante la ola de frío en la ciudad el mes pasado. La alcaldía confirma dos muertes, Júlio cita cinco.
Julia Dolce.- ¿Usted cree que las autoridades públicas tuvieron una negligencia mayor en relación al frío que provocó las muertes de personas en situación de calle el mes pasado?
Júlio Lancellotti.- Creo que no es sólo una cuestión de negligencia, es una cuestión de incompetencia. Incluso quieren hacerlo, está claro que la ciudad está llena, todo el mundo lo ve. Ahora, lo que más me sorprende es que la solución que los concejales como Soninha [Francine] están dando es acampar. ¿Pensar que la solución para la ciudad hoy en día es acampar? Es cuando el 80% de la cadena de hoteles está ociosa, cuando São Paulo tiene más casas sin gente que gente sin casa?
Julia Dolce.- Tuvimos unas cinco personas que murieron de frío la semana pasada. ¿Han tenido alguna actualización?
Júlio Lancellotti.- Hemos localizado cinco, y la alcaldía habla de dos.
Julia Dolce.- ¿Por qué hay tal diferencia?
Júlio Lancellotti.- Podría ser el período que han calculado. No sé por qué hay tanta diferencia.
Julia Dolce.- Hubo un aumento en la población de calle, por los años de crisis económica. ¿Ha notado un aumento causado por la propia pandemia?
Júlio Lancellotti.- Estamos viendo un aumento rotativo, con una gran circulación de personas. Así como hay gente que llega, hay gente que se va. Por ejemplo, por primera vez en un mes, alrededor de 8.000 personas pasaron por la parroquia de São Miguel Arcángel, en el distrito de Mooca. De 4 mil en un mes, pasó a 8 mil. Así que, imagina que 8 mil personas pasan por primera vez. Todos los días oigo «vengo de tal lugar», «vengo de tal estado».
Julia Dolce.- ¿Estas personas están llegando a esta situación de tener que vivir en la calle por primera vez?
Júlio Lancellotti.- No tenemos esa encuesta. Si vienen de la calle ahora no lo sabemos, pero están circulando por la ciudad y aquí están en situación de calle o van a buscar lugares en el centro de recepción.
Entre las personas que llegan está el reciente discurso del desempleo…
Por supuesto, están buscando trabajo, están buscando la supervivencia. En el aislamiento, sólo quedaba la calle. Pero ya había demasiada gente. La combinación de la pandemia y el frío comienza a emerger y en la calle todos los días son urgentes.
Julia Dolce.- ¿Hay informes sobre la población de calle que antes estaba más en el centro y ahora se está expandiendo hacia las periferias?
Júlio Lancellotti.- Sí, eso está discriminado en la ciudad. Pero la concentración mayor todavía está en el centro y en el centro expandido, como en Mooca, que es un lugar con mucha población de calle. Hay mucha población de calle en Jardim Rincão, en Brasilândia. Tenemos personas en situación de calle en todos los distritos de la ciudad, en cantidades diferentes, pero hay.
Julia Dolce.- En cuanto a la pandemia en sí, en su opinión, ¿cómo ha tratado el gobierno a la población de calle y qué medidas se deben tomar?
Júlio Lancellotti.- Un destaque positivo es el desempeño de los consultorios de calle (política pública que lleva a equipos sanitarios multidisciplinarios a trabajar con la población de la calle). Por otra parte, el ministerio público recomendó (el 20 de mayo) a la alcaldía 8 mil camas en la red hotelera, y la alcaldía, luego de 120 de la emergencia, logró proporcionar de 150, y después 50 más. Así que hay 200 camas temporales en los hoteles. Pero el ministerio público recomendó 8.000.
Julia Dolce.- ¿Han adoptado algún cambio en relación con los refugios?
Júlio Lancellotti.- Han reducido la capacidad de mantener la distancia social. Donde había 440, bajó a 300, donde había 1.000, bajó a 600.
Julia Dolce.- ¿Y se crearon otros dispositivos para albergar a estas personas?
Júlio Lancellotti.- Se crearon algunos refugios de emergencia, pero no cubren ese vacío. Por eso hay tanta gente viviendo en la calle.
Julia Dolce.- ¿Cómo son las medidas de higiene dentro de los refugios?
Júlio Lancellotti.- Son bastante débiles e inadecuadas, no lo suficiente necesarias.
Julia Dolce.- Usted conversa con la personas de calle, ¿cómo ellos se informan sobre la pandemia?
Júlio Lancellotti.- Hay quienes banalizan, quienes creen, quienes no creen, como pasa en la sociedad en su conjunto.
En los primeros meses, cuando tuvimos una cuarentena más fuerte, esta población incluso sufrió por la ausencia de comercios abiertos, baños…
Claro, ahora que hay más apertura, tienen más posibilidades. Vivimos con ellos esos momentos tenebrosos, cuando no había nadie en la calle, y se quedaron sin nada. Así que estamos con ellos durante toda la pandemia.
Julia Dolce.- ¿Cuál fue la mayor ausencia en ese comienzo, la que más impactó?
Júlio Lancellotti.- Faltaba todo, acceso al agua potable, acceso al gel de alcohol, acceso a las medidas de higiene. No tenían acceso a la comida. Todo estaba perdido.
Julia Dolce.- Al mismo tiempo, ¿se dio un aumento de la solidaridad?
Júlio Lancellotti.- Hubo un aumento de la solidaridad proporcional al cierre: cuanto más se cerraba, más se abría la solidaridad. Ahora, cuanto más se abre, más disminuye la solidaridad.
Julia Dolce.- ¿Ha empeorado la situación de los refugios en este gobierno?
Júlio Lancellotti.- Los refugios son, como toda la sociedad, heterogéneos. Hay más sucios y limpios, y en un universo como São Paulo de más de cien centros de recepción, no todos tienen el mismo nivel de servicio. Así que todo depende de tener un estándar de calidad similar, y sin embargo todavía vemos refugios donde hay bichos, donde hay piojos. No podemos decir que lo sean todas, pero muchas siguen en esta precaria situación. Hay refugios donde los baños están inundados, porque la mayoría de ellos son adaptables, no fueron hechos para ese propósito.
Julia Dolce.- ¿Ha tenido alguna respuesta de las autoridades públicas?
Júlio Lancellotti.- Para evitar una catástrofe, el renombrado neurocientífico Miguel Nicolelis dice que es hora de adoptar medidas drásticas contra el coronavirus: el bloqueo de los lugares donde la ocupación de los hospitales es superior al 80%, acompañado de una ayuda económica que, de hecho, permite a la gente quedarse en casa
La palabra de la autoridad pública es siempre la misma. Lo niegan y dicen que no es cierto, que no es así, porque en todos estos lugares las condiciones de higiene son las más adecuadas posibles. Es ese discurso técnico todo el tiempo, ese discurso político que dice que todo es hermoso. Incluso cuando pongo vídeos, cuando muestro las chinches, cuando mostramos la situación de las alcantarillas, la respuesta es siempre que no es verdad. Siempre dicen que todos están muy bien, que todos son muy adecuados, higiénicos, que en todos hay distancia social, que en todos el menú es de primera calidad, que en todos hay una toalla de baño, jabón, champú y acondicionador, desodorante, que todos se higienizan. Eso es lo que dicen.
Julia Dolce.- Conversando con la gente que frecuenta estos refugios, ¿cree que han sido un centro de infección de covid-19?
Júlio Lancellotti.- Mira, no podemos decir eso porque en muchos lugares el número de personas infectadas no ha sido alarmante. Pero esto se debe en gran medida al trabajo del Consultorio de la Calle, a las propias cuestiones de inmunidad de la población de la calle. Ahora, que los refugios son un foco de enfermedades dermatológicas, lo son. Que son un foco de enfermedades respiratorias, lo son. Por eso la tuberculosis está tan extendida entre la población de calle. Todos los días los oigo hablar de la sinfonía de toses nocturnas en los refugios, todos tosiendo. Ahora, imagina un dormitorio que tiene 200 personas y están todas en literas, algunas arriba y otras abajo, si el 50% tiene tos, ¿cómo queda?
Julia Dolce.- Algunas ciudades de Brasil han promovido la solución de los hoteles, caso de Niterói (N. del T.: ciudad aledaña a Río de Janeiro). ¿Se ha discutido esto aquí?
Júlio Lancellotti.- Lo que encuentro extraordinario es que la gente no sabe de estas cosas. Aquí en São Paulo, La cámara municipal autorizó a la alcaldía a contratar lugares en hoteles. La alcaldía hizo un primer anuncio público donde siete (hoteles) compitieron y ninguno fue homologado por la alcaldía. Luego se hizo un segundo anuncio público que fracasó porque nadie se presentó. Y ahora la alcaldía tiene 240 camas contratadas en hoteles de emergencia, cuando la propia alcaldía había anunciado que tendría 500 camas en hoteles y el ministerio público, había recomendado a la alcaldía tener 8.000 camas…
Julia Dolce.- ¿Se ha ignorado esa recomendación?
Júlio Lancellotti.- Sí.
Julia Dolce.- Por la última respuesta que obtuvieron de la alcaldía, ¿ellos no tienen intención de colocar estas 8.000 camas?
Júlio Lancellotti.- No lo sé.
Julia Dolce.- Un colega comentó que morir de frío es una «muerte medieval», una muerte que tiene mil formas de ser evitada…
Júlio Lancellotti.- No creo que sea una muerte medieval, es una muerte del siglo XXI, ahora, porque aquí es donde esta gente muere de frío. Cuando tienes toda la tecnología, cuando el 80% de la red hotelera está vacía, cuando tienes concejales proponiendo acampar… En la Edad Media, quizás no tenías el 80% de las camas ociosas en ningún albergue. Hoy en día si ocurre. No creo que en la Edad Media hubiera una ciudad tan rica como la actual São Paulo. No creo que la Roma medieval fuera tan rica como lo es hoy São Paulo o Atenas, Florencia o Venecia.
Traducción: Ernesto Herrera, para Correspondencia de Prensa.
Fuente (de la traducción): https://correspondenciadeprensa.com/2020/09/04/brasil-morir-de-frio-no-es-una-muerte-medieval-es-una-muerte-del-siglo-xxi%e2%80%b3/
Fuente (del original): https://apublica.org/2020/09/julio-lancellotti-morrer-de-frio-nao-e-uma-morte-medieval-e-uma-morte-do-seculo-21/