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MST continúa protesta en todo el país

Fuentes: Pulsar

 En el segundo día de movilizaciones en todo el país, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra consiguió el jueves una reunión con el Ministerio de Hacienda. Poco antes, unas 450 militantes ocuparon la sede del Banco de Brasil, en Brasilia. Un equipo de la coordinación nacional del MST presentó las reivindicaciones que incluyen más […]

 En el segundo día de movilizaciones en todo el país, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra consiguió el jueves una reunión con el Ministerio de Hacienda. Poco antes, unas 450 militantes ocuparon la sede del Banco de Brasil, en Brasilia.

Un equipo de la coordinación nacional del MST presentó las reivindicaciones que incluyen más asentamientos y la renegociación de deudas.

El asesor del ministro Guido Mantega, Gilson Bittencourt, señaló que las propuestas que pueden ser atendidas serán incluidas en el plano gubernamental 2006/2007 que el presidente Lula va a anunciar en los próximos días.

Hasta el fin de semana, el MST espera tener más audiencias con autoridades federales, después de priorizar la conversa con la Hacienda, argumentando que casi todas las pautas dependen de dinero.

El la reunión, los sin tierra presentaron tres reivindicaciones centrales: Asentamiento de 230.000 familias acampadas en todas partes del país. Renegociación de cerca de 1,5 billones en deudas de pequeños productores rurales y agricultores familiares. Y la actualización de los índices de productividad que son considerados en la clasificación de tierra productiva en el proceso de la reforma agraria.

«Son temas antiguos que estamos exigiendo del gobierno,» aclaró Marina dos Santos de la coordinación nacional del MST.

Según el MST, en el estado norteño Ceará unos mil sin tierra ocuparon la sede del Incra (Instituta Nacional de la Reforma Agraria).

En el estado Sergipe, 1,5 mil familias bloquearon la carretera BR-101. En San Pablo, 250 personas iniciaron una vigilia en frente de la Secretaría de Justicia del Estado.

Y en Santa Catarina, en el sur de Brasil, un contingente similar ocupó la entrada a un edificio del Banco de Brasil.